Determinaciones bioquímicas para el estudio de la función hepática.

30 septiembre 2021

AUTORES

  1. Ana Cristina Miguel Molinos. Técnico Superior en Laboratorio de Diagnóstico Clínico .Hospital Universitario Miguel Servet (Zaragoza).
  2. María Dolores Fuentes Marín. Técnico Superior en Laboratorio de Diagnóstico Clínico. Hospital Universitario Miguel Servet (Zaragoza).
  3. Beatriz Jiménez Moraleda. Técnico Superior en Laboratorio de Diagnóstico Clínico. Hospital Universitario Miguel Servet (Zaragoza).
  4. Gabriel Ciprian Negru. Técnico Superior en laboratorio de Diagnóstico Clínico. Hospital Universitario Miguel Servet (Zaragoza).
  5. Marta Sabanza Belloso. Técnico Superior en Laboratorio de Diagnóstico Clínico. Hospital Universitario Miguel Servet (Zaragoza).
  6. María López Gómez. Técnico Superior en Laboratorio de Diagnóstico Clínico. Hospital Universitario Miguel Servet (Zaragoza).

 

RESUMEN

El hígado es un órgano complejo con una estructura y vascularización propias que interviene en el metabolismo de los hidratos de carbono, las grasas y las proteínas tanto en la degradación como en la síntesis de nuevos compuestos.

Las pruebas de la función hepática se emplean para detectar, diagnosticar específicamente, estimar la severidad y monitorizar el curso de la enfermedad hepática. Para obtener un diagnóstico preciso se solicitan dos tipos de parámetros: niveles de enzimas hepáticas (FA, AST o GOT, ALT o GPT y GGT) y otras determinaciones que, de modo indirecto, reflejan el funcionamiento hepático (bilirrubina, albúmina o tiempo de coagulación de la sangre). La analítica junto con la clínica nos permitirá determinar si el paciente sufre colestasis, obstrucción biliar, daño hepatocelular, necrosis, defecto en la conjugación o si la función hepática está alterada.

Para medir la función fisiológica del hígado se determina la bilirrubina y albúmina. Las pruebas que indican lesión hepática son las transaminasas: ALT (GPT) y AST (GOT).Las pruebas que indican respuesta a lesión hepática son: Globulinas y anticuerpos titulares y las pruebas que diagnostican infecciones virales son los marcadores virales.

 

PALABRAS CLAVE

Hígado, transaminasas, cirrosis, trasplante hepático.

 

ABSTRACT

The liver is a complex organ with its own structure and vascularisation involved in the metabolism of carbohydrates, fats and proteins both in degradation and in the synthesis of new compounds.

Liver function tests are used to detect, specifically diagnose, estimate the severity and monitor the course of liver disease. To obtain an accurate diagnosis, two types of parameters are requested: liver enzyme levels (FA, AST or GOT, ALT or GPT and GGT) and other determinations that indirectly reflect liver function (bilirubin, albumin or blood clotting time). The analysis, together with the clinical examination, will allow us to determine whether the patient suffers from cholestasis, biliary obstruction, hepatocellular damage, necrosis,conjugation defect or if the liver function is altered.

To measure physiological liver function, bilirubin and albumin are determined. Tests that indicate liver injury are transaminases: ALT (GPT) and AST (GOT), tests that indicate response to liver injury are: globulins and titular antibodies, and tests that diagnose viral infections are viral markers.

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KEY WORDS

Liver, transaminases, cirrhosis, liver transplantation.

 

INTRODUCCIÓN

El hígado es la víscera de mayor volumen del organismo cuyo peso oscila entre 1200 y 1600 gr. Se sitúa en la parte superior de la cavidad abdominal, debajo del diafragma, ocupando el hipocondrio derecho, gran parte del epigastrio e incluso parte del hipocondrio izquierdo. Es una glándula mixta exocrina y endocrina. La vesícula biliar está adherida a la superficie visceral del hígado y unida a él a través del conducto cístico.

Su unidad estructural es el lobulillo hepático que está formado por células hepáticas o hepatocitos que constituyen su unidad funcional, el espacio porta que contiene la vena porta, arteria hepática, conducto biliar, elementos linfáticos y nervios. Las sinusoides hepáticas son canales vasculares que separan las placas de hepatocitos dentro de las cuales se encuentran las células de Kupffer que forman parte del sistema de defensa del hígado.

El sistema vascular hepático tiene características únicas comparadas con otros órganos del organismo.

La sangre entra en el hígado a través de la vena porta y la arteria hepática y a través de ramas terminales desemboca en los sinusoides. Éstos están en contacto con los hepatocitos y así puede producirse el intercambio de nutrientes y metabolitos. Los sinusoides terminan en la vena central del lobulillo hepático; de allí la sangre pasa a las ramas de la vena hepática para desembocar en la vena cava inferior.

El árbol biliar es un sistema de canales que transporta la bilis al intestino delgado en dirección opuesta al flujo sanguíneo. Los hepatocitos producen y secretan componentes de la bilis en los canalículos biliares desembocando en los conductos biliares. Estos conductos intrahepáticos terminan en un conducto extrahepático, el cístico que está conectado con la vesícula biliar.

El hígado es un órgano con múltiples y complejas funciones. Entre otras, el hígado se encarga de la detoxificación, conversión de amonio en urea, almacenamiento de glucógeno y liberación de glucosa, síntesis de ácidos grasos y cetogénesis, síntesis proteica, de lipoproteínas, colesterol y fosfolípidos, de factores inmunitarios, de factores de la coagulación, depuración y eliminación de bilirrubina, y formación y secreción de bilis1. Todos los antígenos absorbidos por el tubo digestivo, microorganismos y otros factores sistémicos, así como la metabolización de fármacos y productos tóxicos, pasan necesariamente por el hígado, y por el efecto de todos ellos puede producirse enfermedad y alteración de las pruebas de función hepática.

La historia clínica debe darnos la clave inicial del diagnóstico de cualquier hepatopatía, aunque la semiología es con frecuencia inespecífica. Los síntomas más conocidos y específicos de enfermedad hepática son: hepatomegalia, ictericia, acolia y coluria.

Las denominadas pruebas de función hepática incluyen determinaciones bioquímicas y también pruebas dinámicas que valoran su capacidad funcional (sobre todo, metabólica y excretora)2,3.

Las concentraciones séricas elevadas de enzimas pueden deberse a necrosis celular, aumento de síntesis de enzima o alteración de la secreción de la misma. Concentraciones disminuidas, por el contrario, se deben a un déficit de síntesis hepática de la enzima. El daño hepatocelular y la colestasis pueden dar lugar a alteraciones de la función hepática que pueden acabar en fallo hepático. Es importante determinar los parámetros que indican la calidad de la función del órgano como la albúmina, protrombina y el INR.

La epidemiología de las hepatitis virales ha cambiado notablemente en los últimos 25 años con relación a la aplicación de medidas de carácter sanitario orientadas a interrumpir la cadena de transmisión de la infección y a la introducción de las vacunas de la hepatitis A y de la hepatitis B4. Como consecuencia de estos hechos se ha apreciado en los países desarrollados, donde existen sistemas de notificación de las enfermedades transmisibles, una disminución progresiva de la incidencia de hepatitis aguda A, B y C en la población general5-6.

Según las cifras de la ONT (Organización nacional de trasplantes) Andalucía, Cataluña, Madrid y Valencia son las comunidades autónomas que han registrado mayor número de trasplantes hepáticos en los últimos años. En Aragón desde 1998 que se hizo el primer trasplante de hígado el número de trasplantados medio está alrededor de 30 pacientes cada año.

En 2020 y pese a la crisis sanitaria debida al Covid-19 se registraron 1034 trasplantes hepáticos según los datos de la ONT.

 

OBJETIVO

El objetivo del presente artículo es poner de manifiesto la importancia de la determinación de las enzimas hepáticas para la prevención, el diagnóstico, tratamiento y monitorización de enfermedades y daño hepáticos.

 

METODOLOGÍA

Se lleva a cabo una revisión bibliográfica de diferentes artículos de revistas científico-sanitarias. Como buscador de bibliografía se utiliza Google Académico, páginas relacionadas con el tema y documentación de organismos oficiales.

 

RESULTADOS

Los parámetros de laboratorio ayudan a determinar la unidad del hígado que ha sufrido daño mostrando un patrón hepatocelular (necrosis), un patrón colestásico o un patrón mixto.

Parámetros que reflejan daño hepatocelular

*AST: Es una enzima mitocondrial menos específica de hígado. Se encuentra elevada además durante el embarazo, con la práctica de ejercicio físico extenuante. La hemólisis y fármacos como esteroides, anabolizantes, estrógenos o antibióticos producen una falsa elevación de esta enzima.

Aumenta en hepatitis aguda y en hepatitis crónica de manera más moderada.

*ALT: Es una enzima citoplasmática más sensible y específica de patología hepática.

Aumenta en los mismos casos que la AST y además en el hepatocarcinoma y la metástasis hepática.

En el daño agudo hepático aumenta inicialmente la AST y luego se igualan AST y ALT manteniéndose en el tiempo la ALT.

*LDH: Es una enzima inespecífica ya que está presente en todas las células del organismo. La isoenzima

Hepática (LDH-5) es indicativa de necrosis hepática o carcinoma metastásico de hígado.

Parámetros que reflejan colestasis

*Fosfatasa alcalina (ALP): Tiene varias isoenzimas (ALP hepática, placentaria, ósea, renal, intestinal).Para su determinación se usan métodos electroforéticos e inmunológicos. Su incremento es llamativo en colestasis, cirrosis o en presencia de metástasis hepáticas.

*GGT: Esta enzima se elimina por vías biliares. Se eleva junto a la ALP en colestasis. El etanol incrementa su síntesis por lo que aparecen valores muy elevados en alcohólicos.

*5’-Nucleotidasa: Esta enzima se eleva en enfermedades hepáticas y no en las óseas por lo que es útil para confirmar el origen hepático de una ALP elevada. La hemólisis interfiere en su determinación.

*Bilirrubina: es un pigmento que procede en su mayor parte de la destrucción de los eritrocitos viejos en el sistema reticuloendotelial. Al desintegrarse la hemoglobina en globina y grupo hemo, éste último se divide dando como productos el ion hierro y la biliverdina. La biliverdina (de color verde) se reduce produciéndose en dicho proceso la bilirrubina, pigmento biliar de color amarillo rojizo. Pasa a la sangre por donde circula unida a la albúmina que la transporta hasta el hígado. Una vez allí es captada por los hepatocitos y en su interior se conjuga con el ácido glucurónico obteniendo la bilirrubina directa o conjugada que es soluble en agua a diferencia de la no conjugada indirecta que es insoluble.

El hepatocito segrega la bilirrubina conjugada que formando parte de la bilis circula por los conductos biliares hasta llegar al duodeno. Allí, la flora bacteriana la transforma en urobilinógeno que es reabsorbido en parte pasando a la circulación portal y de aquí al hígado a través de la circulación enteropática. La mayor parte del urobilinógeno o estercobilinógeno es eliminado de nuevo hacia el intestino con la bilis y una pequeña parte es secretada por los riñones con la orina. La fracción que permanece en el intestino delgado se transforma en estercobilina: responsable de colorear las heces.

Se puede determinarla bilirrubina directa (conjugada), indirecta (no conjugada) o la bilirrubina total que es la suma de bilirrubina directa e indirecta por el método de Van der Bergh o el de Jendrassik-Grof.

Las causas de hiperbilirrubinemia con predominio indirecto es el aumento de producción de bilirrubina, un defecto en la captación de la misma o la disminución de la conjugación de la bilirrubina. Entre las causas de hiperbilirrubinemia con predominio directo encontramos trastornos hereditarios de la excreción de bilirrubina, colestasis intrahepática o extrahepática.

En la enfermedad de Gilbert aparece un aumento de la bilirrubina no conjugada por un defecto de la captación mientras que en las hepatitis virales y en la ictericia neonatal y la enfermedad de Crigler-Najjar hay una conjugación deficiente .

 

Parámetros de alteración de la función hepática:

*Albúmina: El hígado produce elevadas cantidades de esta proteína, tiene una vida media de 20 días. Empieza a manifestarse en pruebas de laboratorio después de una semana de establecido el proceso patológico por lo que es útil para el diagnóstico del fallo hepático crónico. Para su determinación se utilizan métodos colorimétricos como el verde de bromocresol y púrpura de bromocresol.Entre las causas de hipoalbuminemia encontramos la pérdida de proteínas (síndrome nefrótico,quemaduras…), recambio incrementado de albúmina , disminución de ingesta de proteínas o la enfermedad hepática crónica.

*Tiempo de protrombina(TP): Es una prueba de coagulación sanguínea cuyo resultado es elevado o prolongado cuando las concentraciones en sangre de algunos factores coagulantes por el hígado son bajas.Sirve para evaluar el fallo hepático agudo y el crónico ya que la insuficiencia hepática grave da lugar alteraciones en la coagulación como un TP prolongado.

*Urea: Durante el metabolismo de las proteínas se producen iones amonio que son tóxicos para el organismo. El hígado se encarga de eliminar este amonio transformándolo en urea que es eliminada por vía renal. El amoníaco es el principal derivado del metabolismo de los aminoácidos. El metabolismo del amoniaco tiene lugar en el hígado a través del ciclo de la urea. Se observa hiperamonemia en la enfermedad hepática grave como la cirrosis, en el síndrome de Reye y en el fallo hepático agudo.

Patologías hepáticas

*Hepatitis: Consiste en la inflamación de dicho órgano por causas muy variadas: autoinmunes, tóxicas, fármacos…

-Hepatitis A: es muy contagiosa, se transmite por vía oral-fecal. Su presencia se detecta mediante anticuerpos anti- VHA

-Hepatitis B: la mayoría de casos se resuelve espontáneamente pero en el 10% de los pacientes se cronifica y puede causar cirrosis y carcinoma hepatocelular. Se transmite por vía sexual y parenteral.

Se diagnostica mediante anticuerpos anti -VCB

-Hepatitis C: Se transmite por vía parenteral. Puede causar hepatitis crónica. Se determina mediante anticuerpos anti –VCC

-Hepatitis D: Se considera una superinfección de VHB puesto que necesita las proteínas de VHB para ser patógeno.

-Hepatitis producida por tóxicos: En ellas el cociente GOT/GPT es mayor a 1.

*Cirrosis: Es el estadío final de un deterioro gradual del parénquima funcional como consecuencia de una reacción inflamatoria crónica. Es la consecuencia final de enfermedades como la hemocromatosis o la enfermedad de Wilson en la que se acumula Cu en niveles incompatibles con la vida.

Si la cirrosis es de origen etílico la GGT estará elevada mientras que si es de origen biliar aumentará la ALP y la 5-NT. En la cirrosis aumenta la bilirrubinemia y desciende el colesterol plasmático y sus ésteres, el PT y la albúmina. El cociente albúmina/globulina es>1.

*Neoplasias hepáticas: El carcinoma hepatocelular es el tumor primario maligno más común. Se suele dar en enfermos hepáticos crónicos. En estos pacientes encontramos niveles elevados de AFP y 5-NT.

 

CONCLUSIONES

El hígado es un órgano que cumple múltiples funciones de gran importancia en nuestro organismo. Su buen funcionamiento condiciona el buen estado general. Cuando aparecen alteraciones en este órgano

Podemos determinarlas por métodos que valoren su funcionamiento. La clínica junto con la determinación en el laboratorio de parámetros ayuda a diagnosticar, establecer la gravedad y tratar la enfermedad hepática.

La calidad y esperanza de vida de los pacientes trasplantados de hígado ha mejorado notablemente en las últimas décadas. Las tasas de supervivencia a cinco años para el trasplante de hígado ahora se estiman en el 80% en adultos y en el 90% en niños. Por esta razón, el trasplante de hígado se considera una “cura” para la enfermedad hepática avanzada.

 

BIBLIOGRAFÍA

  1. González Jiménez D, Santos Rodríguez PM. Hipertransaminasemia en Pediatría. Bol pediatr. 2013; 53: 137-45.
  2. * Maldonado Lozano J. Valoración de la función hepática. En: Argüelles Martín F y cols. (eds.). Tratado de Gastroenterología, hepatología y nutrición pediátrica aplicada de la SEGHNP. Ergon; 2011. p. 419-26
  3. Codoceo Alquinta R, Perdomo Giraldi M, Muñoz Codoceo R. Interpretación del laboratorio en gastroenterología: Estudio de la función hepática. En: SEGHNP (ed), Tratamiento en gastroenterología, hepatología y nutrición pediátrica, 3ª ed. Ergon; 2012. p. 360-1.
  4. Vaccines to prevent viral hepatitis. N Engl J Med 1997;356:196-204.
  5. Cambios en la seroepidemiología de la infección por el virus de la hepatitis A en Cataluña en el período 1989-96. Implicaciones para una nueva estrategia vacunal. Med Clin (Barc) 1999; 42:406-8.
  6. The prevalence of hepatitis C virus infection in the United States, 1883 through 1994. N Engl J Med 1999; 341: 556-62.

 

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