Dolor crónico, fisioterapia y realidad virtual.

12 septiembre 2022

AUTORES

  1. Alejandra Matamala Sarasa. Graduada en Fisioterapia, Fisioterapeuta del Servicio Aragonés de Salud.
  2. José Ángel López Hernández. Graduado en Fisioterapia, Hospital Universitario San Jorge (Huesca).
  3. María Lázaro Revuelto. Graduada en Fisioterapia, Athenea Fisioterapia (Jaca).
  4. Belén Castán Ladredo. Graduada en Fisioterapia, Fisioterapeuta del Servicio Aragonés de Salud.
  5. Idoya Gurría Puzo. Graduada en Fisioterapia, Hospital Universitario San Jorge (Huesca).
  6. Silvia Luna López. Graduada en Fisioterapia, IMOVE Consulta de Fisioterapia y Suelo Pélvico.

 

RESUMEN

El dolor crónico afecta a un 20% de la población europea presentándose como un gran reto para la salud pública. Los pacientes afectados ven mermada su calidad de vida social y laboral. El manejo de esta problemática se mantiene insuficiente frente a la ausencia de estudios con una visión global e integradora. Mientras el tratamiento de primera elección sigue siendo los opiáceos se buscan terapias alternativas con menos efectos secundarios entre las cuales encontramos el ejercicio o el uso de realidad virtual.

 

PALABRAS CLAVE

Dolor crónico, epidemiología, valoración, tratamiento, realidad virtual.

 

ABSTRACT

One of the biggest challenges for public health in Europe it’s chronic pain since it affects up to twenty percent of it. Affected patients see their quality of social and work life diminished. Due to the lack of studies with a global and integrated perspective, how we deal with this problem remains insufficient. Right now, opiate treatments are the first choice, but it is necessary to look for alternative therapies with fewer side effects such as doing exercise or the use of virtual reality.

 

KEY WORDS

Chronic pain, epidemiology, pain assessment, treatment, virtual reality.

 

INTRODUCCIÓN

La Asociación Internacional para el Estudio del Dolor (IASP) define el dolor como “una experiencia sensorial y emocional desagradable asociada a una lesión real o potencial o descrita en los términos de dicha lesión»1. En 2018, la IASP formó un grupo de expertos para revaluar esta definición con el fin de aproximarse a un estudio del dolor más amplio en el que se tuvieran en cuenta otros aspectos cognitivos o emocionales, permitiéndonos así entender el dolor como un concepto subjetivo1,2.

Consideramos a un dolor crónico cuando éste tiene una duración mayor a 3 meses. Actualmente el dolor crónico tiene un gran impacto en los individuos y por tanto en la sociedad3. Afecta a un 20% de la población europea siendo la media española ligeramente inferior (17%)4,5.

El dolor crónico disminuye considerablemente la calidad de vida social y laboral de quien lo padece desencadenando procesos de depresión o problemas laborales (incapacidad para ejercer su trabajo, despidos…)5,6,7.

El manejo del dolor crónico se mantiene insuficiente5. Uno de los principales retos que se presenta es la complejidad de este: queda mucho por investigar. Además, las terapias actualmente utilizadas no contemplan la esfera psicosocial del paciente, dejando de lado los aspectos cognitivos o emocionales. A esa falta de visión global e integradora se le suman otras carencias como son falta de concienciación social, falta de formación especializada en dolor crónico, falta de un plan estratégico nacional o la carencia de estudios acerca del impacto social y costes sanitarios que implica5.

 

DIAGNÓSTICO Y VALORACIÓN:

El tiempo medio de demora para ser diagnosticado en Europa es de 2,2 años y el tiempo medio para recibir tratamiento 1,6 años. Estos datos generan la insatisfacción de una población que ve mermada su calidad de vida5. Además, los enfoques de diagnóstico generalmente no incorporan el conocimiento disponible sobre los mecanismos biopsicosociales que condicionan el dolor8.

La valoración del dolor nos proporciona información sobre la gravedad de la situación indispensable para la elección del tratamiento3. Dada la subjetividad del dolor, se recomienda el uso de escalas unidimensionales como la Escala de Escala Numérica (NRS), la Escala de Puntuación Verbal (VRS) o la Escala Analógica Visual (VAS)9. Sin embargo, con el fin de realizar una valoración más global y tener en cuenta la esfera biopsicosocial del paciente también se recomienda el uso de cuestionarios/instrumentos de valoración del dolor, entre los más utilizados encontramos: Cuestionario de Dolor de McGill (MPQ), Cuestionario de Dolor en Español (CDE), Cuestionario de Afrontamiento ante el Dolor Crónico (CAD), Cuestionario DN4, Inventario Multidimensional del Dolor de West Haven-Yale (WHYMPI), Test de Lattinen, Cuestionario Breve del Dolor (Brief Pain Inventory), The LANSS Pain Scale, The Neuropathic Questionnaire (NPQ) o Pain DETECT. Es el clínico quien debe elegir en función de su criterio la herramienta de valoración utilizada en cada caso9.

 

TRATAMIENTO:

Hasta la fecha, el dolor crónico ha sido controlado mediante el uso de medicamentos opioides. Este tipo de terapia contabilizan varios efectos secundarios asociados entre los cuales podemos destacar una mayor probabilidad de incapacidad permanente, problemas gastrointestinales, endocrinos y respiratorios, deterioro cognitivo o adicción. Se trata de una terapia con múltiples inconvenientes que no debería ser usada como primera opción. Esta problemática justifica la necesidad de buscar terapias alternativas al manejo mediante opioides13,14.

Las terapias activas demuestran tener beneficios directos e indirectos para la mayoría de los pacientes que sufren dolor crónico. Mientras que las terapias pasivas como la terapia manual consiguen una reducción más rápida de la percepción del dolor, las terapias activas son más efectivas a la hora de reducir la discapacidad. La fisioterapia actual busca terapias que permitan al paciente moverse en un entorno de seguridad10,16.

Aunque todavía queda mucho por investigar, la realidad virtual (RV) cada vez más presente en nuestro día a día se presenta como una opción llamativa para llevar a cabo este enfoque de tratamiento activo. Esta alternativa podría ser útil tanto en niños como en adultos, y estaría justificada a través de tres mecanismos distintos: distracción, neuromodulación de la percepción corporal y terapia de exposición graduada11,12.

 

BIBLIOGRAFÍA

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