Beneficios que aporta el ejercicio físico en la salud y en la prevención de enfermedades. Artículo monográfico

22 junio 2023

AUTORES

  1. Alejandro Maestre Miralles. Graduado en Fisioterapia. Fisioterapeuta en el Servicio Aragonés de Salud.
  2. Tania Blasco García. Graduada en Fisioterapia. Fisioterapeuta en el Servicio Aragonés de Salud.
  3. Raquel Sierra González. Graduada en Fisioterapia. Fisioterapeuta en el Servicio Aragonés de Salud.
  4. Cristóbal Menárguez González. Técnico de Cuidados Auxiliares de Enfermería. TCAE en el Servicio Aragonés de Salud.
  5. Laura Rubio Ferrer. Técnico de Cuidados Auxiliares de Enfermería. TCAE en el Servicio Aragonés de Salud.
  6. Ignacio Álvarez Martínez. Graduado en Fisioterapia. Fisioterapeuta de la Consellería de Sanitat de la Comunitat Valenciana.

 

RESUMEN

La inactividad física es un importante problema de salud, sobre todo en países desarrollados, la prevalencia va en aumento. Este estilo de vida predispone a una amplia variedad de enfermedades degenerativas crónicas, como son: las enfermedades cardiovasculares, cerebrovasculares, las enfermedades metabólicas, los trastornos musculoesqueléticos y la fragilidad. Además, existe evidencia que sugiere que un estilo de vida sedentario puede ser un predictor más fuerte de mortalidad que los factores de riesgo establecidos como el tabaquismo, la hipertensión y la diabetes.

El ejercicio físico tiene efectos beneficiosos bien documentados sobre numerosos resultados de salud, incluidas las enfermedades cardiovasculares y la mortalidad por todas las causas, además de tasas más bajas de muchas enfermedades crónicas.

En este artículo detallamos los diferentes beneficios que se aporta mediante la actividad física aeróbica y entrenamiento de fuerza en las distintas esferas de la salud.

PALABRAS CLAVE

Ejercicio físico, beneficio, mortalidad, obesidad, diabetes.

ABSTRACT

Physical inactivity is a major health problem, especially in developed countries, and its prevalence is increasing. This lifestyle predisposes to a wide range of chronic degenerative diseases, such as cardiovascular cerebrovascular diseases, metabolic diseases, musculoskeletal disorders and frailty. Furthermore, there is evidence to suggest that a sedentary lifestyle may be a stronger predictor of mortality than established risk factors such as smoking, hypertension and diabetes.

Physical exercise has well-documented beneficial effects on numerous health outcomes, including cardiovascular disease and all-cause mortality, as well as lower rates of many chronic diseases.

In this article we detail the different benefits of aerobic physical activity and strength training in different spheres of health.

KEY WORDS

Physical exercise, benefit, mortality, obesity, diabetes.

DESARROLLO DEL TEMA

La inactividad física es un importante problema de salud, sobre todo en países desarrollados. La prevalencia va en aumento, uno de cada cuatro adultos es físicamente inactivo y es particularmente frecuente entre las mujeres, las personas mayores y personas con ingresos bajos. Además de la falta de ejercicio, está en aumento el tiempo dedicado a comportamientos sedentarios (ver la televisión o estar frente a un ordenador)1. Este estilo de vida predispone a una amplia variedad de enfermedades degenerativas crónicas, como son: las enfermedades cardiovasculares, cerebrovasculares, las enfermedades metabólicas, los trastornos musculoesqueléticos y la fragilidad2. Además, existe evidencia que sugiere que un estilo de vida sedentario puede ser un predictor más fuerte de mortalidad que los factores de riesgo establecidos como el tabaquismo, la hipertensión y la diabetes3,4.

Por contra, el ejercicio físico tiene efectos beneficiosos bien documentados sobre numerosos resultados de salud, incluidas las enfermedades cardiovasculares y la mortalidad por todas las causas, además de tasas más bajas de muchas enfermedades crónicas2,5. Hay estudios que señalan que las personas mayores que son físicamente activas tienen una mayor salud general, menos gastos de atención médica y menos limitaciones de movilidad que los que mantienen un estilo de vida sedentario. A pesar de ello, el porcentaje de adultos mayores que realizan actividades para el acondicionamiento aeróbico, el fortalecimiento muscular, la flexibilidad y el equilibrio es bajo, y muchos adultos mayores no son conscientes de los componentes recomendados de un plan de actividad física6.

No hay una receta de ejercicio para todos los adultos, aunque podemos guiarnos por las pautas de la American Heart Association (AHA) y el American College of Sports Medicine (ACSM), similares a las directrices 2020 de la Organización Mundial de la Salud (OMS) sobre actividad física y comportamiento sedentario. Estas sugieren un mínimo de 150 minutos por semana de actividad aeróbica de intensidad moderada, o un mínimo de 60 minutos por semana de actividad vigorosa, o una combinación de ambas6.

El ejercicio físico tiene múltiples beneficios para la salud en todas las edades. En los adultos mayores, la actividad física se asocia con una disminución de la mortalidad y una mayor probabilidad de envejecimiento saludable con mejor funcionamiento físico y cognitivo. Además ayuda a mantener la independencia y a reducir el riesgo de caídas y lesiones relacionadas con ellas. Nunca es demasiado tarde para volverse físicamente activo, incluso en personas que han llevado un estilo de vida inactivo, pero comienzan a realizar actividad física a los 80 años demuestran un beneficio de supervivencia en comparación con personas que permanecen sedentarias6.

A continuación, vamos a detallar los beneficios en las diferentes esferas de salud que aporta la actividad física aeróbica y entrenamiento de fuerza.

  • Mortalidad: Diversos estudios observacionales sugieren que el ejercicio regular reduce el riesgo de mortalidad por todas las causas. Esta reducción del riesgo se observa con la actividad física recreativa y no recreativa y en países con ingresos bajos, medios y altos. Los beneficios del ejercicio parecen depender de la dosis, sin embargo las personas que solo realizan una o dos sesiones de 75 minutos a la semana también disminuyen la mortalidad por todas las causas, incluyendo la cardiovascular y relacionadas con el cáncer en comparación con las personas sedentarias. Además, existe una fuerte correlación entre la fuerza física y una reducción de la mortalidad a lo largo de la vida1,2.
  • Enfermedad cardiovascular: varios estudios han demostrado una fuerte relación inversa entre el ejercicio habitual y el riesgo de enfermedad coronaria, eventos cardíacos y muerte cardiovascular tanto para la prevención primaria y secundaria. Además, el entrenamiento de resistencia parece tener un impacto beneficioso en varios factores de riesgo cardiovascular: como disminución de la presión arterial, reducción de las concentraciones séricas de glucosa en ayunas, mejora la sensibilidad a la insulina y la dislipidemia, disminuye la circunferencia de la cintura y mejora la composición corporal1,2.
  • Diabetes y síndrome metabólico: el ejercicio aeróbico puede mejorar el control glucémico y la sensibilidad a la insulina y puede prevenir el desarrollo de diabetes tipo 2 en grupos de alto riesgo. Por otro lado, los criterios específicos utilizados para definir el síndrome metabólico varían entre las principales organizaciones de salud, pero incluyen glucosa sérica elevada, dislipidemia, hipertensión y aumento de la circunferencia de la cintura. El entrenamiento de resistencia no solo aborda las características clínicas del síndrome metabólico, sino que también ataca el estado subyacente de la resistencia a la insulina1,2.
  • Prevención del cáncer: el ejercicio puede proporcionar una protección moderada contra los cánceres de mama, intestino, vejiga, riñón, pulmón, estómago, esófago, próstata, endometrio y páncreas. Datos observacionales sustanciales sugieren que la actividad física regular parece estar asociada con la protección contra el cáncer colorrectal proximal y distal1.
  • Obesidad: prevenir o tratar la obesidad puede generar beneficios significativos para la salud a lo largo de la vida, dado los riesgos para la salud que esta lleva asociada como pueden ser: la hipertensión, la dislipidemia, y la diabetes tipo 2. En comparación con una dieta de pérdida de peso sola, la dieta junto con el ejercicio o el ejercicio y el entrenamiento de resistencia se asocia con una mayor reducción de la grasa corporal y una mayor preservación de la masa magra corporal, en comparación con la dieta de pérdida de peso sola. Además, en estudios observacionales, el ejercicio se destaca constantemente como un factor importante para mantener la pérdida de peso a lo largo del tiempo1,2,5.
  • Osteoporosis y osteopenia:la recomendación para el ejercicio con cargas es aceptada en el tratamiento de la osteopenia y la osteoporosis. Las cargas mecánicas que inducen altas tasas de deformación o frecuencias inducen la remodelación ósea adaptativa de una manera dependiente de la dosis. En diversos ensayos bien diseñados el grupo de intervención mostró resultados superiores de masa ósea, geometría del cuello femoral y todas las medidas de la función física que el grupo control2.
  • Osteoartritis: La evidencia disponible muestra que el entrenamiento de resistencia progresivo induce mejoras clínicamente significativas en la fuerza muscular, la capacidad funcional y las puntuaciones de dolor, incluso en pacientes con enfermedad avanzada. La intervención temprana para atenuar la pérdida progresiva de la fuerza muscular asociada con la osteoartritis puede retrasar la progresión de la enfermedad. Además, el entrenamiento de resistencia progresiva mejora la autoeficacia del paciente, en parte a través de la reducción del dolor2.
  • Sarcopenia: la pérdida progresiva de masa muscular en adultos mayores es una catástrofe física, funcional y metabólica. La sarcopenia predispone a osteopenia, debilidad, pérdida de función y fragilidad. Además, el tejido muscular es cada vez más reconocido como un órgano endocrino y un importante contribuyente a la sensibilidad a la insulina de todo el cuerpo. Por lo tanto, la sarcopenia se asocia con resistencia a la insulina, diabetes tipo 2 y síndrome metabólico, con el consiguiente aumento del riesgo de enfermedad cardiovascular y accidente cerebrovascular. La sarcopenia del envejecimiento parece estar dominada por la atrofia de fibras musculares grandes (tipo II), que son precisamente las tratadas por el entrenamiento de fuerza. Los resultados de los estudios sugieren que se puede retrasar, detener o revertir la sarcopenia degenerativa con entrenamiento de resistencia2.
  • A nivel psicológico: el ejercicio regular se asocia con un mejor sueño, una reducción del estrés y la ansiedad, y un menor riesgo de depresión. En un ensayo aleatorizado, un mayor gasto de energía en el ejercicio condujo a una mayor mejora en las medidas de la calidad de vida física y psicológica1.

 

En resumen, todas las formas de ejercicio regular obtienen múltiples beneficios en diferentes estratos de la organización biológica, con mejoras en la salud a nivel celular, metabólico, cardiovascular, neurológico y funcional.

CONCLUSIÓN

La actividad física beneficia a personas de todas las edades, puede disminuir la morbilidad por todas las causas y aumentar la esperanza de vida. Alguna actividad física es mejor que ninguna, y realizar cualquier cantidad de actividad física aportará algún beneficio para la salud. Nunca es tarde para volverse físicamente activo.

Es de vital importancia fomentar un estilo de vida activo desde la esfera sanitaria. La inactividad física es prevalente y se asocia con malos resultados de salud. A pesar de la prevalencia generalizada de la inactividad física y sus riesgos para la salud asociados muchas veces los exámenes rutinarios no se esfuerzan en detectar la inactividad física ni se da un asesoramiento adecuado.

Desde la atención primaria se debería evaluar el nivel de actividad física que hacen los usuarios y si fuera necesario aconsejar y dar las pautas correctas para modificar ese factor de riesgo y aprovechar el potencial que tiene el aumento de la actividad física para mejorar los resultados de la salud en todas sus esferas.

Los fisioterapeutas debido al conocimiento que tienen en la patogénesis de las enfermedades y sus conocimientos sobre actividad física son los profesionales sanitarios idóneos para aconsejar, proponer y adaptar la actividad física de los pacientes que vayan a comenzar con un entrenamiento.

BIBLIOGRAFÍA

  1. Peterson D. The benefits and risks of aerobic exercise. In: Aronson MD, O’Connor FG, Givens J, ed.UpToDate. Waltham, Mass.: UpToDate, 2023.
  2. Sullivan J, Feigenbaum J, Baraki A. Strength training for health in adults: Terminology, principles, benefits, and risks. In: O’Connor FG, Grayzel J, ed. UpToDate. Waltham, Mass.: UpToDate, 2023.
  3. Franklin BA, O’Connor FG. Exercise for adults: Terminology, patient assessment, and medical clearance. In:Fields KB, Grayzel J, ed. UpToDate. Waltham, Mass.: UpToDate, 2023.
  4. Franklin BA, Sallis RE, O’Connor FG. Exercise prescription and guidance for adults. In: Fields KB, Grayzel J, ed. UpToDate. Waltham, Mass.: UpToDate, 2023.
  5. Perreault L. Obesity in adults: Role of physical activity and exercise. In: Pi-Sunyer FX, Givens J, ed. UpToDate. Waltham, Mass.: UpToDate, 2023.
  6. Morey MC. Physical activity and exercise in older adults. In:Schmader KE, Givens J, ed. UpToDate. Waltham, Mass.: UpToDate, 2023.
  7. Perreault L, Bessensen D. Obesity in adults: Etiologies and risk factors. In: Pi-Sunyer FX, Swenson S, ed. UpToDate. Waltham, Mass.: UpToDate, 2023.
  8. Appel LJ. Exercise in the treatment and prevention of hypertension. In: Bakris GL, Givens J, ed. UpToDate. Waltham, Mass.: UpToDate, 2023.

 

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