Úlceras por presión, diagnóstico, prevención y tratamiento. Una revisión bibliográfica de actualidad.

29 enero 2023

 

Nº de DOI:10.34896/RSI.2023.47.65.001

 

AUTORES

  1. María José Pinos Cedeño. Docente de la Universidad Técnica de Ambato. Médico Internista del Hospital Regional Ambato.
  2. Diana Alejandra Cordova Larco. Posgrado de Medicina Interna de la Universidad Católica de Córdoba (Córdoba, Argentina).
  3. Stephany Madeline Nieves Suquillo. Universidad Católica Santiago de Guayaquil.
  4. Melanie Corina Salas Moreira. Universidad Católica de Santiago de Guayaquil.
  5. María Alejandra Ramírez Mazzini. Universidad Católica Santiago de Guayaquil.
  6. María Belén Moscoso Suarez. Universidad De Las Américas (UDLA).

 

RESUMEN

Las úlceras por presión (UPP), también conocidas como escaras o úlceras por decúbito, son lesiones en la piel y tejido interior que se dan como resultado de una presión prolongada. Se presentan con mayor frecuencia en pacientes con movilidad reducida, siendo un problema de salud pública por aumento del tiempo de internación y riesgo de complicaciones como infecciones graves que ponen en riesgo la vida del paciente, a pesar de ser prevenible. Afecta las zonas de apoyo que tienen mayor contacto ósea con superficies duras, el área en la que se desarrolla con mayor frecuencia es la sacra en el 65%, seguido de talones y trocánteres en el 30%. El objetivo de este artículo es realizar una revisión bibliográfica de las medidas de prevención y el tratamiento.

 

PALABRAS CLAVE

Úlceras por presión, escaras, úlcera por decúbito.

 

ABSTRACT

Pressure ulcers (UPP), also known as bedsores or decubitus ulcers, are lesions on the skin and interior tissue that occur as a result of prolonged pressure. They occur more frequently in patients with reduced mobility, being a public health problem due to increased hospitalization time and risk of complications such as serious infections that put the patient’s life at risk, despite being preventable. It affects the support areas that have greater bone contact with hard surfaces, the area in which it develops most frequently is the sacrum in 65%, followed by heels and trochanters in 30%. The objective of this article is to carry out a bibliographic review of prevention and treatment measures.

 

KEY WORDS

Pressure ulcers, bedsores, decubitus ulcer.

 

INTRODUCCIÓN

Las úlceras por presión (UPP) son lesiones dérmicas en áreas del cuerpo que se encuentran sometidas a presión, fricción o rozamiento prolongado entre dos planos duros, ocasionan compresión de los vasos sanguíneos con la consecuente disminución del aporte de oxígeno y nutrientes a la zona expuesta1,3,9.

Representan un importante problema de salud pública con gran repercusión sobre la morbimortalidad de los pacientes. En un reporte de la Organización Mundial de la Salud (OMS) en el año 2015 informa que la prevalencia se encuentra entre el 5 al 12 % a nivel mundial y en américa es del 7%, el 65% de las UPP se presentan en pacientes de establecimientos sanitarios. La OMS la incidencia de UPP ayuda a determinar la calidad de la asistencia de la red hospitalaria, como un indicador de calidad de cuidado2,4,5,6.

Los pacientes que se encuentran en áreas críticas, geriatrizados o con lesiones neurológicas crónicas irreversibles tienen mayor riesgo de desarrollar UPP. La National Pressure Ulcer Advisory Panel (NPUAP) describió la incidencia de las UPP en hospitales del 0.4 al 38%, en instituciones geriátricas del 2.2% y en centros de cuidados de la salud del 0 al 17%4,6,7.

Las UPP aparecen con frecuencia en pacientes con movilidad reducida, movimiento de fricción o cizalla, también existen factores de riesgo intrínsecos que predisponen a la aparición de UPP como es el estado nutricional, la edad, el tipo de medicación, el estado de conciencia, cirugías previas, la piel persistentemente húmeda en casos de incontinencia urinaria y fecal, falta de higiene corporal. Las zonas en las que se presenta con mayor frecuencia son áreas que cuentan con prominencias óseas como la región sacra, talones, cadera, escápula1,2,5,6.

 

CLASIFICACIÓN:

Las UPP se clasifican según la profundidad de la lesión y los tejidos afectados. Según el sistema de clasificación de la NPUAP/EPUAP (National Pressure Ulcer Advisory Panel / European Pressure Ulcer Advisory Panel) se categoriza en1,2,5:

  • Categoría I – Eritema no blanqueable: no hay lesión de la piel. Se puede presentar como edema induración, decoloración o calor local en especial en pacientes con tonos de piel oscura1,2,5.
  • Categoría II – Úlcera de espesor parcial: Pérdida del espesor de la dermis, poco profunda con lecho rosado. También puede presentarse como flictena o abrasión1,2,5.
  • Categoría III – Pérdida total del grosor de la piel: Lesión que afecta al tejido celular subcutáneo sin llegar a la fascia subyacente, la profundidad de la úlcera depende de la zona afectada1,2,5.
  • Categoría IV – Pérdida total del espesor de los tejidos: Lesión extensa, con necrosis del tejido, afecta a músculo, hueso o tendones1,2,5.

Es parte importante de la valoración el número de lesiones, el estado de la piel perilesional, la extensión, profundidad, la presencia o no de secreción con sus características (cantidad, olor y purulencia), el tejido existente (de granulación, esfacelado, necrótico y fístulas). En las categorías III y IV se pueden presentar lesiones con cavernas, tunelización, fístulas o trayectos sinuosos5,10.

 

PREVENCIÓN

  • Valoración del riesgo de desarrollar UPP según la escala elegida índice de COMHON, escala de Braden o de Norton. Sin embargo, la Agency for Healthcare Research and Quality (AHRQ) refiere que a pesar de presentarse como bajo riesgo se debe considerar medidas de prevención según el juicio clínico2,3,5.
  • Controlar diariamente el estado de la piel especialmente en las áreas de apoyo que se presenta con mayor frecuencia1,4.
  • Mantener la piel limpia y seca, evitar el uso de sustancias alcohólicas que pueden ocasionar irritación1,4.
  • Se recomienda el uso de cremas hidratantes que contengan ácidos grasos hiperoxigenados (AGHO) en piel intacta1,2.
  • Cambio de posición cada 2 a 3 horas en pacientes con movilidad reducida y cada 15 minutos en pacientes que pueden movilizarse. Controlar las cargas sobre los tejidos1,6.
  • La movilización debe comenzar en las primeras 24 horas luego de la internación6,11.
  • Uso de la correcta selección de superficies de apoyo como colchones, cojines, sistemas de protección local como apósitos tipo bota en talones y elevados de la superficie de la cama, almohadas con gel en la cabeza, etc.1,3,6.
  • Soporte nutricional adecuado evita la formación de lesiones y ayuda a la cicatrización. Busca generar un balance nitrogenado de neutro a positivo1,3,9.

 

TRATAMIENTO:

El tratamiento es acorde al grado de lesión que se detecte, en todo grado el tratamiento inicial es reducir la presión en el área comprometida3,7.

En las UPP categoría I se sugiere el uso de AGHO, compuesto principalmente por ácido linoleico 70%, palmítico, araquidónico y tocoferol, pomadas a base de zinc1,3.

En las UPP categoría II se recomiendo la debridación del tejido desvitalizado o flictenas, y uso de apósitos húmedos como los hidrocoloides, carboximetilcelulosa ya sea en gel o apósito son usados frecuentemente, ayudan a prevenir la progresión de las lesiones y protegiendo de infecciones. Están indicados para las úlceras grado I y II2,3.

Las UPP categoría III y IV el tratamiento consiste en la debridación del tejido necrótico o esfacelado puede ser de forma quirúrgica se realiza en algunas sesiones (contraindicado en coagulopatías o en tratamiento anticoagulante); debridamiento químico o enzimático con agentes fibrinolíticos y proteolíticos como colagenasa o apósitos y pomadas (iruxol); desbridamiento autolítico con productos que provocan la hidratación de los tejidos de la úlcera, fibrinólisis y actividad enzimática endógena como gel de Hidrogel, apósito o gel de hidrocoloides contraindicado en heridas infectadas; debridación osmótica con apósitos de poliacrilato; debridamiento mecánico con apósitos humedecidos que a las 6 horas de secarse se adhiere al tejido necrótico y se arranca al retirarse, es una técnica invasiva en desuso al momento3,9,11.

El objetivo de todas las técnicas de desbridamiento es crear un lecho de tejido bien granulado en toda la cavidad7,8.

La limpieza de la herida se debe realizar con solución fisiológica al 0.9%. Se recomienda evitar el uso de povidona yodada, clorhexidina, agua oxigenada, ácido acético o solución de hipoclorito ya que son productos citotóxicos. Los cuales se reservan solo para casos de infección y por corto plazo por riesgo de mayor daño del tejido y retraso de la cicatrización1,3,7.

En caso de signos de infección con compromiso sistémico se recomienda la toma de cultivo y antibiograma, e iniciar tratamiento con el uso de antibióticos endovenosos, en especial cuando hay evidencia de osteomielitis. De forma local se aconseja el uso de apósitos que disminuyan la carga bacteriana como espuma de poliuretano, apósitos de carbón activado, de alginato de calcio o de captación bacteriana. Los antibióticos tópicos tienen poca función los más empleados son la sulfadiazina argéntica y el ácido fusídico3,5,7.

La terapia con presión negativa consiste en un apósito de espuma que se adapta a la herida y se encuentra cubierto con una película para la creación de un sistema de cierre asistido al vacío o V.A.C. La función es estimular la proliferación de fibroblastos que generan una mejor cicatrización y disminuye la carga bacteriana o micótica de la úlcera3,7,8.

La protección de la piel perilesional se realiza con sustancias fibrinolíticas o proteolíticas como pasta de zinc o solución líquida de polímero de acrilato3,8,9.

 

COMPLICACIONES:

Primarias: Se dividen en locales se dan por la progresión de la necrosis pueden originar fístulas, hemorragias graves, dolor e infecciones como osteomielitis, lo agentes más frecuentes son gérmenes gramnegativos, anaerobios y Staphilococo aureus meticilin resistente5,9.

Complicaciones sistémicas entre las que destacan sepsis, anemia, amiloidosis secundaria, endocarditis, tétanos, carcinoma de células escamosas y fístulas5,10.

Secundarias: Aumento de estancia hospitalaria y el costo asistencial, infecciones nosocomiales y la iatrogenia5,7.

 

CONCLUSIONES

Las UPP son una complicación frecuente en los sistemas de atención sanitaria prevenible. Existen múltiples escalas de valoración de riesgo de UPP las más usadas son de Braden y Norton, sin embargo, el criterio clínico para cuidados preventivos son los criterios de mayor valor.

El tratamiento de forma eficaz de las UPP está basado en el diagnóstico de la causa de fondo. La valoración debe incluir los problemas de salud, el estado nutricional, el grado de dolor y aspectos psicosociales.

El tratamiento de las UPP debe ir dirigido al grado de la lesión al momento del diagnóstico, sabiendo que las úlceras de categoría I y II requiere un tratamiento clínico, y para las categorías III y IV tratamiento de tipo quirúrgico. Existen múltiples opciones de tratamiento los cuales se deben ajustar a la condición clínica del paciente y la accesibilidad de los centros sanitarios.

 

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