Repercusión psicosocial de los pacientes con baja visión.

10 enero 2022

AUTORES

  1. Elena Ibáñez Soro. Graduada en Enfermería. Hospital Clínico Universitario Lozano Blesa (Zaragoza).
  2. Esther Martínez Casorrán. Graduada en Enfermería. Hospital Universitario Miguel Servet (Zaragoza).
  3. Mª Pilar Mozota Pablo. Graduada en Enfermería. Hospital Clínico Universitario Lozano Blesa (Zaragoza).
  4. Amaia Iriondo Aznárez. Graduada en Enfermería. Hospital Clínico Universitario Lozano Blesa (Zaragoza).
  5. Noemi Gracia Morillas. Graduada en Enfermería. Hospital Clínico Universitario Lozano Blesa (Zaragoza).
  6. Alba Usón Hernández. Graduada en Enfermería. Hospital Clínico Universitario Lozano Blesa (Zaragoza).

 

RESUMEN

La baja visión se trata de un estado que resulta de la alteración del sistema visual donde se tiene un deterioro de la función visual que no se puede corregir completamente a través de lentes convencionales, lentes de contacto o intervención médica. Llega a causar limitaciones para la realización de actividades de la vida diaria a las personas que la presentan.

 

PALABRAS CLAVE

Baja visión, impacto psicosocial, calidad de vida, discapacidad visual.

 

ABSTRACT

Low vision is a condition resulting from an alteration of the visual system where there is an impairment of visual function. It cannot be fully corrected through conventional lenses, contact lenses or medical intervention. It causes limitations in the performance of activities of daily living for those who suffer from it.

 

KEY WORDS

Low vision, psychosocial impact, quality of life, visual disability.

 

INTRODUCCIÓN

El sentido de la visión se encarga de proporcionar el 80% de la información que se encuentra en el entorno. Este sentido es necesario para interactuar con el entorno y dar autonomía a las personas. La mayoría de los conocimientos que se adquieren, habilidades que se tienen y actividades que se realizan dependen en cierta medida de la capacidad visual 1.

Una persona que tiene baja visión es aquella que presenta una alteración funcional visual después de tratamiento o corrección óptica, una agudeza visual del 20/60 y un campo visual menor a 10 grados, sin embargo, es capaz de usar la visión que presenta para la ejecución de una tarea 1.

La baja visión, no se trata de una enfermedad, sino de un estado que resulta de la alteración del sistema visual donde se tiene un deterioro de la función visual que no se puede corregir completamente a través de lentes convencionales, lentes de contacto o intervención médica, es decir, es el resultado de una patología. La baja visión causa limitaciones para la realización de actividades de la vida diaria a las personas que la presentan. No tiene curación por sí misma y es necesario determinar la causa por la aparece 1.

La baja visión produce distintas repercusiones a nivel psicosocial que determina las relaciones familiares y sociales. La incapacidad de seguir realizando la actividad laboral habitual produce efectos negativos, tanto por la percepción de inutilidad como por las consecuencias económicas que puede tener. Estas repercusiones son diferentes en cada persona y depende de varios factores 2.

Las patologías que causan baja visión son degeneración macular, leucomas, cataratas, retinosis pigmentaria, retinopatía diabética, miopía degenerativa, aniridia, hemianopsias y agujero macular 1.

Como la baja visión no es posible corregirse por medio de ayudas convencionales, el tratamiento y la rehabilitación visual consisten en un conjunto de procedimientos que pretenden utilizar al máximo la capacidad visual restante, ampliando el tamaño de la imagen que se produce en la retina mediante sistemas de amplificación 1.

La encuesta de “Discapacidad, Autonomía personal y situaciones de Dependencia” realizada por el INE en el año 2008 estimó que en España alrededor de 972.200 personas de 6 o más años padecen algún tipo de discapacidad visual, de las cuales 920.900 tienen baja visión y 58.300 son ciegas, suponiendo, por tanto, una prevalencia de discapacidad visual en España de 2,14% 3.

 

OBJETIVO

Analizar la repercusión psicosocial de los pacientes con baja visión en la sociedad actual.

 

METODOLOGÍA

Se realizó una búsqueda sistemática en la literatura científica con el fin de localizar artículos relacionados con la baja visión y la repercusión psicosocial que produce en las personas que padecen baja visión.

Para la elaboración de esta revisión bibliográfica se llevó a cabo una búsqueda de artículos a lo largo del mes de octubre y noviembre de 2019. Los criterios de inclusión que se tuvieron en cuenta para la búsqueda fueron los siguientes: artículos actuales a partir del 2015, artículos en los que se realizaron estudios con pacientes con problemas visuales y acceso a texto completo en español e inglés. Se tuvieron en cuenta como criterios de exclusión aquellos artículos que no se encontraban a texto completo y de forma gratuita. Tras una primera búsqueda inicial y la escasez de artículos que cumplían los requisitos, se establecieron unos nuevos criterios de inclusión que fueron los siguientes: artículos del año 2009, todo tipo de artículos y acceso a texto completo en español e inglés. Tras la segunda búsqueda se obtuvieron 8 artículos que cumplían todos los requisitos.

Los artículos fueron buscados en las siguientes bases de datos específicas de ciencias de la salud (PubMed, SciElO, Cinhal y Cuiden), en el portal bibliográfico Dialnet y en el metabuscador google académico. Las palabras claves-DeCs utilizadas para la búsqueda fueron las siguientes: baja visión, impacto psicosocial, calidad de vida, discapacidad visual. Se utilizaron los operadores booleanos “AND”, “OR” y “NOT” para unir las palabras clave y llevar a cabo una búsqueda que relacionarse varios términos a la vez.

De los 8 artículos obtenidos, 3 de ellos fueron sacados de PubMed, 2 en Dialnet y, por último, 2 en el metabuscador Google Académico.

 

RESULTADOS

Los aspectos psicosociales en las personas con baja visión se van a ver afectados de manera distinta según una serie de factores 2.

El momento de aparición y edad van a influir en las repercusiones psicosociales puesto que las consecuencias de la pérdida de visión varían dependiendo en el momento de la vida que aparece. La edad está directamente relacionada con las capacidades para realizar nuevos aprendizajes y desarrollar habilidades. Una pérdida de visión en los primeros años de vida, puede afectar al desarrollo del niño, ya que el mayor pilar del aprendizaje es la información obtenida a través del sentido de la vista. Si la pérdida de visión se produce en los años posteriores, se pueden ver afectados el desarrollo de la autonomía y las habilidades para relacionarse. Cuando la pérdida coincide con el momento de incorporación al mundo laboral, la repercusión se centrará en el nivel de exigencia para desarrollar la actividad laboral. Las personas mayores añaden a las dificultades de falta de visión la reducción de otro tipo de capacidades 2.

Los niños aprenden por imitación, por lo que la baja visión puede suponer un retraso o ausencia en la adquisición de hábitos de autonomía. El colegio y la familia del niño son responsables de que desarrolle sus capacidades y tienen una gran importancia. Así mismo, la actitud de los maestros y los compañeros es fundamental en niños con baja visión 2.

Aunque la discapacidad visual en niños y adolescentes puede llevar a una situación de alto riesgo de disfunción psicológica no tiene por qué ocurrir en todos los casos. Se ha demostrado alguna relación entre sintomatología neurótica y discapacidad, pero los problemas de conducta en niños y adolescentes ciegos vienen sobre todo de factores externos como el ambiente familiar, la reacción de las personas videntes hacia los ciegos, la institucionalización, etc. Además, los niños y adolescentes con baja visión tienen mayor predisposición a padecer los siguientes síntomas: excesiva ansiedad, palpitaciones, sudoración en las manos, temblor, insomnio y dolores de cabeza 4.

La pérdida de visión es cada vez mayor en el caso de los ancianos puesto que este grupo de edad ya tiene una serie de dificultades propias de la edad las cuales son mayores cuando se añaden a la baja visión 2.

También cabe destacar que las personas de etnia negra tienen más posibilidades de presentar una función visual deteriorada en comparación con las personas de raza blanca 5.

Por otro lado, las características personales, las experiencias, la capacidad para la resolución de problemas, las actitudes en situaciones cotidianas y el ajuste personal a la baja visión, tienen una relación para la consecución de la autonomía 2.

El ámbito emocional y las actitudes determinan la necesidad de ser autónomo. Además de la voluntad necesaria para hacer algo estas personas tienen que hacer el esfuerzo que requiere una baja visión y durante el tiempo preciso 2.

 

La percepción de uno mismo puede verse alterada por la baja visión llegando a tener una percepción negativa que unida a la apatía para realizar una tarea constituyen factores que van a determinar el grado de autonomía. En conclusión, es necesario que exista disposición, intención y motivación suficiente para tener la autonomía que la baja visión permita 2.

En cuanto a la familia y el entorno más próximo, la presencia de una persona con baja visión cambia la dinámica habitual. La familia y el entorno más próximo constituyen un punto clave para potenciar la independencia siempre y cuando asuman la realidad proporcionándole una ayuda a la persona con baja visión 2.

Normalmente, la persona con baja visión no confía en sí mismo para realizar las actividades cotidianas, y es la familia quien busca recursos u otras opciones para ayudarle a conseguir autonomía, pero para esto es necesario que tengan la información necesaria con el fin de potenciar su independencia, eliminando actos de sobreprotección 2.

Del mismo modo, la familia es importante para facilitar las relaciones sociales. En el caso de los niños, es la familia la que resuelve sus necesidades básicas (higiene personal, comida, vestido, etc.) desde el nacimiento, respondiendo a sus demandas y exigencias 2.

Además, si a la baja visión se le añaden otras deficiencias concurrentes como la sordoceguera (deficiencia auditiva y visual conjuntas) la persona va a tener una dificultad mayor en conocer y comprender los acontecimientos ocurridos en su entorno. La posibilidad de comunicarse se va a ver afectada lo que producirá dificultad para realizar con independencia las actividades que requieren comunicación y visión 2.

 

En un estudio de Flores Lucas y Albà Arbalat, los resultados obtenidos destacan una mayor sintomatología depresiva en pacientes con baja visión. Esta sintomatología depresiva puede estar relacionada con una incorrecta adaptación a la pérdida de visión afectando a las relaciones familiares y sociales. Por otro lado, el ajuste psicosocial de autoeficacia es mayor en personas con baja visión y visión normal, sin embargo, los pacientes con visión casi normal tienen una percepción más negativa y creen que no van a obtener los objetivos que se propongan 6.

La baja visión se asocia con un mayor riesgo de no poder trabajar, estar desempleado y en una categoría ocupacional más baja, así como tener unos ingresos familiares más bajos. Las personas con baja visión presentan un mayor riesgo de vivir solos o vivir en alojamientos protegidos o en hogares de cuidado residencial 5.

Las personas con discapacidad visual tienen una peor calidad de vida ya que se ve afectada su capacidad para realizar actividades independientes de la vida diaria, incluida la movilidad, la lectura, la obtención de ingresos y el cuidado personal. El bienestar emocional y las relaciones sociales también se ven afectados 7.

La función visual deteriorada se asocia con una peor salud general. Las personas con baja visión tienen más probabilidades que las personas con visión normal de visitar a un médico o psiquiatra por afecciones debido al problema visual 8.

La capacidad de funcionar y el enfoque hacia los problemas percibidos varía mucho de una persona a otra. Como la discapacidad visual es un factor estresante crónico, comprender las estrategias de afrontamiento utilizadas por esas personas puede ayudar en el diseño de intervenciones dirigidas a mejorar su calidad de vida. En el estudio de Rai et al. realizado para evaluar las estrategias de afrontamiento en pacientes con baja visión o ceguera y para determinar si las estrategias de afrontamiento particulares se correlacionaron con la calidad de vida relacionada con la visión se demostró que las estrategias comúnmente utilizadas en el estudio fueron tanto positivas (afrontamiento reflexivo) como negativas (afrontamiento de evitación), la planificación estratégica se usó con menos frecuencia. Las estrategias de afrontamiento positivas se asociaron con un mejor funcionamiento general y una mejor calidad de vida psicosocial que, además, están asociadas con una mejor calidad de vida. También se destaca que la búsqueda de apoyo emocional fue significativamente mayor en las mujeres 7.

Los oftalmólogos que evalúan la discapacidad visual deben considerar los mecanismos de afrontamiento que emplean sus pacientes y deben derivarlos para recibir asesoramiento y capacitación en formas más positivas de afrontamiento para llevar a cabo una mejor adaptación a la discapacidad visual7.

 

DISCUSIÓN

La baja visión conlleva una repercusión psicosocial que afecta a las personas que padecen este déficit visual. Según Rai et al, se ha visto alterada la calidad de vida de los usuarios con baja visión siendo su capacidad para realizar actividades independientes y los ámbitos emocional y social los más afectados, sin embargo, Cumberland & Rahi consideran que la función visual se asocia con una peor salud en general, pero no concreta ninguna afectación en específico.

Tanto el artículo de Garaigordobil y Bernarás como el de Flores Lucas y Albà Arbalat afirman que existe sintomatología psicopatológica en los pacientes con baja visión por lo que es importante que el oftalmólogo que evalúa la discapacidad visual evalúe también a la persona a nivel psicológico y social de la persona y los derive a los profesionales especializados en este campo.

 

CONCLUSIÓN

Tras la revisión bibliográfica se ha podido observar que existen problemas psicosociales en las personas con baja visión, siendo estas repercusiones diferentes en cada persona según varios aspectos como la edad en la que aparece el déficit visual, el afrontamiento al problema, la autoestima, etc.

Cabe destacar que las personas con baja visión presentan una dificultad a la hora de adaptarse en el ámbito laboral, tienen más probabilidad de presentar sintomatología depresiva, una peor salud, así como, la dificultad de aceptar el problema que padecen.

Como conclusión, es importante mencionar que la sociedad actual no tiene conciencia sobre la repercusión psicosocial que presentan las personas con baja visión y, por tanto, habría que informar de estos aspectos puesto que es de gran importancia conocerlos a la hora de tratar con ellos.

 

BIBLIOGRAFÍA

  1. Cortés Linares KY y Salas Hernández LH. Manejo interdisciplinario de la baja visión por miopía degenerativa: reporte de caso. Cienc Tecnol Salud Vis Ocul. 2018;(1): 127-141. doi: https://doi.org/10.19052/sv.4244
  2. Ortiz Ortiz, P., Matey García, M. ángeles, Basterrechea Estella, M. P., Blocona Santos, C., Echevarría Arellano, M. J., Lagrava Alzañiz, R. M., … Arregui Noguer, B. (2011). Discapacidad visual y autonomía personal. Enfoque práctico de la rehabilitación. Madrid: ONCE.
  3. Instituto Nacional de Estadística. (National Statistics Institute). (2019). Recuperada 23 noviembre 2019, disponible en: https://www.ine.es/dynt3/inebase/es/index.htm?type=pcaxis&path=/t15/p418/a2008/hogares/p01/modulo1&file=pcaxis
  4. Garaigordobil, M., & Bernarás, E. Síntomas psicopatológicos y dimensiones de personalidad en adolescentes con discapacidad visual : cambios evolutivos y relaciones entre ambas variables, 2018; 36, 63–80.
  5. Cumberland, P. M., & Rahi, J. S. Visual Function, Social Position, and Health and Life Chances The UK Biobank Study, 2016;134(9), 959–966. https://doi.org/10.1001/jamaophthalmol.2016.1778
  6. Flores Lucas, V., & Albà Arbalat, S. Aspectos psicológicos y su relación con la calidad de vida en pacientes con baja visión. GACETA, 2015; 1–7.
  7. Rai, P., Rohatgi, J., & Dhaliwal, U. Coping strategy in persons with low vision or blindness – an exploratory study. Indian Journal of Ophthalmology, 2019; 67(5), 669–676. https://doi.org/10.4103/ijo.IJO
  8. Rahi, J. S., Cumberland, P. M., & Peckham, C. S. Visual impairment and vision-related quality of life in working-age adults: findings in the 1958 British birth cohort. Ophthalmology, 2009; 116(2), 270-274.

 

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