Manejo de enfermería en el procedimiento de urgencia de lavado gástrico por intoxicación.

11 agosto 2020

AUTORES

  1. Nuria Tabuenca Prat. Facultad de Ciencias de la Salud Universidad San Jorge. Máster Oficial en Investigación en Ciencias de la Salud. Graduada en Enfermería.
  2. Laura Viscasillas Salas. Diplomada en Fisioterapia por la Universidad de Valladolid.

RESUMEN

El paciente que llega a urgencias por ingesta de tóxicos ya sea de forma voluntaria o no a través de la vía oral, requiere de un tratamiento general, como lo es el lavado gástrico.

Éste no se puede realizar de forma estándar ante todo paciente con signos de intoxicación, sino que hay que determinar el tipo, la cantidad, el tiempo de ingesta del tóxico, así como su potencialidad y el estado clínico del paciente, entre otros aspectos.

Existen una serie de indicaciones y contraindicaciones que han de valorarse previamente a la realización, ya que de ellas dependerá la decisión de si es factible realizar la técnica.

Lo realiza el personal sanitario de enfermería con ayuda de un técnico auxiliar, previa prescripción médica.

Es importante conocer el procedimiento, al igual que la postura en la que hay que posicionar al paciente, siendo en decúbito lateral izquierdo en trendelemburg.

No es un procedimiento especialmente complicado, pero en el caso que se realice mal pueden surgir complicaciones que van de leve a graves.

La eficacia máxima del lavado gástrico se obtiene si se realiza dentro de la hora siguiente a la toma. Pudiéndose realizar hasta las 4 horas siguientes, y en casos concretos hasta las 24 horas.

PALABRAS CLAVE

Manejo de enfermería, lavado gástrico, intoxicación, cuidados enfermeros.

INTRODUCCIÓN

El paciente intoxicado requiere tres tipos de actuaciones: soporte vital, tratamiento general de la intoxicación y tratamiento específico con la administración del antídoto si lo tiene.

Por tratamiento general se entiende todas las medidas dirigidas a impedir la absorción del tóxico, una de esas medidas cuando la vía de entrada es digestiva consiste en la realización del lavado gástrico (LG) en los casos que esté indicado1.

El LG es un procedimiento clásico en los servicios de urgencias que remonta a casi 200 años aunque no ha estado exento de polémica. En la actualidad, sigue siendo una medida controvertida, sobre todo en lo relacionado a su indicación y a la valoración del riesgo-beneficio2.

El procedimiento de lavado gástrico, término atribuido a Kussmaul a mediados del siglo XIX2, consiste en la introducción de una sonda orogástrica multiperforada en su extremo distal, de calibre grueso a través de la cavidad bucal hasta la cavidad gástrica, para evacuar tóxicos ingeridos mediante la irrigación de una solución líquida y posterior drenaje o aspiración para la expulsión de la solución y de la ingestión tóxica3.

El líquido a introducir puede ser solución salina o agua tibia a 37ºC, en ocasiones según la prescripción por tóxico ingerido se realiza con carbón activado.

Cabe mencionar que el LG puede realizarse con otros fines diagnósticos o terapéuticos como en el caso de hemorragia digestiva alta y como procedimiento complementario para la preparación del estómago a la hora de realizar exploraciones endoscópicas o determinadas intervenciones quirúrgicas2.

La indicación para realizar el LG es a pacientes que han ingerido un tóxico potencialmente grave. Hay que tener en cuenta una serie de consideraciones previas4:

  • El tiempo transcurrido desde la ingestión
  • La toxicidad de la sustancia/s ingerida/s
  • La cantidad
  • La última ingesta de alimento, en los casos que sea posible por el nivel de conciencia
  • El estado clínico

No es efectivo si han transcurrido más de 4 horas desde la ingesta del tóxico, considerando que la máxima eficacia se logra antes de la primera hora. Este tiempo puede ampliarse a 12-24 horas cuando la ingestión sea de anticolinérgicos, narcóticos, fármacos con cubierta entérica o de acción retardada.

El LG está contraindicado en las siguientes circunstancias1,4:

  • Cuando las vías respiratorias no estén protegidas en pacientes con disminución del nivel de conciencia
  • Cuando la ingestión sea de cáusticos, barnices, derivados del petróleo, hidrocarburos (salvo que contengan sustancias altamente tóxicas, como plaguicidas, metales pesados, compuestos aromáticos, alcanfor o halogenados), alcoholes (más de media hora de su ingestión).
  • Cuando la ingestión sea acompañada de objetos punzantes
  • En casos de estenosis esofágica

El lugar para su realización es en box de urgencias, en box de unidad de cuidados intensivos o bien en una sala hospitalaria acondicionada.

El personal sanitario que participa en la técnica es un enfermero, un técnico de cuidados auxiliares de enfermería, con la prescripción de un médico bien digestólogo, internista o intensivista3.

Antes de realizar el procedimiento, suele ser habitual monitorizar al paciente y poner un acceso intravenoso.

En los casos de pacientes inconscientes, previo al lavado, puede estar indicada la intubación orotraqueal y conexión a ventilación mecánica invasiva, enfermería debe comprobar la presión del neumotaponamiento. También es valorable la intubación con secuencia rápida de inducción o sedación ligera en pacientes no colaboradores.

La posición del paciente debe ser la adecuada durante el procedimiento, siendo decúbito lateral izquierdo con la cabeza 10º-15 más baja (trendelemburg). Está totalmente contraindicado realizarla con el paciente en decúbito supino, en decúbito lateral derecho o sentado1,2,4.

RECURSOS Y MATERIAL NECESARIO4,5

  • Sonda orogástrica, de calibre grueso teniendo en cuenta la edad del paciente y en función de su fisionomía (32 a 50 F en adultos, a partir de 28 F en lactantes), de una luz (tipo Levin) o de dos luces (Tipo Salem)
  • Lubricante hidrosoluble
  • Jeringa de 50-60cm3
  • Fonendoscopio
  • Guantes de un solo uso
  • Gasas
  • Esparadrapo
  • Paño o sábana (para colocar sobre el paciente)
  • Pinzas para clampar, tipo Kocher
  • Recipiente graduado para desechar el líquido del lavado extraído y restos tóxicos
  • Preparar la solución liquida a introducir, según prescripción médica (solución salina o agua tibia a 37ºC, también puede ser carbón activado (absorbente de muchas drogas))
  • En caso de que tenga que ser por aspiración preparar el material para ello

INTERVENCIÓN DE ENFERMERÍA4,6

  • Comprobar la identidad del paciente
  • Informar a paciente y/o familia sobre el procedimiento a realizar
  • Preparar el material necesario
  • Si porta, retirar prótesis dental
  • Colocar al enfermo en decúbito lateral izquierdo (posición de seguridad), con la cabeza ligeramente inclinada hacia abajo (10-15º en declive) para evitar el paso del contenido hacia el duodeno
  • Lavado higiénico de manos
  • Colocación de los guantes
  • Colocar el paño o sábana sobre el paciente, junto con la batea
  • Colocar la sonda orogástrica bien lubricada, previamente realizar la medición de la longitud a introducir. Parar la inserción ante la aparición de tos, estridor o cianosis, retirar de inmediato e intentar de nuevo. No forzar, ni realizar maniobras bruscas si se encuentra alguna dificultad o resistencia en la colocación
  • Comprobar la correcta colocación de la sonda en el estómago con el fonendoscopio
  • Aspirar por gravedad el contenido gástrico
  • Fijar con esparadrapo
  • Introducir cada vez aproximadamente 200 ml de solución, descendiendo posteriormente la sonda por debajo del nivel del paciente para facilitar el drenaje por gravedad

– 150 a 300 ml en adultos

– 10 a 15 ml/kg en niños

  • Repetir esta maniobra hasta que el líquido salga limpio, sin restos El volumen total a introducir será alrededor de un litro adicional, tras obtener un líquido totalmente claro

– Realizar una presión suave en el abdomen, antes de cada extracción favorece su expulsión

– El líquido debe fluir con facilidad. En caso contrario, verificar colocación

  • En caso de prescripción de carbón activado en forma disuelta, introducirlo por la sonda, pinzándola cinco minutos previamente al drenaje
  • Retirar la sonda orogástrica sin forzar la maniobra porque puede estar acodada o a causa de un espasmo puede estar atrapada. Pinzar el extremo libre para evitar la salida de contenido gástrico
  • Colocar al enfermo en posición cómoda
  • Retirarse los guantes
  • Lavado higiénico de manos
  • Respetar la intimidad del paciente y guardar confidencialidad

CONTROL DE ENFERMERÍA AL PACIENTE4

  • Manejar la sonda
  • Control de constantes vitales
  • Control de trastornos de la conducción y del ritmo cardíaco
  • Control del nivel de consciencia
  • Control de potenciales complicaciones

COMPLICACIONES3,4,6

INMEDIATAS/CORTO PLAZO

Imposibilidad del paso de la sonda

Molestia y/o dolor local

Inserción incorrecta: desviación a árbol bronquial

Broncoaspiración

Pequeñas hemorragias conjuntivales (cuando no coopera el paciente)

Laringoespasmos

MEDIO/LARGO PLAZO

Lesión/erosión de la piel circundante

Efecto vagal

Alteraciones electrocardiográficas (arritmias)

En niños: hipotermia (frío), hiponatremia (agua), hipernatremia (suero salino)

REGISTROS3,4

  • Firma del personal enfermero que realice el LG
  • Registrar en la historia de enfermería su realización, la finalidad, el día, la hora
  • La efectividad del procedimiento
  • La cantidad y características del líquido drenado
  • Anotar si surgen incidencias en la técnica o asociadas al paciente
  • Anotar si surgen complicaciones

BIBLIOGRAFÍA

  1. Courtemanche L, Proehl JA. Lavado gástrico para eliminación de sustancias tóxicas. En Proehl JA, editor. Enfermería de urgencias: técnicas y procedimientos. 3ª ed. Madrid: Elsevier España, S.A.; 2005. p. 478-85.
  2. Bugarín R, Galego P, Martínez JB, García A. El lavado gástrico. Med Integr. 2001; 38(9):379-84.
  3. Zimmermann A, Alcaraz J, Carballo M, Fernández C. Lavado gástrico. Rev Enferm. 2006;29(10):9-12.
  4. Servicio Andaluz de Salud. Consejería de Salud y Bienestar Social. Manual de Procedimientos Generales de Enfermería. En: Hospital Universitario Virgen del Rocío, editor. Sevilla; Junio 2012. p.271-74.
  5. Greene S, Harris C, Singer J. Gastrointestinal decontamination of the poisoned patient. Pediatr Emerg Care. 2008;24(3):176-89.
  6. Roberts JR, Hedges JR. Descontaminación del paciente intoxicado. En: Roberts JR, Hedges JR, editores. Procedimientos clínicos. Medicina de urgencias. 3ª ed. McGraw-Hill Interamericana (México): 2000; 849-67.

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