Escabiosis o sarna humana. Artículo monográfico

1 mayo 2023

AUTORES

  1. Macarena García Varona. Enfermera de Hospitalización en Hospital Miguel Servet, Zaragoza.
  2. Iris García Solanas. Enfermera de Hospitalización en Hospital Universitario Miguel Servet, Zaragoza, España.
  3. Nuttanich Chompoonuch Yodsawad. Enfermera Hospitalización en Hospital Universitario Miguel Servet, Zaragoza, España.
  4. Andrea Paúl Nadal. Enfermera Hospitalización en Hospital Universitario Miguel Servet, Zaragoza, España.
  5. Carlos Soria Lahuerta. Enfermero de Hospitalización en Hospital Universitario Miguel Servet, Zaragoza, España.
  6. Carolina Herrero Lobato. Enfermera de Hospitalización en Hospital Universitario Miguel Servet, Zaragoza, España.

 

RESUMEN

La sarna o escabiosis es una infestación cutánea parasitaria causada por el ácaro Sarcoptesscabiei. La escabiosis causa lesiones muy pruriginosas con pápulas eritematosas y surcos en los espacios interdigitales, muñecas, cintura y genitales. El diagnóstico se realiza sobre la base de la exploración física y un examen microscópico de muestra de piel. El tratamiento es con escabicidas tópicos o, en raras ocasiones, ivermectina por vía oral. Es una enfermedad benigna que se cura en el 100% de los casos si se sigue el tratamiento correcto. Por eso, es fundamental identificar de forma precoz y seguir las recomendaciones preventivas para evitar el contagio.

PALABRA CLAVE

Sarna, sarcoptes, diagnóstico, tratamiento.

ABSTRACT

Scabies or scabies is a parasitic skin infestation caused by the Sarcoptesscabiei mite. Scabies causes very itchy lesions with erythematous papules and furrows on the webs, wrists, waist, and genitals. Diagnosis is made on the basis of physical examination and a microscopic examination of a skin sample. Treatment is with topical scabicides or, rarely, oral ivermectin. It is a benign disease that is cured in 100% of cases if the correct treatment is followed. For this reason, it is essential to identify it early and follow preventive recommendations to avoid contagion.

KEY WORDS

Scabies, sarcoptes, diagnosis, treatment.

DESARROLLO DEL TEMA

La escabiosis o sarna es una enfermedad de la piel causada por el ácaro parásito Sarcoptesscabiei, llamado comúnmente arador de la sarna. Es una ectoparasitosis cosmopolita, extremadamente contagiosa. Este ácaro microscópico se mete en la piel y deposita huevos, lo que acaba desencadenando una respuesta inmunitaria del huésped que origina un prurito intenso y exantema1-3.

La infestación por sarna puede complicarse con una infección bacteriana, lo que da lugar a la aparición de llagas en la piel que, a su vez, pueden ocasionar consecuencias más graves, como septicemia, cardiopatías e insuficiencia renal crónica. En 2017, la sarna y otros ectoparásitos se incluyeron como enfermedades tropicales desatendidas3,4.

La escabiosis es una enfermedad de distribución mundial. Se estima que la cifra de personas en todo el mundo que padecen sarna asciende a 300 millones. Alcanza a todas las capas de la población y constituye una dermatosis muy frecuente y de fácil tratamiento1-3,5.

Las tasas más altas de infestación se registran en países de climas cálidos y tropicales. Especialmente, en las comunidades en que coexisten el hacinamiento y la pobreza, y en las que el acceso al tratamiento es limitado1,3.

La enorme carga de la infestación por sarna y sus complicaciones conllevan costos importantes para los sistemas de salud. En los países desarrollados los casos son esporádicos. Sin embargo, los brotes en las instituciones de salud y en los grupos más vulnerables como son los niños pequeños y personas de edad de comunidades de escasos recursos, entrañan un costo económico considerable para los servicios nacionales de salud2-4.

AGENTE ETIOLÓGICO:

El causante de esta enfermedad es el Sarcoptesscabiei variedad hominis, un arácnido del orden acarino, de la familia Trombididae. Con cuerpo no segmentado, ovoide, con cuatro pares de patas. La hembra mide 300-450 micras y el macho 150-250 micras. La fecundación ocurre en la superficie de la piel y a posteriori el macho muere1,3,4.

La hembra adulta es la causante de la enfermedad. Se introduce en el estrato córneo de la piel y va desarrollando túneles. Allí deposita los huevos, con una frecuencia de dos o tres por día, hasta un total de entre treinta y cincuenta huevos. A medida que el arácnido hembra penetra en la piel, segrega toxinas que causan reacciones alérgicas. Finalmente muere en el túnel a las cuatro a seis semanas3.

Los huevos eclosionan y las larvas emergen a la superficie de la piel, transformándose en ninfas en tres a ocho días, y posteriormente en adultos en doce o quince días. Las formas contagiosas son la ninfa y los adultos1,2,4.

MODO DE TRANSMISIÓN:

La sarna se contagia de persona a persona por contacto físico directo y prolongado. Rara vez, la transmisión se puede dar al entrar en contacto con fómites (prendas, ropa, sábanas, toallas, muebles) contaminados en el mismo momento, no así una vez transcurridas 24-36 horas5. No sobreviven más de 2 a 4 días en el ambiente. Los ácaros de los animales pueden transmitirse a los seres humanos y causar prurito, pero no sobreviven mucho tiempo ni requieren tratamiento2-4.

Existe una sensibilización cutánea que dura alrededor de un mes, que es el tiempo que puede estar el parásito en el organismo sin causar clínica, por lo que el periodo de incubación se considera de 30 a 60 días (3). Este periodo dependerá de si ha habido contacto previo o no con el ácaro por lo que pueden distinguirse dos3:

  • Primoinfestación: Personas sin exposición previa al ácaro, dura de 5 a 15 días.
  • Reinfestación: Personas que han sido infestadas previamente, de uno a cuatro días.

 

El factor de riesgo más importante son las situaciones de hacinamiento como en escuelas, albergues, cuarteles y algunos hogares. La sarna no se relaciona con una falta de higiene.

CUADRO CLÍNICO:

La característica más habitual de la sarna es un intenso prurito, que se intensifica durante las noches y con el calor. El picor está causado por la reacción alérgica del cuerpo al parásito, a sus toxinas, a sus huevos y a sus deposiciones. Se manifiesta con pequeños granos, ampollas y pequeñas úlceras con costras. No causa fiebre, a menos que exista infestación1,3.

Pueden aparecer lesiones primarias (surcos acarinos, vesículas y nódulos) y lesiones secundarias como pequeñas pápulas urticariformes, lesiones de rascado, excoriaciones, placas eccematosas y sobreinfección bacteriana. Cada una de estas lesiones suele tener una localización característica. Los surcos se localizan sobre todo en zonas de flexión de las muñecas, espacios interdigitales de las manos, región lateral de las palmas y dorso del pie. Las pápulas, en el tronco, axilas, areolas, cintura, nalgas y muslos. Y los nódulos pueden encontrarse en las axilas y, en los varones, en los genitales3.

Las lesiones patognomónicas de la sarna, son por un lado los surcos, líneas finas, onduladas y con aspecto descamativo de varios milímetros a 1 cm de largo, reflejo exterior de una galería excavada en la epidermis por la hembra con el fin de desovar. Y por otro, un punto de entrada del ácaro, las vesículas perladas, del grosor de una cabeza de alfiler. Dentro del surco está la eminencia acarina que es lugar donde se encuentra el ácaro. Con el paso del tiempo pueden ser difíciles de identificar los surcos, ya que quedan ocultos como consecuencia de la excoriación que provoca el rascado2,4.

Otras lesiones típicas de la sarna son3:

  • Vesículas en los bordes de los pies (en el caso de lactantes).
  • Pápulas eritematonodulares de 10 a 12 mm en pliegues, pene y areola, que persisten incluso sin el parásito.
  • Pápulas urticariales en zonas de flexión.
  • Excoriaciones producidas por el rascado.
  • Piodermitis causada por sobreinfección bacteriana.
  • Lesiones de rascado.

 

A menudo, el rascado de los surcos irritados produce una infección bacteriana cutánea denominada infección secundaria. Existe un caso de infestación grave denominado sarna costrosa o sarna noruega que puede afectar a personas con un sistema inmunitario debilitado (pacientes con VIH, neoplasias hematológicas, en tratamiento con corticoesteroides u otros medicamentos inhibidores del sistema inmunitario), personas con discapacidades físicas graves o discapacidad intelectual, niños pequeños y personas mayores que están en asilos de ancianos y convalecientes. Las infestaciones graves causan grandes áreas de piel engrosada, con costra y no pruriginosas, sobre todo en las palmas de las manos y las plantas de los pies en los adultos y en el cuero cabelludo en los niños. Es muy contagiosa y puede ser difícil de tratar. Por lo general, las personas con sarna tienen entre 10 y 15 ácaros. Sin embargo, en el caso de la sarna con costras, pueden tener millones de estos insectos2,6,7.

DIAGNÓSTICO:

El diagnóstico de sarna exige un índice alto de sospecha ya que las lesiones pueden ser escasas y no siempre características. Es fundamentalmente clínico. Se realiza explorando las áreas afectadas con los hallazgos físicos, sobre todo la presencia de surcos, el prurito y la presencia de casos entre los contactos familiares convivientes3.

Se confirma mediante el hallazgo de los ácaros, huevos o heces en un examen microscópico de muestras de piel realizando un raspado de los surcos. Con frecuencia no se encuentra el ácaro, lo que no excluye la sarna.

En los últimos años se emplea una técnica denominada epiluminiscencia microscópica (ELM), que se utilizaba normalmente para el estudio de las lesiones pigmentadas de la piel. La ELM es una técnica que permite una inspección detallada de la piel in vivo. Últimamente se está utilizando para monitorizar la respuesta al tratamiento escabicida3.

TRATAMIENTO:

El tratamiento de la sarna se basa en la aplicación de escabicidas por todo el cuerpo, no sólo las partes con evidencia, ya que en adultos pueden extenderse por todo el cuerpo sin detectar la localización exacta del parásito. Entre los escabicidas más usados están la permetrina, el lindano, el benzoato de bencilo, el crotamitón y el bálsamo de El Salvador. Se debe tener especial cuidado a la hora de aplicar el tratamiento, evitando las mucosas y prestando especial atención a los pliegues, espacios interdigitales y la zona comprendida entre las uñas y la piel, dado que el parásito puede usar estas zonas como reservorios1,2,4,6,7.

El tratamiento dura de tres a cinco días si es realizado de manera adecuada y es necesario repetir la aplicación una semana después por otros tres días. Algunos accidentes graves han ocurrido cuando personas se aplican Lindano de manera inadecuada. Este acaricida y pesticida sólo puede aplicarse en una dilución y posología controlada por un facultativo, es neurotóxico y por ello no suele ser el fármaco de elección4,6,7.

En paciente que no responden al tratamiento tópico o que tienen inmunocompromiso se añadirá ivermectina por vía oral en dosis única. Se repite una segunda dosis dos o tres semanas después si persiste. Está contraindicada en el embarazo y lactancia. Se ha utilizado con éxito la ivermectina en brotes epidémicos por contacto directo estrecho como en residencias de ancianos2,6.

Es preciso tratar también a los contactos cercanos de forma simultánea, y los objetos personales como prendas de vestir, toallas y la ropa de cama utilizada durante los días previos deben lavarse con agua caliente y secarse en una secadora a alta temperatura2,4,6,7.

El prurito puede tratarse con pomadas con corticoides o antihistamínicos orales. Debe considerarse la presencia de infecciones bacterianas secundarias en pacientes con lesiones exudativas, costrosas y amarillentas producidas por la irritación de la piel y los arañazos profundos. En este caso, deben tratarse con antibióticos sistémicos o tópicos con actividad antiestafilocócica o antistreptocócica.

Incluso después de un tratamiento exitoso para erradicar los ácaros, el prurito y las protuberancias pueden persistir hasta 3 semanas, debido a la reacción alérgica continuada a los cuerpos de los ácaros, que permanecen en la piel durante algún tiempo. Esto hace que sea difícil reconocer el fracaso del tratamiento debido a resistencias, mala penetración, aplicación incompleta de la terapia, reinfección y sarna nodular. Se pueden realizar raspados cutáneos periódicos para detectar la escabiosis persistente4,6,7.

PREVENCIÓN:

Para prevenir la reaparición de la sarna y evitar que los ácaros se propaguen a otras personas, se deben tomar estas medidas1,2:

  • Lavar toda la ropa y las sábanas: El calor mata los ácaros y sus huevos. Hay que lavar todas las prendas usadas los tres días anteriores al comienzo del tratamiento. Secar las prendas a temperatura alta.
  • No permitir que los ácaros se alimentan: Colocar los artículos que no se puedan lavar en bolsas plásticas selladas y dejarlas en un lugar apartado durante una semana. Los ácaros mueren después de unos días sin alimento.
  • Limpiar y aspirar: Aspirar los muebles, las alfombras y los pisos para eliminar las escamas y costras que pueden tener ácaros de la sarna.

 

BIBLIOGRAFÍA

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  7. Usha V, Gopalakrishnan Nair TV. A comparative study of oral ivermectin and topical permethrin cream in the treatment of scabies. J Am Acad Dermatol [Internet]. 2000;42(2):236–40. Disponible en: http://dx.doi.org/10.1016/S0190-9622(00)90131-2

 

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