Taenia saginata: una sorpresa desagradable tras ir al baño.

23 febrero 2022

AUTORES

  1. Gemma Jiménez Guerra. Laboratorio de Microbiología del Hospital Can Misses (Área de Salud de Ibiza y Formentera).

 

RESUMEN

La teniasis intestinal está producida por la presencia de T. saginata o T. solium en el intestino delgado, y se adquiere a través del consumo de carne cruda de vaca o cerdo, respectivamente. Generalmente, se trata de una enfermedad con síntomas gastrointestinales poco específicos. Cuando existe sospecha, su diagnóstico se suele hacer por visualización microscópica de huevos en heces seriadas, que son indistinguibles entre especies. Sin embargo, es fundamental distinguir si se trata de T. saginata o T. solium, ya que esta última puede producir neurocisticercosis, una grave complicación que ocurre cuando los cisticercos se instalan en el sistema nervioso central y que puede producir epilepsia, ceguera e incluso la muerte. La identificación a nivel de especie se puede realizar mediante la visualización microscópica y recuento de las ramas uterinas de las proglótides grávidas que en ocasiones se eliminan a través del ano del paciente. Sin embargo, muchas veces estas se eliminan en mal estado y hay que requerir técnicas de biología molecular que sólo están disponibles en laboratorios de referencia.

En este trabajo presentamos el caso de un paciente con dispepsia que acudió a su médico de atención primaria tras eliminar un gran fragmento de tenia tras la defecación. Se trató de identificar la especie de tenia en el laboratorio de microbiología, sin éxito debido a la conservación de esta en un medio inadecuado, por lo que se envió al Centro Nacional de Microbiología para su correcta identificación mediante PCR, obteniéndose que se trataba de T. saginata. El paciente fue derivado a la consulta de Medicina Interna previa a la identificación de especie para descartar neurocisticercosis y conseguir el tratamiento adecuado con niclosamida. Dos meses después del tratamiento, el paciente se encontraba asintomático y no se observaron huevos de tenia en el estudio de heces seriadas.

 

PALABRAS CLAVE

Taenia saginata, Taenia solium, niclosamida, dispepsia, proglótide.

 

ABSTRACT

Intestinal taeniasis is caused by the presence of T. saginata or T. solium in the small intestine, and is acquired through the consumption of raw beef or pork, respectively. Generally, it is a disease with non-specific gastrointestinal symptoms. When suspected, its diagnosis is usually made by microscopic visualization of eggs in serial feces, which are indistinguishable between species. However, it is essential to distinguish whether it is T. saginata or T. solium, since the latter can cause neurocysticercosis, a serious complication that occurs when cysticerci settle in the central nervous system and can cause epilepsy, blindness and even death. Species-level identification can be made by microscopic visualization and counting of the uterine branches of gravid proglottids that are sometimes passed through the patient’s anus. However, many times these are removed in poor condition and molecular biology techniques that are only available in reference laboratories are required.

In this work we present the case of a patient with dyspepsia who went to his primary care doctor after removing a large fragment of tapeworm after defecation. An attempt was made to identify the species of tapeworm in the microbiology laboratory, without success due to its conservation in an inadequate medium, so it was sent to the National Microbiology Center for its correct identification by means of PCR, obtaining that it was T saginata. The patient was referred to the Internal Medicine consultation prior to species identification to rule out neurocysticercosis and obtain the appropriate treatment with niclosamide. Two months after treatment, the patient was asymptomatic and no tapeworm eggs were observed on serial stool study.

 

KEY WORDS

Taenia saginata, Taenia solium, niclosamide, dyspepsia, proglottid.

 

INTRODUCCIÓN

Taenia saginata y Taenia solium son parásitos cestodos con distribución mundial, con alrededor de 50 millones de personas infectadas, causantes de la cisticercosis en ganado bovino y porcino, así como en humanos1. Sólo T. solium da lugar a neurocisticercosis en el humano. La parasitación es más frecuente en algunas zonas de Latinoamérica, África, Europa del Este y Oriente Medio, especialmente en las zonas rurales2. La infección se adquiere mediante el consumo de carne de cerdo (T. solium) o vaca (T. saginata) poco cocinada, donde se encuentran los cisticerco, que contienen el escólex de los gusanos. En las personas, unos 3 meses después del consumo, el escólex se adhiere a la mucosa intestinal a la altura del yeyuno y se desarrolla la forma adulta, que puede crecer por encima de los 4 m en tan sólo unos meses. La mayoría de los individuos infectados sólo lo están por un solo parásito, pero este pude sobrevivir unos 30 años2.

En la mayoría de los pacientes la infección es asintomática o paucisintomática, manifestándose como dispepsia, pérdida de peso, náuseas o episodios diarreicos, pero raramente también puede dar lugar a episodios más graves como perforación intestinal, pancreatitis, colecistitis o colangitis3,4,5. El diagnóstico de la teniasis se hace de forma general mediante la visualización de huevos en heces, indistinguibles entre las 2 especies, o bien mediante la visualización de las ramificaciones uterinas de las proglótides expulsadas por el ano. EL tratamiento adecuado de la teniasis intestinal se hace con niclosamida o prazicuantel2, ambos considerados medicación extranjera y que hay que solicitar mediante los servicios de Farmacia.

Presentamos un caso de una teniasis intestinal paucisintomática por T. saginata en un paciente joven sin antecedentes de interés que ya había tenido un episodio similar previo.

 

PRESENTACIÓN DEL CASO CLÍNICO

Se trataba de un paciente joven masculino de 34 años natural de Paraguay, que residía en las Islas Baleares desde hacía 3 años y sin viajes recientes al extranjero, que acudió a su médico de atención primaria tras defecar y encontrar en las heces un fragmento de cestodo de unos 2 metros de longitud. No constan antecedentes médico-quirúrgicos de interés, ni alergia medicamentosa de ningún tipo. El paciente no refería síntomas previos destacables, solo sensación de dispepsia y dolor abdominal ocasionalmente. No refería ingesta de carne cruda o en mal estado recientemente, tanto como de cerdo como de vacuno. Refería que 6 años antes, en su país natal había tenido un episodio similar emitiendo un fragmento de un tamaño mucho menor y sin haber recibido ningún tipo de tratamiento en ese momento.

El paciente aportaba el fragmento de parásito en un bote de conserva conservado en alcohol (Figura 1). Según las características del fragmento: aplanado, color crema, estrías transversales (proglótides) y gran longitud, el médico apreció que se trataba de Taenia spp, y remitió el frasco a Microbiología para identificar la especie. También el paciente fue derivado a la consulta de Medicina Interna para recibir un tratamiento adecuado y descartar neurocisticercosis.

Medicina Interna:

Desde medicina interna se solicitaron pruebas de imagen (tomografía y resonancia magnética) del sistema nervioso central, tórax y abdomen que fueron normales, una serología que incluía IgG de Taenia solium, y, además, un análisis bioquímico y hemogramas básicos cuyos resultados también fueron normales. No se recogieron muestras seriadas de heces del paciente. Desde este servicio se contactó con el servicio de Farmacia del hospital para solicitar niclosamida como tratamiento, ya que se trata de medicación con visado extranjero. Esta se le pautó al paciente en monodosis (2g, es decir, 4 comprimidos en una sola toma) acompañada de un antiemético en ese momento, y 2 horas después, un medicamento laxante para lograr la completa eliminación del cestodo.

Laboratorio de microbiología:

Ya que el fragmento recibido no tenía escólex, en el laboratorio de microbiología se realizaron varios intentos de introducir una sustancia colorante por el poro genital de las proglótides y así contar las ramas uterinas para identificar la especie. Pero debido a la resecación el parásito por estar conservado el alcohol etílico fue imposible realizar tal método de identificación. De modo que desde el laboratorio de microbiología se remitió al Centro Nacional de Microbiología (CNM) un fragmento del cestodo de unas 10 proglótides conservadas esta vez en suero salino para su identificación mediante PCR junto con el suero del paciente para el estudio de IgG de T. solium, cuya determinación no disponían.

En cuanto la serología realizada en el CNM era una técnica de ELISA que arrojó un resultado positivo para IgG de T. solium, y la PCR identificó al gusano como T. saginata. Debido a la posibilidad de reacciones cruzadas en serología se determinó que la infección estaba producida por T. saginata. Con lo que el tratamiento administrado era suficiente.

Control en Medicina Interna tras 2 meses:

Se informó al paciente de que se trataba de T. saginata, con lo que no requería pruebas ni tratamientos adicionales y se le proporcionaron recomendaciones dietéticas para que no se repitiese el cuadro. En ese momento el paciente se encontraba en excelentes condiciones, con cese de los episodios de dispepsia y dolor abdominal.

 

DISCUSIÓN

Taenia saginata, también llamada la tenia de la vaca, es un gusano de gran tamaño que puede causar teniasis, siendo los humanos su único hospedador definitivo. Su distribución es mundial, siendo más frecuente en las zonas más rurales de áfrica, Oriente Medio, Europa del Este y Latinoamérica6, como ocurre con este caso, donde el consumo de carne sin controles veterinarios y poco cocinada es usual. La enfermedad suele ser asintomática, o bien presentar síntomas digestivos muy poco específicos, como hemos podido comprobar con el caso presentado. Sin embargo, en raras ocasiones, la migración de proglótides por el intestino puede dar lugar a cuadros de apendicitis o de obstrucción de las vías biliares,5,6. La teniasis está incluida en la lista de la OMS de enfermedades tropicales desatendidas y se considera reemergente en la actualidad debido a factores como el incremento de viajeros e inmigrantes. La teniasis humana está presente en todos los países de Europa occidental, excepto en Islandia. La Península Ibérica es una de las zonas de mayor impacto, fundamentalmente por T. saginata, aunque en Portugal y Extremadura continúan detectando casos autóctonos de T. solium y de cisticercosis. En Europa la infección por T. solium es la décima enfermedad parasitaria transmitida por alimentos y la teniasis por T. saginata es la decimotercera. Debido a los antecedentes de episodio similar sin tratar que contaba el paciente, en este caso se sospecha de que se trate de un caso importado, adquirida la parasitación en Paraguay.

En su ciclo vital, tras la activación y destrucción de la pared del cisticerco por el ácido estomacal, el parásito se adhiere a la mucosa del yeyuno y comienza su maduración. Tras pocos meses, la tenia puede alcanzar varios metros de longitud. La teniasis por T. saginata es más frecuente que T. solium7. Es de especial importancia conseguir el diagnóstico a nivel de especie, pues de ambas, sólo T. solium es capaz de asentarse en el sistema nervioso central a través de sus cisticercos y producir neurocisticercosis, una complicación de elevada gravedad, que puede dar lugar epilepsia, parálisis, ceguera e incluso la muerte, siendo esta una de las razones por las que el paciente fue derivado a la consulta de Medicina Interna.

Existe también T. asiática, estrechamente relacionada con T. saginata, que tampoco produce neurocisticercosis y cuyo hospedador intermedio puede ser tanto el ganado porcino como el bovino. Además, esta especie puede infectar órganos internos del animal, como el hígado, además del músculo.

Cuando se sospecha de una teniasis, usualmente el diagnóstico se realiza mediante microscopía óptica a partir de preparaciones en fresco seriadas de heces del paciente, donde se pueden apreciar los huevos de la tenia, indistinguibles morfológicamente entre especies. Se trata de huevos redondos, no operculados, con una gruesa membrana de color marrón con estriaciones radiadas y con una tamaño de entre 31 y 43 µm. En ocasiones, se eliminan por el ano fragmentos del gusano o proglótides grávidas sueltas, especialmente con T. saginata, cuyas proglótides tienen movimiento autónomo7, y con ellas es posible la identificación a nivel de especie según el número de ramas uterinas que contengan. Para ello, es necesario introducir tinte por el poro genital de la proglótide y visualizarla a microscopio óptico a 400 aumentos, se tratará de T. saginata si tiene más de 12 ramificaciones y T.solium si tiene menos de 12. En el caso de que se elimine el gusano entero, si el escólex está en buen estado, también se puede distinguir a especie a través de la visualización de esta. En el rostelo de T. solium hay 2 coronas de ganchos además de las 4 ventosas, mientras que en el rostelo de T. saginata no hay ganchos y es por eso por lo que también se le da el nombre de tenia inerme.

En ocasiones las proglótides están muy deterioradas, lo cual impide la correcta identificación de la especie, es entonces cuando el diagnóstico molecular es una buena alternativa, tal y como ocurrió con el gran fragmento de cestodo en este caso, deteriorado por la incorrecta conservación del espécimen. Si no se observan huevos ni proglótides, la biología molecular también puede confirmar la sospecha clínica de teniasis, usando las heces como muestra. Pero las heces no son una buena muestra para técnicas moleculares que detectan la diana del tipo que sea, porque poseen inhibidores y un alto contenido en ADN bacteriano que puede interferir. Actualmente, los métodos moleculares descritos para la identificación de las especies de tenias se basan en la PCR convencional, PCR-RFLP, PCR a tiempo real y la amplificación isotérmica de tipo LAMP (amplificación isotérmica mediada por bucle). Es importante recordar que todos estos métodos evolucionaron a partir de pruebas de hibridación con sondas de ADN y al análisis de secuencias únicas y repetidas.

Desde el uso generalizado de la PCR, se han desarrollado una gran cantidad de técnicas de PCR para la identificación de T. solium y T. saginata, muchas de ellas basadas en la amplificación de regiones diana en el gen del ARN ribosomal, genes de proteínas mitocondriales y regiones del ADN satélite, altamente repetidas. Las PCR multiplex, entre las que destacan las basadas en la amplificación del fragmento HDP2, que es una secuencia de ADN ribosomal no transcrita, son extensamente utilizadas. T. saginata presenta 2 fragmentos de HD2 mientras que T. solium sólo presenta uno8. Siguiendo esta línea se han desarrollado otras PCR multiplex y/o anidadas con el gen de la citocromo oxidasa 1 (Cox1) como diana9. Las PCR anidadas presentan una mayor sensibilidad y especificidad para detectar huevos de tenia en heces10. También se han desarrollado PCR a tiempo real que usan la amplificación del ITS1 e identifican mediante sondas de hidrólisis (Taqman) específicas para cada especie de Taenia spp11.

Las pruebas de serología pueden usar, como propiamente dicen, suero, y también líquido cefalorraquídeo. En este caso se usó la detección de antígenos circulantes mediante anticuerpos monoclonales, con un sistema de inmunodiagnóstico de captura basado en el uso de anticuerpos monoclonales HP10 (HP10-Ag-ELISA), que es específico para un residuo glucídico de un antígeno secretado por los metacestodos de Tenia spp. Se puede usar tanto en suero como en líquido cefalorraquídeo y para el seguimiento de los enfermos. Su rendimiento es mayor en cuadros de gravedad y que tienen varios cestodos vivos, pero su inconveniente es que se producen frecuentes reacciones cruzadas entre especies de tenia12.

En muchos países el tratamiento se ha realizado tradicionalmente con prazicuantel, con una excelente tolerancia y eficacia. Sin embargo, en nuestro caso se hizo con una monodosis de niclosamida de 2 gramos, cuya presentación es en tabletas masticables. Se trata de medicación con visado extranjero que no se puede comprar en farmacias, siendo otra razón por la que el paciente fue derivado a consulta de Medicina Interna, no sólo para descartar una posible neurocisticercosis previa a la identificación de la especie, como ya hemos comentado, sino también para conseguir el tratamiento erradicador a través del servicio de Farmacia hospitalaria. Tal y como se hizo en este caso, el tratamiento se suele acompañar de una dosis de laxante para que el gusano sea eliminado tras su parálisis y muerte, así como de antieméticos que eviten las nauseas y vómitos, previniendo la autoinfección por regurgitación de huevos.

La educación sanitaria centrada en las medidas de control veterinario del ganado y la concienciación del no consumo de carne cruda son las formas más efectivas de prevenir la teniasis.

 

CONCLUSIONES

La teniasis es una de las principales parasitosis adquiridas a través del consumo de alimentos, que, aunque es más frecuente en áreas rurales en países en vías de desarrollo, también se presenta en Europa occidental de forma autóctona, especialmente en España.

Es necesario distinguir de qué especie de Tenia spp. se trata, ya sea mediante microscopía óptica o técnicas de biología molecular, para descartar la posible neurocisticercosis de elevada morbimortalidad y que requerirá un tratamiento más allá de la pauta de un antiparasitario oral. Los antiparasitarios que se pautan para la eliminación de la tenia son fármacos de visado extranjero cuyo obtención suele hacerse a partir del servicio de Medicina Interna o de Enfermedades Tropicales de los hospitales. T. saginata no produce neurocisticercosis ni suele producir otras complicaciones, dando síntomas poco específicos, con lo que un tratamiento con niclosamida más laxante y antieméticos suele ser suficiente.

La concienciación de la población para que evite el consumo de carne cruda es la forma más efectiva de prevenir la teniasis.

 

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ANEXOS

Mano sosteniendo un vaso de vidrio Descripción generada automáticamente con confianza media

Figura 1: Espécimen tal y como fue aportado por el paciente, se trata de un gran segmento de proglótides grávidas de T. saginata conservado en alcohol etílico.

 

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