Caso clínico: intento de autólisis a través de la ingesta de piedras en paciente aquejado por esquizofrenia

28 agosto 2023

 

Nº de DOI: 10.34896/RSI.2023.44.99.001

 

AUTORES

  1. Kimberly Estefanía Dorantes Bernal. Doctorante en Salud Pública, Residente en la Especialidad de Medicina Familiar, Instituto Mexicano del Seguro Social, Unidad de Medicina Familiar #55, Culiacán Sinaloa, México. Orcid: https://orcid.org/0009-0004-0006-5231
  2. Angeles Paulina Ramos Zamudio. Licenciada en Medicina General. Residente en la especialidad de Medicina Familiar, Instituto Mexicano del Seguro Social, Unidad de Medicina Familiar #55, Culiacán Sinaloa, México.
  3. César Omar Díaz Adame. Licenciado en Medicina General, Residente en la Especialidad de Medicina Familiar, Instituto Mexicano del Seguro Social, Unidad de Medicina Familiar #55, Culiacán Sinaloa, México.
  4. Alexia Lilibeth Barajas Pérez. Licenciada en Medicina General, residente en la especialidad de Medicina Familiar, Instituto Mexicano del Seguro Social, Unidad de Medicina Familiar #55, Culiacán Sinaloa, México.
  5. Itzel Alondra Martínez Félix. Licenciada en Medicina General, residente en la especialidad de Medicina Familiar, Instituto Mexicano del Seguro Social, Unidad de Medicina Familiar #55, Culiacán Sinaloa, México.
  6. Roberto Joel Tirado Reyes. Doctor en Educación, Universidad Autónoma de Sinaloa, Instituto Mexicano del Seguro Social, Unidad de Medicina Familiar #55, Culiacán Sinaloa, México.Orcid: https://orcid.org/0000-0002-1492-7507
  7. Dulce Samantha Ortiz Fonseca. Médico Especialista en Medicina de Urgencias, Instituto Mexicano del Seguro Social, Unidad de Medicina Familiar #55, Culiacán Sinaloa, México.

 

RESUMEN

En el enigmático panorama de la mente humana, la asociación entre la esquizofrenia y los intentos de autodestrucción trae a la luz un oscuro y complejo laberinto de desafíos mentales. La esquizofrenia, con sus fragmentos disonantes de realidad, se entrelaza con la desesperanza y el impulso de autodestrucción, generando una danza sombría en los abismos psicológicos. Aquellos que luchan contra la esquizofrenia se enfrentan a un riesgo aproximadamente diez veces mayor de intentar quitarse la vida que la población general. Objetivo: Explorar la relación entre la severidad de los síntomas de esquizofrenia con la intensidad de intentos de autólisis. Metodología: Se canalizó a un paciente hospitalizado en el área de urgencias del Hospital General Regional No. 1 del Instituto Mexicano del seguro Social ingresado por intento de suicidio mediante la ingesta de piedras, valorándolo a través de 4 momentos; en el primero identificando al paciente, aplicando documentos para la autorización del uso de datos personales y expediente clínico, en el segundo se recolectó información creando una historia clínica completa de la paciente, el tercer momento recopilación de información aplicando escalas para la asociación de esquizofrenia y suicidio en este paciente, como escala de detección de riesgo suicida, MINI subescala suicidio (Ligero / Moderado/ Alto) y Puntuación total SAD en primer nivel. Finalmente, en el cuarto momento se realizaron las encuestas al paciente y se realizó un análisis de datos de los resultados obtenidos. Resultados: Con la valoración se consideró una mejoría conductual, decidiendo el manejo en tercer nivel de atención por el estado de severidad y el riesgo latente de conducta suicida, se logró el objetivo de la detección riesgo de muerte inminente, por lo cual se decidió su internación inmediata, donde con en el continuo manejo multidisciplinario se encontró una mejoría conductual y con involucro de su núcleo familiar.

PALABRAS CLAVE

Idea suicida, esquizofrenia, intervención multidisciplinaria.

ABSTRACT

In the enigmatic panorama of the human mind, the association between schizophrenia and attempts at self-destruction brings to light a dark and complex maze of mental challenges. Schizophrenia, with its dissonant fragments of reality, is intertwined with hopelessness and the drive for self-destruction, generating a shadowy dance in psychological abysses. Those battling schizophrenia face approximately ten times the risk of attempting suicide than the general population. Objective: To explore the relationship between the severity of schizophrenia symptoms with the intensity of self-inflicted attempts. Methodology: A hospitalized patient was referred to the emergency area of ​​the Regional General Hospital No. 1 of the Mexican Institute of Social Security admitted for attempted suicide by ingesting stones, evaluating it through 4 moments; In the first, identifying the patient, applying documents for the authorization of the use of personal data and clinical records, in the second, information was collected by creating a complete clinical history of the patient, the third moment, gathering information by applying scales for the association of schizophrenia and suicide. in this patient, as a suicide risk detection scale, MINI suicide subscale (Slight / Moderate / High) and SAD total score at first level. Finally, in the fourth moment, the patient surveys were carried out and a data analysis of the results obtained was carried out. Results: With the evaluation, a behavioral improvement was determined, deciding the management in the third level of attention due to the state of severity and the latent risk of suicidal behavior, the objective of detecting the risk of imminent death was achieved, for which it was decided His immediate hospitalization, where with the continuous multidisciplinary management, a behavioral improvement was found and with the involvement of his family nucleus.

KEY WORDS

Suicidal ideation, schizophrenia, multidisciplinary intervention.

INTRODUCCIÓN

La compleja intersección entre la esquizofrenia y los intentos de suicidio ha llamado la atención en el campo de la salud mental, dado que la esquizofrenia es un trastorno mental crónico que altera la cognición de la realidad, conlleva un importante riesgo de suicidio y merece un análisis en profundidad; relacionado con lo anterior la esquizofrenia es conocida como una enfermedad mental grave que se manifiesta principalmente en la adolescencia o en los primeros años de la edad adulta, se ha demostrado que las personas con esquizofrenia tienen una probabilidad 10 veces mayor de suicidarse que la población general. La compleja intersección entre la esquizofrenia y el intento de suicidio ha sido objeto de atención en el campo de la salud mental. La presencia de síntomas psicóticos, como alucinaciones y delirios, puede incrementar la desesperanza y la impulsividad, generando una predisposición al intento de suicidio. La carga emocional de la enfermedad, junto con la percepción de aislamiento social y la dificultad para establecer relaciones significativas, también contribuye a este riesgo. Las funciones de personalidad parcialmente interrumpidas, la regresión del desarrollo, la propensión a cortar los lazos sociales y el retraimiento en un mundo interno subjetivo de ideas, a menudo acompañadas de alucinaciones o delirios, son todas características de esta patología1.

El aislamiento social, ese veneno silencioso que a menudo acecha en las sombras de la esquizofrenia, también desempeña su papel en esta tragedia. Las conexiones humanas, esenciales para el alma, se desvanecen en una neblina de paranoia y confusión. La soledad, el eco en las paredes de la mente, puede convertirse en un impulso hacia el abismo.

El inicio de la enfermedad puede ser repentino o gradual, y sus síntomas pueden variar en su grado de mejoría o cronicidad. Por otro lado, esta enfermedad difiere de otras enfermedades mentales por no generar demencia o trastornos de memoria, orientación o tipo intelectual. Algunos pacientes pueden tener periodos de mejoría donde los síntomas son menores, pero también puede haber periodos de empeoramiento en el cual los síntomas serán más graves. La detección temprana y la intervención son cruciales en la gestión de esta relación. La identificación de signos de alarma, como la expresión de pensamientos suicidas o cambios abruptos en el comportamiento, puede permitir la intervención oportuna. La terapia cognitivo-conductual, el apoyo familiar y la medicación adecuada también desempeñan un papel crucial en mitigar el riesgo1.

La Organización Mundial de la Salud (OMS)2 calcula que esta enfermedad perjudica a 24 millones de individuos, lo que representa aproximadamente 1 de cada 300 personas (0.32%) en escala global. En el caso de México, la Secretaría de Salud estima que impacta a más de 1 millón de personas, con una tasa de prevalencia del 0.7 al al 1.3%. En los hospitales psiquiátricos, el 50% aproximadamente de los pacientes tienen esta enfermedad mental y solo el 31.3% recibe atención especializada3. La esperanza de vida recae en 10 y 20 años, ya que, de estas personas, la mitad tienen problemas psiquiátricos a largo plazo y otro porcentaje menor tienen síntomas crónicos y/o discapacidad.

Generalmente cuando se abordan trastornos psicóticos, un signo patognomónico es la desorganización de la personalidad, donde ellos pierden una verificación de la realidad por lo que se vuelven incapaces de distinguir entre las experiencias internas y las percepciones del mundo exterior, lo que hace que se manifiesten las alucinaciones. Aunque todos los órganos de los sentidos pueden estar afectados, las alucinaciones auditivas son especialmente frecuentes en la esquizofrenia. Los delirios, que resultan de una mala interpretación subjetiva de las observaciones del mundo exterior, también exhiben una pérdida de verificación de la realidad en su forma más leve3.

Se establece una distinción entre los síntomas positivos tales como falta de percepción, alucinaciones auditivas, ideas de referencia, delirios de referencia, sospecha, ánimo delirante, delirios de persecución y pensamientos expresados en voz alta, y síntomas negativos tales como retraimiento social, abandono de sí mismo, pérdida de motivación o escasez del habla4.

De acuerdo con las observaciones clínicas, los pacientes que experimentan alucinaciones auditivas, así como problemas de relaciones interpersonales y familiares, tienen más probabilidades de albergar pensamientos suicidas.

Algunos autores han descrito que las ideas de suicidio están conectadas con una menor calidad de vida, lo cual está relacionado con una mayor frecuencia de síntomas depresivos. Junto con el proceso esquizofrénico, la insatisfacción vital severa y los síntomas extrapiramidales provocados por la medicación antipsicótica también son los culpables de la disminución de la calidad de vida. De acuerdo con Kraepelin, un psiquiatra alemán, existe asociación entre esquizofrenia y depresión cuando identificó lo que él llamó “demencia precoz” y la diferenció de los trastornos afectivos, sin embargo, notó trastornos afectivos en pacientes con demencia precroz, por lo que agregó una forma depresiva a la descripción clínica de la demencia precoz5. Después de años, Paul Eugen Bleuler hizo hincapié en los cambios cognitivos y cambios a nivel de pensamiento, asociación de ideas, delirio y alucinaciones, pero también hizo referencia a la presencia de trastornos afectivos y síntomas depresivos en pacientes esquizofrénicos6. Kurt Schneider se percató que una cantidad de pacientes con esquizofrenia se suicidaban, conducta que comenzó a ser estudiada e intentada de comprender7. Según Caldwell y Gottesman, los suicidios son más comunes en pacientes esquizofrénicos: 10-13%, quienes refieren que esto ocurre usualmente durante los dos primeros años de su enfermedad8.

El suicidio está relacionado neurobiológicamente con un déficit en la biodisponibilidad de la serotonina, lo que daría lugar a una mayor impulsividad y conductas agresivas más frecuentes. A partir de estudios previamente realizados por distintos autores, se han observado disminuidos los receptores presinápticos a nivel de la corteza frontal junto con el metabolito de serotonina en líquido cefalorraquídeo y, aumentada la densidad de receptores postsinápticos8.

Se ha registrado que los pacientes con esquizofrenia utilizan métodos de suicidio más graves y menos comunes. El riesgo de suicidio es 12 veces mayor en personas con esquizofrenia que en la población general, lo que reduce la esperanza de vida en aproximadamente 10 años. En contraste con la población general, que tiene un riesgo de suicidio de solo el 1%, se cree que las personas con esquizofrenia tienen un riesgo de suicidio de por vida hasta del 10%. Un historial de intento de suicidio es común en pacientes que mueren por suicidio, con estimaciones de que el 49% de las personas con esquizofrenia generalmente se suicidarán cerca del inicio de la enfermedad. Según varios estudios de pacientes con esquizofrenia, el 50% de ellos experimentan ideación suicida, con o sin intento de suicidio, durante el curso de la enfermedad. Además, el 38 % ha experimentado al menos un episodio de autolesión en los últimos 2 a 12 años. El suicidio es una causa altamente relacionada con la muerte de pacientes con esquizofrenia9.

Es por esto por lo que se realiza este estudio, debido a que la asociación entre la esquizofrenia y los intentos de suicidio exige una conversación valiente y una acción concertada. Subraya la necesidad de un enfoque integral en la atención de la salud mental. Comprender los factores que contribuyen a este riesgo y brindar un apoyo holístico a las personas con esquizofrenia son pasos esenciales para prevenir consecuencias devastadoras. Requiere una mirada sin reservas al abismo mental y la voluntad inquebrantable de tender una mano a quienes luchan en la oscuridad. En la encrucijada entre la esquizofrenia y la autodestrucción, la empatía, la intervención temprana y el apoyo inquebrantable pueden convertirse en los pilares que desafían la oscuridad y abren un camino hacia la luz.

PRESENTACIÓN DEL CASO CLÍNICO

Masculino de 35 años de edad, antecedente de diagnóstico de esquizofrenia y crisis convulsivas de 25 años de evolución en tratamiento con sertralina, olanzapina, diazepam, risperidona, citalopram y biperideno con mal apego al tratamiento, sin antecedentes heredofamiliares, soltero, no toxicomanías, empleado de sacacopias en Hospital Público del estado de Sinaloa, antecedente de dos intentos de autólisis previos con ingesta de farmacoterapia y sosa cáustica, uno hace 24 años y otro hace un año exactamente lo que ocasionó que lo ingresaran a cirugía por gastrectomía tras úlcera gástrica. En esta ocasión acude referido al servicio de urgencias del Hospital General Regional No. 1 del Instituto Mexicano del Seguro Social, por referir haber ingerido al menos ocho piedras de aproximadamente 2-3 cm de diámetro con sensación de obstrucción en esófago, refiere haberlas ingerido por no encontrarle sentido a la vida, esto tras un altercado con personas desconocidas el cual lo desestabiliza al nivel de llegar a intento de suicidio. Al ingresar al Hospital General Regional No. 1, el paciente llega al área de urgencias acompañado de su familiar, en donde se le realiza la exploración física encontrando al paciente consciente, orientado en sus 3 esferas, cooperador, tembloroso, con buena hidratación de tegumentos, mucosa oral bien hidratada, cuello cilíndrico sin adenomegalias ni datos de ingurgitación yugular, con dolor a la palpación, campos pulmonares bien ventilados, sin estertores ni sibilancias, ruidos cardíacos rítmicos, de buen tono e intensidad, abdomen blando, depresible, dolor a la palpación superficial, sensación de ardor en zona epigástrica irradiado a abdomen generalizado tras ingesta de agua, peristalsis presentes, miembros íntegros con adecuada movilidad. Se interconsulta con el equipo de endoscopia para su extracción ya que la radiografía de tórax que se le ordenó mostraba las piedras en esófago. En endoscopia se entrega previo consentimiento informado, firmado por el paciente y familiar, se introduce el endoscopio por debajo de cricofaríngeo encontrando una piedra impactada, la cual se extrae con sonda Foley y bajo laringoscopia se extrae de cavidad oral, posteriormente las demás piedras se capturan con red y se extraen por boca, al término de esta intervención, se logran extraer las 8 piedras. Posteriormente se interconsulta con el servicio de cirugía quien decide intervenir quirúrgicamente con una laparotomía exploradora con hallazgo de líquido libre en cavidad abdominal de aproximadamente 200 ml de características gástricas, no fétido, con restos alimentarios, colecciones subdiafragmáticas y ambas parietocólicas, hueco pélvico, además de úlcera gástrica de 1 cm perforada, localizada en curvatura menor. Se ingresa posteriormente a piso de observación para vigilancia postquirúrgica, donde es valorado por el servicio de Medicina Familiar, quien evalúa la posibilidad de iniciar visitas al piso en donde se encuentra internada la paciente para dar seguimiento y valoración. Se inicia con el proceso informando que se realizarán visitas al siguiente día de su hospitalización.

Al establecer la primera visita, se tuvo una conversación con los familiares presentes con la finalidad de brindar información detallada sobre la finalidad de las visitas, la firma de documentos para la autorización del uso de información y expediente clínico. En la segunda visita se realiza una historia clínica detallada de la paciente, en donde se niega uso de toxicomanías y se informa un mal apego al tratamiento, expresando haberlo abandonado por deseos de terminar con su vida, al preguntar a la madre sobre esta situación, ella refiere no tener la energía adecuada por su avanzada edad para asegurarse de que el paciente cumpla con el tratamiento de forma adecuada. El paciente refiere no realizar actividades físicas o recreativas; mala dinámica familiar, en cuanto a la estructura de la familia, es una familia nuclear, tradicional, con presencia de 2 hermanos y padres vivos, de clase económica baja. Se identifican factores y conductas de riesgo en relación con el sexo, edad, sedentarismo, antecedente de crisis convulsivas, autolesiones y múltiples intentos de suicidio previos. No se detectan antecedentes heredofamiliares de riesgo. Se realiza toma de los signos vitales que se encuentran dentro de la normalidad, el paciente se refiere con adinamia, astenia, confusión, sentimiento de desesperanza, distorsiones de la realidad, alucinaciones, escuchar voces que le dicen que se autolesione, creencia de persecución con sus padres, por eso no obedece a su madre cuando le da el medicamento, rigidez muscular, movimientos repetitivos, anhedonia, disminución del habla, dificultad para concentrarse y problemas con la toma de decisiones. Durante la tercera visita se aplican los instrumentos psicométricos adecuados para su edad y su padecimiento actual, la escala de detección de riesgo suicida, MINI subescala suicidio (Ligero/ Moderado/ Alto) y Puntuación total SAD en primer nivel, el paciente durante su estancia hospitalaria tuvo ajuste de tratamiento por parte de psiquiatría, aumentando las dosis de risperidona 2 mg cada 12 horas, oxcarbazepina 600 mg dos por la noche y una en la mañana, citalopram 20 mg por la mañana, biperideno 2 mg 2 tabletas por la mañana, se compartieron los resultados de las herramientas aplicadas, por lo que se recomienda su envío a tercer nivel de atención, para seguimiento y manejo, ya que por el momento se valora como inestable y con riesgo alto de suicidio, a su vez es visitada por el servicio de psiquiatría y psicología quien concuerda con la indicación de envío a tercer nivel e indicación de antipsicótico de depósito debido al mal apego terapéutico.

Metodología: Se canalizó a un paciente hospitalizado de 35 años de edad del área de urgencias médicas del Hospital General Regional No. 1 del Instituto Mexicano del Seguro Social, ingresado por un intento de autólisis tras la ingesta de 8 piedras de aproximadamente 2-3 cm, diagnosticado con esquizofrenia, valorándolo a través de 4 momentos; en el primero identificando al paciente, aplicando los documentos respectivos para la autorización del uso de datos personales y expediente clínico, en el segundo momento se realizó la recolección de información y creación de una historia clínica completa del paciente, en el tercer momento se realizó una evaluación de su entorno mediante la observación de visitas guiadas con personal especializado, además constó de la aplicación de instrumentos para la asociación de esquizofrenia y suicidio en el primer nivel de atención como la escala de detección de riesgo suicida compuesta por las escalas SAD PERSONS y MINI SUICIDIO. La escala SAD PERSONS examina la posibilidad de suicidio mediante elementos clínicos y datos sociodemográficos, asignando un valor de 0 o 1 a la presencia o ausencia de cada uno. Una puntuación menor a 2 señala un riesgo bajo de suicidio, mientras que una puntuación de 3 a 4 indica un riesgo moderado. Una puntuación de 5 a 6 señala un riesgo alto y una puntuación entre 7 y 10 señala un riesgo muy alto. La escala MINI SUICIDIO es una entrevista neuropsiquiátrica internacional que consiste en una entrevista diagnóstica con un formato organizado y de corta duración. Incluye una sección destinada a evaluar el riesgo de suicidio. En cada pregunta, responder «Sí» se asocia con una puntuación. El total de puntuaciones se relaciona con un nivel específico de riesgo10. Por último, en el cuarto momento se realizaron las encuestas al paciente y posteriormente se realizó un análisis de datos y resultados compartiéndolos con el área de psiquiatría y psicología para un adecuado manejo multidisciplinario siguiendo los enfoques de Doherty y Baird11, quien menciona que los niveles de intervención son mínimo énfasis, información y consejería, sentimiento y apoyo emocional, evaluación funcional e intervención planificada y terapia familiar.

Criterios de selección:

La investigación se fundamentó en las disposiciones establecidas en el Reglamento correspondiente a la Ley General de Salud (LGS) en el ámbito de Investigación para la Salud12. Específicamente, se basó en el Título Segundo, Capítulo 1, y en los Artículos 13, 14, 16 y 17 de dicho reglamento. En congruencia con el Artículo 13, se garantizó la prioridad de los derechos y el bienestar de los participantes del estudio. Siguiendo la directriz del Artículo 14, se obtuvo una aprobación positiva por parte del Comité de Ética e Investigación de la unidad médica de adscripción de los investigadores, reafirmando así el cumplimiento de los aspectos éticos y de protección en la investigación. Se atendió la salvaguardia de la privacidad de los individuos sometidos a estudio, de acuerdo con lo establecido en el Artículo 16. Asimismo, en conformidad con el Artículo 17, la naturaleza de la investigación fue categorizada como de bajo riesgo. Adicionalmente, en concordancia con las disposiciones de los Artículos 20, 21 y 22, el procedimiento de obtención de consentimiento informado fue llevado a cabo por escrito, respetando los requisitos estipulados por la Ley General de Salud. Este proceso se llevó a cabo de manera voluntaria, sin presiones indebidas, y con una comprensión completa por parte de los participantes respecto a las actividades contempladas en el estudio de investigación. Por último, en consonancia con el Capítulo 2, los Artículos 28 y 29, se obtuvo la debida autorización tanto de las instancias de salud competentes como de las autoridades civiles de la comunidad involucrada en la investigación y familia del sujeto en estudio.

RESULTADOS

Se realizó una evaluación de su entorno mediante la observación de visitas guiadas con personal especializado, aplicación de la escala de detección de riesgo suicida, MINI subescala suicidio (Ligero/ Moderado/ Alto) y Puntuación total SAD en primer nivel10 los cuales mostraron como resultado un alto riesgo de suicidio y muerte inminente. Gracias al alto riesgo de suicidio en este paciente, se compartieron resultados con el servicio de psiquiatría a su cargo para manejo conjunto siguiendo los niveles de Doherty y Bair11, donde se mencionan los niveles de intervención mínimo énfasis, información y consejería, sentimiento y apoyo emocional, evaluación funcional e intervención planificada y terapia familiar, los cuales se llevaron a cabo.

Las intervenciones de primer nivel son necesarias para proporcionar una buena atención y establecer bases para el manejo a largo plazo de la esquizofrenia. Se sostuvo comunicación con el paciente y sus padres escuchando los sentimientos, problemas y crisis que han pasado por su trastorno mental, a ambos se les brindó consejería sobre cómo manejar la relación intrafamiliar y cómo reaccionar ante crisis para disminuir el riesgo de suicidio.

Se les otorgó información educativa completa sobre el trastorno mental del paciente para ambos, para que tanto el entorno familiar como el paciente comprendieran el origen de sus crisis, esto ayudando a aumentar la compresión y a reducir el estigma que se tiene a nivel global sobre la esquizofrenia, se le explicó al paciente que es necesario para su mejoría el tener autocuidado e identificar los factores de estrés para poderlos disminuir y que no se pueda desencadenar una situación, en caso de presentarse, se le informó sobre la importancia de saber manejar correctamente el estrés en ciertas situaciones ya que en esta situación, el paciente refirió que el intento de suicidio fue tras un evento de estrés para él, por lo que si puede tener un buen control de su estrés, la toma de decisiones puede mejorar.

Para la prevención de recaídas se explicaron señales de advertencia para que ambos puedan identificarlas a tiempo y estrategias para el control de esas crisis y se pueda evitar la recaída, se les comentó lo necesario que es para que el paciente pueda estar estable, así como estar teniendo supervisión médica regular para monitorizar su apego al tratamiento y que este sea el adecuado para el trastorno individualizado.

Tras las intervenciones que se tuvieron, el paciente se mostró más tranquilo y el familiar empatizó de una manera distinta con su hijo, se le ayudó a la familia a conectarse entre ellos y se les sugirió conectarse con algún grupo de apoyo, continuamos haciendo énfasis en la promoción a la adherencia de su tratamiento tanto médico como terapéutico y en cómo acceder a ayudas de emergencia, ya que puede ser vital en momentos de crisis o recaídas.

Se notó una mejoría anímica tanto del paciente como en su familiar tras haberles brindado la consejería clínica antes mencionada, refirieron haber desconocido antes sobre estas tácticas para disminuir el riesgo de recaída o suicidio, por lo tanto, se mostraron con entusiasmo y esperanza. Se encontró una mejoría conductual con su hospitalización a un hospital psiquiátrico, sigue en tratamiento con citalopram 20 mg cada 24 horas, biperideno 4 mg cada 24 horas, oxcarbazepina 600 mg con un consumo de 2 tabletas por las mañanas y 1 por la noche, y risperidona 2 mg cada 12 horas, el paciente está recibiendo apoyo de parte de su núcleo familiar de una manera más atenta y eficaz para su enfermedad, teniendo conocimiento de atención en crisis de esquizofrenia y habiendo sido educados sobre la enfermedad y su rol familiar, lo cual ha influido en la mejoría del paciente y mejora en su calidad de vida.

DISCUSIÓN

Para lograr un manejo efectivo de la esquizofrenia, se necesitan enfoques con intervenciones multimodales. Estas deben abarcar desde la identificación temprana en la comunidad, la psicoeducación tanto para las personas afectadas como para sus familias y la sociedad en general, y un abordaje integral en diversas áreas de funcionamiento para facilitar la adaptación del individuo a su entorno social13.

Donald E.14 llevó a cabo estudios de cohorte longitudinales de suicidio en pacientes con diagnóstico de esquizofrenia y calculó el riesgo de suicidio de dos grupos, un grupo de primer episodio y uno con múltiples episodios, concluyendo que la estrategia multinivel para la mejora de la seguridad en la esquizofrenia incorpora un enfoque multidisciplinario basado en la educación pública y familiar, reduciendo el estigma y la facilitación del acceso a servicios de crisis y emergencia, manteniendo el control del tratamiento rutinario, depresión y adicción, además del beneficio excepcional del primer nivel en el hallazgo precoz de la psicosis.

Taborda y colaboradores15 consideran a las intervenciones familiares como esenciales dentro de la atención organizada y compleja de la esquizofrenia. Sin embargo, a pesar de que contamos con modelos de intervención con antecedentes de éxito, actualmente no se utilizan en la prestación rutinaria de los servicios de salud mental; lo que concuerda con Inglott Domínguez y colaboradores 16 ya que demostraron que las intervenciones familiares reducen las recaídas psicóticas, mejoran la armonía familiar y la interacción social.

La Dirección de Investigaciones Epidemiológicas y Psicosociales, INPRFM liderado por Gómez Durán y colaboradores17 realizaron un estudio donde se identifican y analizan las principales situaciones de crisis que enfrentan los familiares de pacientes con esquizofrenia, así como las necesidades de atención psiquiátrica de estos familiares en momentos de crisis, a lo que establecen como conclusión que se necesitan desarrollar intervenciones para las crisis en un primer nivel y establecer una red de apoyo.

Es importante destacar que la identificación temprana y el tratamiento adecuado, que generalmente incluye medicamentos antipsicóticos e intervenciones de primer nivel, así como terapia familiar, pueden ayudar a controlar los síntomas y mejorar la calidad de vida de las personas con esquizofrenia.

CONCLUSIONES

En el complejo telar de la esquizofrenia y los intentos de suicidio, la comprensión y las intervenciones familiares brillan como faros de esperanza. La asociación entre la esquizofrenia y la inclinación hacia la autodestrucción ha sido un desafío oscuro que afecta tanto a los pacientes como a sus seres queridos. Sin embargo, a medida que avanzamos, emerge una historia de transformación y recuperación impulsada por la educación y el apoyo familiar.

La esquizofrenia es un trastorno mental grave el cual se ve regido por sus patrones conductuales y el retraimiento de un mundo interno en su mente. Los pacientes con esquizofrenia tienen hasta el 10% de riesgo de suicidio solo por tener este trastorno mental. Las intervenciones familiares son esenciales y sumamente beneficiosas para reducir las caídas psicóticas, por lo cual se recomienda ampliamente la participación de la familia con pacientes con esquizofrenia.

La esquizofrenia, con su amalgama de síntomas, puede crear un terreno fértil para la desesperanza y la impulsividad. Los intentos de suicidio se convierten en un eco sombrío de la lucha interna de quienes padecen esta enfermedad. Sin embargo, en este contexto complejo, las intervenciones familiares han demostrado ser una herramienta invaluable. La educación proporcionada a las familias no sólo disipa el velo del desconocimiento, sino que también les brinda las herramientas necesarias para comprender y apoyar a sus seres queridos. A medida que las familias adquieren una comprensión más profunda de la esquizofrenia, se vuelven capaces de reconocer las señales de advertencia y responder de manera temprana a los momentos de crisis. Las intervenciones de primer nivel no solo brindan información sobre la naturaleza de la enfermedad y su tratamiento, sino que también fomentan habilidades de comunicación efectiva y estrategias de manejo del estrés. Estas herramientas no solo mejoran la relación entre pacientes y familias, sino que también contribuyen a reducir el riesgo de intentos de suicidio.

A medida que los cimientos de la comprensión y el apoyo familiar se solidifican, los pacientes con esquizofrenia encuentran un camino hacia la recuperación. La prevención de recaídas y la gestión efectiva de los síntomas se convierten en realidades alcanzables. La familia, armada con conocimientos y estrategias, se convierte en un factor esencial en el proceso de recuperación, proporcionando un entorno seguro y empático que permite a los pacientes prosperar.

En conclusión, la asociación entre la esquizofrenia y los intentos de suicidio nos recuerda la urgente necesidad de comprender y apoyar a quienes luchan en las sombras de la enfermedad mental. A través de las intervenciones familiares, la narrativa cambia de desesperanza la esperanza, de aislamiento a comunidad y de autodestrucción a recuperación. Cada paso que damos hacia la educación y el apoyo familiar es un paso hacia un futuro más brillante y resiliente para aquellos afectados por la esquizofrenia.

 

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