AUTORES
- Cristina Sancho Barcelona. Ministerio de Defensa/ Enfermera.
- María Alonso Campos. Servicio Aragonés de Salud/Enfermera.
- Andrea Fernández García. Servicio Aragonés de Salud/ Enfermera.
- Julia Longas Martín. Servicio Aragonés de Salud/Enfermera.
- Irene Broc Martínez. Servicio Aragonés de Salud/Enfermera.
- Laura Sánchez Lavilla. Servicio Balear de Salud/Enfermera.
RESUMEN
La progeria de Hutchinson-Gilford es un trastorno caracterizado por el envejecimiento prematuro en niños que comienza a desarrollarse entre los 18 y 24 meses de vida. Esto se debe a mutaciones puntuales en el gen autosómico LMNA que da lugar a una lámina A incorrecta conocida como progerina. El envejecimiento se genera de 5 a 10 veces más rápido de lo habitual en los pacientes con progeria y es por ello que aparentan mayor edad de la que tienen.
PALABRAS CLAVE
Progeria de Hutchinson-Gilford, enfermedad rara, síndrome de Hutchinson-Gilford (HGPS), mutaciones autosómicas dominantes.
ABSTRACT
Hutchinson-Gilford progeria is a disorder characterized by premature aging in children that begins to develop between 18 and 24 months of age. This is due to point mutations in the autosomal LMNA gene that results in an incorrect lamin A known as progerin. Aging occurs 5 to 10 times faster than usual in patients with progeria and that is why they appear older than they are.
KEY WORDS
Hutchinson-Gilford progeria, rare disease, Hutchinson-Gilford Syndrome (HGPS), autosomal dominant mutations.
DESARROLLO DEL TEMA
La progeria de Hutchinson-Gilford se considera una enfermedad rara caracterizada por el envejecimiento brusco y prematuro tanto en niños como en niñas, dando lugar a niños con apariencia de ancianos. Los niños con este síndrome se centran en un desarrollo fetal normal que nacen con un aspecto saludable. Sin embargo, entre los 18 y 24 meses de edad aproximadamente, comienzan a manifestarse muchos rasgos característicos de la vejez prematura1.
El Síndrome de Hutchinson-Gilford se considera una de las llamadas “enfermedades raras”. Este grupo de enfermedades se consideran un problema prioritario y actualmente creciente en salud pública. Se cree que existen más de 7000 enfermedades raras diferentes que afectan aproximadamente al 6-8% de la población. Existen múltiples definiciones para distinguir las enfermedades raras, pero la más utilizada es la de la Unión Europea (UE) que establece como enfermedad rara a aquella, de origen genético o adquirido, con peligro de muerte o invalidez crónica y cuya prevalencia en la población general es inferior a 1 en 2.000 individuos2.
Aunque existen numerosos síndromes progeroides, el más común es el síndrome de Hutchinson-Gilford, cuyo nombre hace referencia a los médicos ingleses Jonathan Hutchinson (1886) quién describió por primera vez este síndrome y Hastings Gilford (1904). El término progeria deriva del griego pro, «Hacia, un favor de» y Gerón o Geras, «viejo» y significa envejecer prematura. Hutchinson y Gliford especificaron la progeria por primera vez, por lo que en la literatura frecuentemente este síndrome es abreviado por HGPS (Hutchinson-Gilford progeria síndrome), también nombrada progeria infantil1,3.
La incidencia de este síndrome se estima en torno a 1/8 000 000 de recién nacidos vivos. Aunque cabe destacar que todavía no se distingue ninguna preferencia por ningún sexo en particular, se han diagnosticado más pacientes pertenecientes a la raza blanca, en torno al 97% de los pacientes afectados.
La mayoría de los casos son mutaciones autosómicas dominantes esporádicas, aunque algunos investigadores han determinado para el cuadro patrones de herencia autosómica recesiva, ya que se han observado ciertos casos en hijos de parejas con antecedentes de consanguinidad; Aunque su baja incidencia parece no apoyar esta hipótesis3.
CAUSAS:
La mayoría de los síndromes humanos de envejecimiento acelerado se producen por errores en los sistemas de reparación del ADN y alteraciones en la lámina nuclear y las proteínas de la matriz. En concreto, los casos con HGPS, la mayoría se caracterizan por alteraciones o mutaciones puntuales en el gen autosómico LMNA, que da lugar a una lámina A incorrecta conocida como progerina. La forma anormal de pre-lámina A genera alteraciones en la envoltura nuclear por lo que las células se dividen erróneamente o incluso no se dividen. Es por ello que, la restauración y renovación de los tejidos no se puede dar lugar y se genera un envejecimiento muy rápido.
La progeria infantil se considera una enfermedad genética rara en el que predomina un modelo de herencia autosómico dominante. Sin embargo, cabe destacar que los casos suelen caracterizarse por ser esporádicos y muestran mutaciones de novo, lo que significa que la enfermedad no fue transmitida por sus progenitores1,4,5,6.
SÍNTOMAS:
Las personas diagnosticadas de progeria se caracterizan por un desarrollo fetal normal y nacen con un aspecto saludable y es entorno a las 18-24 cuando comienzan a aparecer manifestaciones de envejecimiento precoz y progresivo. Inicialmente, se aprecian placas esclerodérmicas en la piel de zonas como la cadera, zonas superiores de las extremidades inferiores y zonas que progresivamente se desarrollan y alcanzan un mayor tamaño y llegan a comprometer prácticamente el cuerpo entero, excepto el área genital.
Cabe destacar, que conforme el ser humano se desarrolla, disminuye su producción de sudor, lo que provoca en el paciente hipotricosis y alopecia. Además, se puede apreciar la hiperpigmentación de la piel en las zonas con mayor exposición a la luz solar e hipoplasia de las uñas.
Otros de los signos y síntomas que se aprecian en pacientes diagnosticados con este síndrome son; venas de la calota prominentes, ojos grandes, micrognatia, orejas prominentes con ausencia de lóbulos, nariz ganchuda, labios delgados con cianosis perioral, paladar alto, fontanela anterior permeable, voz de tono alto, dentición anormal y retardada, tórax en apariencia de pera «acampanado», clavículas cortas, piernas arqueadas como al «montar a caballo» (secundaria a una extensión incompleta de caderas y rodillas), extremidades superiores delgadas, articulaciones prominentes, talla baja, peso bajo en relación a la talla, enfermedades cardiovasculares, como la pérdida de células del músculo liso, engrosamiento y calcificación de las válvulas mitral y aórtica, fibrosis e incluso infarto de miocardio. Además, destacan derrames cerebrales, maduración sexual incompleta y disminución de la grasa subcutánea1,3,5,7.
DIAGNÓSTICO:
El diagnóstico del síndrome de progeria de Hutchinson-Gilford (HGPS) se fundamenta en un probando con rasgos clínicos característicos, junto con el reconocimiento de una variante patogénica heterocigótica en LMNA que resulta en la producción de la proteína anormal de la lámina A, la progerina.
Cabe destacar que la mayoría de pacientes con HGPS se caracterizan por una mutación silenciosa (G608G) que crea un sitio donante de empalme anómalo en el exón 11 del gen LMNA. El resultado del empalme erróneo es una deleción en el marco de 150 nucleótidos del mensaje que da lugar a una proteína que carece de 50 aminoácidos.
Aunque se desconoce por qué la mutación específica en el gen LMNA causa el envejecimiento prematuro encontrado en el HGPS6,8,9.
TRATAMIENTO:
Haciendo hincapié en el tratamiento, se recomienda una dieta equilibrada basada en comidas pequeñas y frecuentes. Se recomienda las extracciones dentales primarias después de que el diente secundario haya erupcionado y / o descendido completamente con el fin de prevenir el apiñamiento dental.
La utilización de protector solar en todas las áreas expuestas de la piel, incluida la cabeza, para actividades al aire libre es esencial en este tipo de pacientes.
Se aconseja el uso de almohadillas para zapatos, ya que la falta de grasa corporal puede generar molestias en los pies. Además, la terapia física y ocupacional de rutina, ejercicios activos de estiramiento y fortalecimiento, e hidroterapia son muy recomendables.
En el tratamiento de la dislocación de cadera es esencial la fisioterapia, aunque también la cirugía es una alternativa a pesar de las posibles complicaciones
La Anticoagulación aparece en el tratamiento de estos pacientes según sea necesario para las complicaciones cardiovasculares y neurovasculares de éstos.
Las dosis de medicamentos se fundamentan en el peso corporal o incluso en el área de superficie corporal, no en la edad.
En pacientes diagnosticados de este síndrome, se aconseja una escolarización adaptada a las necesidades físicas de estos pacientes8.
COMPLICACIONES:
El envejecimiento se genera de 5 a 10 veces más rápido de lo habitual en los pacientes con progeria y es por ello que aparentan mayor edad de la que tienen. Por lo general, la mayoría de los niños con progeria fallecen de enfermedades cardiacas que perjudican a millones de adultos con envejecimiento normal.
En este Síndrome, la edad media para el fallecimiento se considera alrededor de los 13 años, extendiéndose hacia un rango de los 8 a los 21 años. Debido a su corta esperanza de vida, los pacientes diagnosticados de Progeria no padecen la enfermedad de Alzheimer, cataratas y no desarrollan neoplasias malignas. Cabe destacar, que otros órganos como pueden ser hígado, riñones, pulmón, sistema digestivo, médula ósea y cerebro no se ven afectados por la enfermedad1,10.
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