Osteoporosis. Conceptos básicos y tratamiento a través del ejercicio. Artículo monográfico.

17 septiembre 2023

AUTORES

  1. Mario Muñoz Ranz. Fisioterapeuta en el Servicio Aragonés de Salud.

 

RESUMEN

La osteoporosis es una afección metabólica ósea crónica que se caracteriza por una disminución en la densidad mineral ósea y el deterioro de la microarquitectura del tejido óseo, aumentando la fragilidad y el riesgo de fracturas. Cerca de 200 millones de personas padecen osteoporosis en la actualidad, con alrededor de 8.9 millones de fracturas osteoporóticas, lo que genera morbilidad, mortalidad y disminución de la calidad de vida. Respecto a su diagnóstico, la detección temprana es crucial, ya que la enfermedad carece de síntomas evidentes antes de las fracturas; para ello se emplearán distintas escalas, estudios de densitometría y se prestará gran atención a los factores de riesgo. Esta patología resulta de una interacción compleja entre factores genéticos, hormonales, nutricionales y ambientales, que debilita la matriz ósea y su resistencia. Destaca especialmente el proceso postmenopáusico, el envejecimiento, la inactividad física y el estilo de vida sedentario. El tratamiento incluye opciones farmacológicas y cambios en el estilo de vida, destacando el ejercicio físico como fundamental. Tanto el ejercicio de carga, como el entrenamiento de resistencia y los ejercicios de impacto, estimula la formación ósea y modula la actividad de los osteoblastos y osteoclastos. Además, mejora la postura, el equilibrio y la coordinación, reduciendo el riesgo de caídas y fracturas. Sera esencial adaptar el ejercicio a cada individuo y que este sea supervisado por profesionales de la salud.

 

PALABRAS CLAVE

Envejecimiento, ejercicio, osteoporosis, postmenopáusica, fisioterapia

 

ABSTRACT

Osteoporosis is a chronic bone metabolic condition that is characterized by a decrease in bone mineral density and deterioration of the microarchitecture of bone tissue, increasing fragility and the risk of fractures. Nearly 200 million people currently suffer from osteoporosis, with around 8.9 million osteoporotic fractures, leading to morbidity, mortality, and decreased quality of life. Regarding its diagnosis, early detection is crucial, since the disease lacks obvious symptoms before fractures; For this, different scales, densitometry studies will be used and great attention will be paid to risk factors. This pathology results from a complex interaction between genetic, hormonal, nutritional and environmental factors, which weakens the bone matrix and its resistance. It especially highlights the postmenopausal process, aging, physical inactivity and sedentary lifestyle. Treatment includes pharmacological options and lifestyle changes, emphasizing physical exercise as fundamental. Load-bearing exercise, as well as resistance training and impact exercises, stimulate bone formation and modulate the activity of osteoblasts and osteoclasts. In addition, it improves posture, balance and coordination, reduces the risk of falls and fractures. It will be essential to adapt the exercise to each individual and that it be supervised by health professionals.

 

KEY WORDS

Aging, exercise, osteoporosis, postmenopausal, physiotherapy.

 

DESARROLLO DEL TEMA

La osteoporosis es una enfermedad metabólica ósea crónica y progresiva que se caracteriza por una disminución en la densidad mineral ósea y un deterioro en la microarquitectura del tejido óseo, lo que conlleva a un aumento en la fragilidad y el riesgo de fracturas. Mas concretamente, es habitual su diferenciación en osteoporosis primaria y secundaria. La primaria incluye la osteoporosis postmenopáusica (tipo I) y la osteoporosis senil (tipo II). Por otro lado, factores como la malabsorción, medicamentos como los glucocorticoides y algunas enfermedades como el hiperparatiroidismo se englobarían en la osteoporosis secundaria 1.

 

EPIDEMIOLOGÍA:

En cuanto a sus datos epidemiológicos, actualmente unos 200 millones de personas padecen osteoporosis y aproximadamente 8,9 millones de fracturas son causadas por fracturas osteoporóticas 2. Estas fracturas ocurren principalmente en la cadera, las vértebras y el antebrazo distal 3 y están asociadas con una morbilidad, mortalidad y calidad de vida reducida significativas, atribuidas no sólo a la propia fractura sino también a la alta prevalencia de comorbilidades en esta población de pacientes 2 3. Por todo ello, la osteoporosis representa una gran preocupación de los sistemas sanitarios por su creciente carga económica que además se prevé aún mayor en un futuro cercano debido al envejecimiento de la población, siendo este, junto al grupo de mujeres posmenopáusicas, las poblaciones más afectadas como ya se comentó previamente 4.

 

SÍNTOMAS

Esta patología carece de síntomas evidentes previos a su principal complicación, la fractura. Sin embargo, cabe destacar que es habitual la convivencia de esta patología con otras afecciones, principalmente musculoesqueléticas, no obstante, estas no serán suficientes para evidenciar la enfermedad.

Respecto al síntoma concreto de esta patología, las fracturas, cabe destacar que estas se diferencias del resto en que se producen principalmente en lugares característicos (columna vertebral dorso-lumbar, muñeca y cadera) y en que ocurren ante un mínimo traumatismo, la mayoría de las veces por una simple caída desde una situación de bipedestación o simples gesto como la tos. Además, se producen después de los 50 años a diferencia de las traumáticas, más frecuentes en edades más tempranas. En cuanto a sus manifestaciones clínicas, no difieren de las de las otras fracturas de distinta etiología: dolor, impotencia funcional y deformidad.

 

DIAGNÓSTICO:

Como se mostró previamente, la osteoporosis es una enfermedad silenciosa sin síntomas habitualmente evidentes hasta que ocurre una fractura. Por lo tanto, la detección mediante examen de densidad ósea a través de rayos X de energía dual (DXA) es importante para obtener un diagnóstico temprano.

La densidad mineral ósea (DMO) se describe principalmente a través de la T-score, que representa el número de desviación estándar (SD) por el cual la DMO en un individuo difiere del valor medio esperado en individuos jóvenes sanos 2. Según el informe de la OMS, la DMO con un T-score superior a 1 SD se clasifica como DMO normal, un T-score entre -1,0 y -2,5 SD se clasifica como osteopenia y un T-score inferior a -2,5 SD se define como osteoporosis 6.

No obstante, el uso de DXA y la T-Score es cuestionada por algunos autores por su escasa sensibilidad para identificar a todos los pacientes con alto riesgo de fractura, ya que pacientes con baja DMO (y T-score en rango de osteoporosis) no se fracturaban, mientras que sí lo hacía una alta proporción de pacientes cuyo t-score estaba en el rango de normalidad u osteopenia. De esta manera, adquieren mayor importancia otros aspectos clínicos que también tienen pujanza en el riesgo de fractura, y que forman parte de los llamados factores de riesgo de fractura, como son, entre los más relevantes, la edad, los antecedentes personales y familiares de fractura, el bajo índice de masa corporal, o el tratamiento a largo plazo con altas dosis de corticoides. Así y paralelamente surgen las “escalas de riesgo” que pretenden ponderar los factores de riesgo, entre ellas se destaca principalmente la escala FRAX y la escala QFracture 7.

 

ETIOLOGÍA:

Como se adelantó previamente, esta afección resulta de una compleja interacción entre factores genéticos, hormonales, nutricionales y ambientales, que convergen para promover la degradación de la matriz ósea y comprometer su resistencia a las fuerzas biomecánicas normales.

Profundizando en sus aspectos principales, en el contexto genético, se ha evidenciado que existe un componente hereditario en la predisposición a la osteoporosis. La influencia de polimorfismos genéticos en genes relacionados con la homeostasis ósea puede modular la capacidad del organismo para mantener una densidad mineral ósea adecuada a lo largo del tiempo. Por otro lado, desde la perspectiva hormonal, el desequilibrio hormonal, especialmente la disminución de los niveles de estrógeno en las mujeres después de la menopausia juega un papel esencial en el desarrollo de la osteoporosis. Los estrógenos tienen efectos protectores sobre el hueso al inhibir la actividad de los osteoclastos, las células responsables de la reabsorción ósea. La caída en los niveles de estrógeno posmenopáusicos conlleva una desregulación en la remodelación ósea, lo que resulta en una pérdida gradual de la masa ósea. En suma, a nivel nutricional, la deficiencia de nutrientes clave, como el calcio y la vitamina D, también desempeña un rol trascendental en el deterioro de la densidad mineral ósea. Estos elementos son fundamentales para la mineralización ósea y la función adecuada de los osteoblastos, las células responsables de la formación de hueso. Una ingesta inadecuada de calcio y vitamina D limita la disponibilidad de estos elementos esenciales y dificulta la síntesis y mineralización del hueso. Siguiendo con el factor clave del envejecimiento, este es caracterizado por una disminución gradual de la actividad celular y cambios en la arquitectura ósea. Con el tiempo, la tasa de remodelación ósea aumenta y se desequilibra, favoreciendo la reabsorción en detrimento de la formación ósea.

Por último, cabe destacar la importancia de la inactividad física y el estilo de vida sedentario. La carga mecánica, ejercida a través de la actividad física, es crucial para estimular la formación de hueso nuevo y mantener la salud ósea; por el contrario, la falta de actividad disminuye la señalización osteoblástica y promueve una pérdida gradual de la densidad ósea.

 

TRATAMIENTO:

El tratamiento frente a la osteoporosis incluye tanto medidas farmacológicas como cambios en el estilo de vida, como son la nutrición, el abandono de hábitos tóxicos como el consumo de alcohol o la práctica de ejercicio físico, siendo esta última la que desarrollaremos a continuación en profundidad debido a su determinante intervención.

El ejercicio físico se presenta como una herramienta fundamental en la gestión de la osteoporosis, dado que desempeña un papel multifacético en la modulación de la homeostasis ósea. A través de su influencia en los procesos de formación y resorción ósea, el ejercicio contribuye a la regulación del equilibrio entre estos fenómenos contrapuestos ya que la carga mecánica generada durante la actividad física impacta directamente en los osteoblastos y osteoclastos, células encargadas de la síntesis y degradación del tejido óseo, respectivamente 9.

Respecto a los tipos de ejercicio, tanto el ejercicio de carga, como el entrenamiento de resistencia y los ejercicios de impacto controlado, ha demostrado ser especialmente eficaz en la estimulación de la formación ósea 10. Asimismo, el ejercicio promueve la producción de factores de crecimiento y citoquinas que estimulan la actividad osteoblástica y limitan la actividad osteoclástica, favoreciendo así la preservación de la densidad mineral ósea. Además de su impacto directo en los componentes celulares del tejido óseo, el ejercicio físico incide en la mejora de la postura, el equilibrio y la coordinación, factores esenciales para prevenir caídas y fracturas en pacientes con osteoporosis 11.

En resumen, el ejercicio físico surge como una estrategia integral en el manejo de la osteoporosis, ya que no solo contribuye a la mejora de la densidad mineral ósea mediante la regulación de los procesos de formación y resorción, sino que también reduce la vulnerabilidad a fracturas al mejorar la función musculoesquelética. Sin embargo, es crucial que cualquier plan de ejercicio esté adaptado a la condición física individual y sea supervisado por profesionales de la salud.

 

BIBLIOGRAFÍA

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  2. Hernlund E, Svedbom A, Ivergård M, et al. Osteoporosis in the European Union: medical management, epidemiology and economic burden. A report prepared in collaboration with the International Osteoporosis Foundation (IOF) and the European Federation of Pharmaceutical Industry Associations (EFPIA). Arch Osteoporos 2013;8:136.
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  10. Padilla Colon CJ, Sánchez Collado P, Cuevas MJ. Benefits of strength training for the prevention and treatment of sarcopenia. Nutrición Hospitalaria. 2014; 29(5): 979-988.
  11. Watts NB, Bilezikian JP, Camacho PM, Greenspan SL, Harris ST, Hodgson SF, et al. American Association of Clinical Endocrinologists Medical Guidelines for Clinical Practice for the diagnosis and treatment of postmenopausal osteoporosis: executive summary of recommendations. Endocrine Pract. 2010;16(6):1016-9.

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