Trastorno disfórico premenstrual. Revisión sistemática.

12 septiembre 2022

AUTORES

  1. Marta Franco Arrondo. Graduada Universitaria en Enfermería, Facultad de Ciencias de la Salud de la Universidad de Zaragoza. Enfermera en Hospital Universitario Miguel Servet. Zaragoza. España.
  2. María Ester Delgado Alguacil. Diplomada Universitaria en Enfermería, Facultad de Ciencias de la Salud de la Universidad de Zaragoza. Enfermera en Hospital Universitario Miguel Servet. Zaragoza. España.
  3. Raquel López Sánchez. Graduada Universitaria en Enfermería, Facultad de Enfermería y Fisioterapia de la Universidad de Cádiz. Enfermera en Hospital Universitario Miguel Servet. Zaragoza. España.
  4. Adrián Moreno Sánchez. Graduado Universitario en Enfermería, Facultad de Enfermería y Fisioterapia de la Universidad de Cádiz. Enfermero en Hospital Universitario Miguel Servet. Zaragoza. España.
  5. Irene Ciordia Hernández. Diplomada Universitaria en Enfermería, Facultad de Ciencias de la Salud de la Universidad de Zaragoza. Enfermera en Hospital Universitario Miguel Servet. Zaragoza. España.
  6. Aránzazu Caballero Millán. Diplomada Universitaria en Enfermería, Facultad de Ciencias de la Salud de la Universidad de Zaragoza. Enfermera en Hospital Universitario Miguel Servet. Zaragoza. España.

 

RESUMEN

El trastorno disfórico premenstrual es la recurrencia cíclica de cambios afectivos severos que llegan a incapacitar al 5% de las mujeres que se encuentran entre los 15 y los 49 años.

Su causa todavía no se conoce con exactitud pero se sospecha que se debe a una alteración producida por los efectos de la progesterona y estrógenos.

Por el momento, el diagnóstico se realiza siguiendo los criterios que establece el Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales y las opciones de tratamiento van desde el uso de antidepresivos hasta la extirpación del útero, ovarios y trompas de Falopio.

Ante la insuficiente existencia de evidencia, se debe continuar investigando sobre este tema para obtener más conocimientos y poder ofrecer tratamientos más adecuados a las mujeres que lo padecen.

 

PALABRAS CLAVE

Trastorno disfórico premenstrual, salud de la mujer, ciclo menstrual, calidad de vida.

 

ABSTRACT

Premenstrual dysphoric disorder is the cyclical recurrence of severe affective changes that disables up to 5% of women between the ages of 15 and 49.

Its cause is not yet known exactly, but it is suspected to be due to an alteration produced by the effects of progesterone and oestrogens.

At the moment, the diagnosis is made according to the criteria established by the Diagnostic and Statistical Manual of Mental Disorders and treatment options range from the use of antidepressants to the removal of the uterus, ovaries and fallopian tubes.

Given the insufficient evidence, further research is needed to gain more knowledge and to be able to offer more appropriate treatments to women suffering from it.

 

KEYWORDS

Premenstrual dysphoric disorder, women’s health, menstrual cycle, quality of life.

 

INTRODUCCIÓN

El trastorno disfórico premenstrual (TDPM) es definido por el Colegio americano de obstetricia y ginecología como la recurrencia cíclica de cambios afectivos severos y a veces incapacitantes tales como labilidad del estado de ánimo, irritabilidad, disforia y ansiedad que ocurren en la fase lútea del ciclo menstrual de una mujer y que desaparecen alrededor o poco después del inicio de la menstruación.
Según el Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales (DSM), el TDPM no se considera un trastorno psiquiátrico1,2.

Puesto que se asemeja al síndrome premenstrual (SPM), se hace necesario señalar que la diferencia existente entre un concepto y otro radica en que el TDPM es una exacerbación grave del SPM que se caracteriza por causar alteraciones extremas en el estado de ánimo de la mujer que interfieren en su vida diaria y que además afectan a diversas esferas de la misma3.

Las graves consecuencias que presenta en lo referente a incapacitación laboral, influencia en relaciones sociales e incluso aumento del riesgo de suicido, provoca un especial interés en estudiar el fenómeno con mayor profundidad4.

 

OBJETIVOS

Efectuar una búsqueda bibliográfica actualizada que englobe los datos más relevantes y recientes sobre el trastorno disfórico premenstrual.

Conocer el impacto, magnitud, y características que definen a este problema de salud.

 

METODOLOGÍA

Para la búsqueda de la literatura disponible se accedió a las bases de datos PubMed, Dialnet y Science Direct.

También se consultaron las siguientes fuentes de información: Página web oficial The American College of Obstetrician and Gynecologist, página web sanitaria Mayo Clinic, página web oficial de la Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia, Revista portales médicos, Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales 5ª edición, Google Académico y Revista Médica Sinergia.

Para la búsqueda se priorizó información en inglés y castellano y se excluyeron todos aquellos resultados anteriores al año 2015.

 

RESULTADOS

Una de cada veinte mujeres se ven afectadas por el trastorno disfórico premenstrual 5 pero, a pesar de su impacto y de la seriedad de sus consecuencias, este trastorno no resultó de interés para su estudio hasta principios de 1960 cuando comenzó a hablarse de tensión premenstrual.

Treinta años más tarde, el término se incluyó para posterior estudio en la cuarta edición del DSM hasta que finalmente en 2013 se introdujo dentro del apartado de trastornos depresivos del DSM-V6,7.

En la actualidad, todavía no se conocen con claridad sus causas, aunque se cree que su origen es multifactorial.
Varias investigaciones señalan que los cambios de ánimo pueden ser consecuencia del efecto que tienen los estrógenos y la progesterona en los sistemas de serotonina, ácido γ – aminobutírico y dopamina8,9.

Por este motivo, la técnica que se usa para diagnosticar el TDPM es la detección y el seguimiento de los síntomas.

El DSM –V establece los siguientes criterios para el diagnóstico10:

  • Al menos 5 síntomas deben de estar presentes en la última semana antes del inicio de la menstruación y comenzar a mejorar después de su comienzo hasta hacerse mínimos.
  • Debe presentarse como mínimo uno de los siguientes síntomas:
    • Labilidad afectiva intensa.
    • Irritabilidad elevada, enfado o aumento de conflictos.
    • Estado de ánimo altamente deprimido, sentimiento de desesperanza o ideas de autodesprecio.
    • Ansiedad, tensión y/o sensación intensa de desesperación.
  • Deben presentarse uno o más de los síntomas siguientes para llegar a un mínimo 5 síntomas al combinarse con los síntomas del apartado anterior:
    • Disminución del interés por las actividades habituales.
    • Dificultad subjetiva de concentración.
    • Letargo, fatigabilidad fácil, intensa falta de energía.
    • Cambio en el apetito: Sobrealimentación o deseo de consumir alimentos específicos.
    • Alteraciones en el sueño: Hipersomnia o insomnio.
    • Sensación de agobio o pérdida de control.
    • Síntomas físicos como dolor/tumefacción mamaria, dolor articular o muscular o aumento de peso.
  • Los síntomas deben estar asociados a malestar clínicamente significativo o interferir en el trabajo, escuela, actividades sociales o habituales o la relación con otras personas.
  • A pesar de poder coexistir, la alteración no es una exacerbación de los síntomas de otro trastorno como un trastorno depresivo preexistente o un trastorno de la personalidad.
  • El primer criterio se ha de confirmar mediante evaluaciones diarias prospectivas durante al menos dos ciclos sintomáticos.
  • Los síntomas no deben de poder atribuirse a los efectos fisiológicos de una sustancia u otra afección médica.

Debido a la similitud de ciertos síntomas con otras enfermedades como depresión, ansiedad, migrañas, anemia, endometriosis o hipotiroidismo, se hace necesario realizar un diagnóstico diferencial11.

Los tratamientos disponibles se utilizan a modo de alivio sintomático e incluyen2,12:

  • Antidepresivos: Los inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina (ISRS), habitualmente empleados en el tratamiento de la depresión mayor, son los fármacos utilizados como primera línea y muestran los primeros efectos en días o incluso horas en el caso del TDPM.
  • Terapia cognitivo-conductual: utilizada como técnica de afrontamiento o modificación de las cogniciones negativas.
  • Tratamiento hormonal continuo: Existe evidencia limitada sobre la eficacia de su uso ya que diversos estudios demostraron una alta tasa de respuesta al placebo.
  • Agonistas y antagonistas de la GnRH: Su actuación se basa en suprimir la función ovárica reduciendo el estradiol y la progesterona a niveles postmenopáusicos. Esta opción de tratamiento sólo debe considerarse cuando en el paciente han fracasado múltiples ensayos.
  • Histerectomía y salpingooforectomía bilateral: Esta alternativa se plantea en los casos graves que no han respondido a otros tratamientos por lo que resulta la última opción.

 

CONCLUSIONES

Si bien el TDPM afecta a alrededor del 5% de la población femenina en edad reproductiva, el conocimiento de la existencia de este problema de salud es relativamente reciente y la evidencia existente limitada.
De este modo, el abordaje que se realiza actualmente resulta insuficiente, ya que al desconocerse la causa, el diagnóstico está enfocado al análisis de los síntomas que además son comunes a otras patologías por lo que muchas veces se produce un infradiagnóstico.

Esto conduce a su vez a tratar los síntomas en lugar de la causa o incluso a orientarlo al afrontamiento de las emociones negativas producidas.

Todo ello plantea la necesidad de continuar estudiando el fenómeno e indagar sobre sus causas para poder ofrecer tratamientos más adecuados y conseguir como fin último la salud y bienestar de las mujeres que lo padecen.

 

BIBLIOGRAFÍA

  1. Trastornos de Salud Mental en Adolescentes | ACOG [Internet]. 2017 [citado 3 de julio de 2022]. Disponible en: https://www.acog.org/clinical/clinical-guidance/committee-opinion/articles/2017/07/mental-health-disorders-in-adolescents
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  3. Tarnai Burnett MD. Trastorno disfórico premenstrual: ¿es diferente del síndrome premenstrual (SPM)? – Mayo Clinic [Internet]. [citado 10 de julio de 2022]. Disponible en: https://www.mayoclinic.org/es-es/diseases-conditions/premenstrual-syndrome/expert-answers/pmdd/faq-20058315
  4. Quílez Clavero A. Aproximación al fenómeno del trastorno disfórico premenstrual desde técnicas de investigación de ciencias sociales: estudio exploratorio. Prog Obs Ginecol [Internet]. 2017 [citado 13 de julio de 2022];60(5):421-7. Disponible en: https://sego.es/documentos/progresos/v60-2017/n5/02_Aproximacion_fenomeno.pdf
  5. Pinkerton, JV. Síndrome premenstrual [Internet]. 2022 [citado 27 de julio de 2022]. Disponible en: https://www.msdmanuals.com/es-es/professional/ginecolog%C3%ADa-y-obstetricia/anomal%C3%ADas-menstruales/s%C3%ADndrome-premenstrual-spm?query=S%C3%ADndrome%20premenstrual
  6. Fabra García M. Síndrome premenstrual: sus diferencias con el trastorno disfórico premenstrual. Rev electrónica Portales Médicos [Internet]. 30 de julio de 2021 [citado 3 de agosto de 2022];16(14):736. Disponible en: https://www.revista-portalesmedicos.com/revista-medica/sindrome-premenstrual-sus-diferencias-con-el-trastorno-disforico-premenstrual/
  7. Asociación Americana de Psiquiatría. Manual diagnóstico y estadístico de trastornos mentales (DSM-5), quinta edición. 2013
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  10. Hernández JAA, Rojas SB. Rev Medica Sinerg [Internet]. 22 de noviembre de 2020 [citado 8 de agosto de 2022];5(11):e604-e604. Disponible en: https://revistamedicasinergia.com/index.php/rms/article/view/604
  11. Hofmeister S, Bodden S. Premenstrual Syndrome and Premenstrual Dysphoric Disorder. Am Fam Physician [Internet]. 1 de agosto de 2016 [citado 4 de agosto de 2022];94(3):236-40. Disponible en: www.aafp.org/afp.
  12. Hantsoo L, Epperson CN. Premenstrual Dysphoric Disorder: Epidemiology and Treatment. Curr Psychiatry Rep [Internet]. 24 de noviembre de 2015 [citado 12 de agosto de 2022];17(11):87. Disponible en: https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC4890701/

 

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