Flebitis y catéter intravenoso periférico

29 septiembre 2023

 

AUTORES

  1. Lucía Díaz Navarro. Graduada en Enfermería. Hospital General de la Defensa Zaragoza.
  2. Raquel Lázaro Alegre. Graduada en Enfermería. Hospital Universitario Miguel Servet.
  3. Mireia Oliván Pujol. Graduada en Enfermería. Hospital Universitario Miguel Servet.
  4. Noelia Plou Marco. Graduada en Enfermería. Hospital Universitario Miguel Servet.
  5. Isaac Valero Mateo. Graduado en Enfermería Hospital Universitario Miguel Servet.
  6. Sandra Alcalá Berjillos. Graduada en Enfermería. Hospital Universitario Miguel Servet.

 

RESUMEN

Los catéteres venosos periféricos cortos son los instrumentos intravenosos más empleados en los centros hospitalarios. La complicación que ocurre con más frecuencia es la flebitis.

La flebitis es la “inflamación de una vena, que puede ser acompañada de dolor, eritema, edema, endurecimiento y/o un cordón palpable”1. Hay diferentes causas que pueden generar flebitis: el estado clínico del paciente, las características de la vena, un método inadecuado de la cateterización intravenosa periférica (CIP), la medicación utilizada, el tiempo utilizado para la canalización y el calibre del catéter.

PALABRAS CLAVE

Catéter venoso, terapia intravenosa, flebitis.

ABSTRACT

Short peripheral venous catheters are the most widely used intravenous instruments in hospitals. The most frequently occurring complication is phlebitis.

Phlebitis is the “inflammation of a vein, which may be accompanied by pain, erythema, edema, hardening and/or a palpable cord”1. There are different causes that can generate phlebitis: the clinical condition of the patient, the characteristics of the vein, an inadequate method of peripheral intravenous catheterization (CIP), the medication used, the time used for canalization, and the caliber of the catheter.

KEY WORDS

Venous catheter, intravenous therapy, phlebitis.

DESARROLLO DEL TEMA

La terapia por medio intravenoso se utiliza para administrar componentes al torrente sanguíneo por medio de un catéter venoso para nutrir, hidratar o medicar a un paciente determinado. La terapia intravenosa se ha utilizado más en los últimos años ya que es la vía más rápida.

En cuanto al tipo de catéter venoso utilizado tendremos en cuenta la duración, el objetivo, el tipo de tratamiento, la edad del paciente, el diagnóstico y la característica de la vena elegida.

Álvarez Cordero aclara que hay varios estudios que demuestran que entre el 20% y el 80% de pacientes que reciben terapia intravenosa presentan flebitis2.

La fisiopatología de la flebitis se basa en un procedimiento inflamatorio rápido ya que empiezan a liberarse mediadores inflamatorios como la serotonina, la histamina y la bradicinina produciendo la vasodilatación de la vena y dando lugar a un edema. Se produce un eritema local y un cordón venoso palpable por una constitución trombótica en la pared venosa.

Existen cuatro tipos de flebitis:

  • Flebitis química: se produce por el tipo de medicamento que es infundido ya sea porque son irritantes, por una velocidad más rápida de infusión de lo recomendado, por mezclar medicamentos o por estar mal diluidos. Este tipo de flebitis está relacionado con la osmolaridad y el tipo de pH.
  • Flebitis mecánica: es causada por el movimiento del catéter en el interior de la vena ya que se produce una inflamación debido al roce. En este caso hay más riesgo de que se produzca cuando el catéter es grande para la vena canalizada.
  • Flebitis bacteriana: se produce por bacterias que entran en la vena canalizada pudiendo dar lugar a una sepsis sistémica.
  • Flebitis post-infusión: puede ocurrir de 48 a 96 horas después de retirar el catéter. Se relaciona con el tiempo de permanencia del catéter, así como con el material del mismo.

 

Podemos clasificar la flebitis según su grado:

  • Grado 1: eritema en el punto de inserción que puede ir acompañado o no de dolor.
  • Grado 2: eritema y endurecimiento en el punto de inserción acompañado de dolor local.
  • Grado 3: eritema, endurecimiento, cordón venoso palpable y dolor en el punto de inserción.
  • Grado 4: eritema, endurecimiento, cordón venoso palpable de más de 1 cm, dolor local y secreción purulenta.

 

Es importante una valoración por parte de enfermería diaria del catéter venoso periférico para reconocer una flebitis al principio de su desarrollo. Si se diagnostica una flebitis, tendremos que retirar el catéter lo más pronto posible y si es necesario continuar con la terapia intravenosa, canalizar un nuevo catéter en una extremidad distinta. Es fundamental prevenir y solucionar la flebitis para que no dé lugar a una embolia pulmonar o una trombosis venosa profunda.

Medidas de prevención.

Medidas de prevención relacionadas con la asepsia en la inserción del catéter venoso periférico: la enfermera realizará un correcto lavado de manos, con agua y jabón o con desinfectantes de base alcohólica. Después, utilizará guantes limpios, no es necesario guantes estériles. Desinfectará la piel con tintura de yodo, yodóforo, clorhexidina al 2% o alcohol al 70% y dejar secar al aire el tiempo necesario según el desinfectante. Es importante no volver a palpar el punto de inserción del catéter para no contaminarlo. En caso de que haya una canalización de urgencia y no se hayan podido utilizar las medidas de asepsia necesarias, habrá que reemplazar el catéter venoso periférico en menos de 48 horas.

Medidas de prevención de flebitis en la venopunción del catéter venoso periférico: seleccionar el sitio donde se va a insertar el catéter es importante. Se intentará evitar las zonas de flexión, zonas que estén cerca de articulaciones y el brazo dominante para evitar la flebitis mecánica ya que habrá más movimiento en esas zonas. Además, es recomendable que la enfermera no realice más de dos intentos y no más de cuatro intentos en total para evitar la flebitis. En casos en que es difícil la canalización de un catéter venoso periférico sería ideal guiarnos por un ecógrafo, aunque no es lo habitual en la práctica clínica.

Medidas de prevención relacionada con la fijación y mantenimiento del catéter: se realizará una fijación asegurando que no haya movimiento del catéter dentro de la vena. Además, se usará un apósito transparente, semipermeable y estéril para poder valorar el punto de punción en cada turno. La colocación de un conector resulta una medida eficaz para la prevención de la flebitis, ya que evitará la entrada de microorganismos por el catéter. La desinfección de los conectores con alcohol al 70% o clorhexidina al 2% antes de utilizarlos también es eficaz para evitar la flebitis infecciosa. El lavado con 100 U/ml de heparina frente al lavado de suero fisiológico en el mantenimiento del catéter tiene más éxito ya que evita la obstrucción y el catéter dura más tiempo, lo que implica minimizar el número de venopunciones. Se debe sustituir el catéter cuando aparezcan los primeros signos de flebitis o cuando ya no se estén usando.

 

BIBLIOGRAFÍA

  1. Urbanetto J de S, Peixoto CG, Mayo TA. Incidencia de flebitis asociada con el uso de catéter intravenoso periférico y después de la retirada del catéter. Rev Lat Am Enfermagem [Internet]. 2016;24(0). Disponible en: https://www.scielo.br/j/rlae/a/8PXJwx3bN5qNkHd77r3sDBd/?lang=es&format=pdf
  2. Buenfil-Vargas MA, Espinosa-Vital GJ, Rodríguez-Sing R, Guadalupe M. Revista Médica del Instituto Mexicano del [Internet]. Redalyc.org. [citado el 27 de agosto de 2023]. Disponible en: https://www.redalyc.org/pdf/4577/457744943012.pdf

 

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