Comprendiendo el acné infantil: importancia del diagnóstico y tratamiento temprano.

18 marzo 2023

AUTORES

  1. Sara Guallar García. Enfermera. Hospital Universitario Miguel Servet. Zaragoza. España.
  2. Marina Guixá Piñol. Enfermera. Hospital Universitario Miguel Servet. Zaragoza. España.
  3. Manuel David Viñuales Aranda. Médico Residente en Neumología. Hospital Universitario Miguel Servet. Zaragoza. España.

 

RESUMEN

El acné es una afección pilosebácea inflamatoria y multifactorial que se presenta en forma de pápulas, comedones y quistes en la cara, pecho y espalda, afectando principalmente a los adolescentes. Se denomina acné pediátrico si aparece en niños menores de 12 años, clasificándose en acné neonatal, infantil, preescolar y prepuberal.

El origen exacto del acné infantil todavía no está claro, pero se cree que puede estar relacionado con un aumento en la producción de sebo debido a niveles normales de andrógenos o una predisposición genética. El conocimiento y la infografía sobre el acné infantil es limitada, pero su entendimiento es importante para el personal sanitario, ya que el tratamiento temprano y eficaz del acné puede reducir su impacto psicosocial en el paciente. El resultado de un diagnóstico temprano puede ayudar a sospechar la presencia de una enfermedad subyacente.

PALABRAS CLAVE

Acné, acné vulgar, acné infantil vulgar, clasificación, etiología, signos y síntomas, diagnóstico, tratamiento, cuidados de enfermería.

ABSTRACT

Acne is an inflammatory and multifactorial pilosebaceous condition that presents in the form of papules, pimples and cysts on the face, chest and back, mainly affecting adolescents. It is called pediatric acne if it appears in children under 12 years of age, and is classified into neonatal, infantile, preschool and prepubertal acne.

The exact origin of childhood acne is still unclear, but it is thought to be related to increased sebum production due to normal androgen levels or a genetic predisposition. Knowledge and infographics about childhood acne are limited, but understanding it is important for healthcare providers, as early and effective treatment of acne can reduce its psychosocial impact on the patient. The result of early diagnosis can help to suspect the presence of an underlying disease.

KEY WORDS

Acne, acne vulgaris, infantile acne vulgaris, classification, etiology, signs and symptoms, diagnosis, treatment, nursing care.

DESARROLLO DEL TEMA

El acné es una afección pilosebácea inflamatoria y multifactorial. Su presencia es una realidad común entre la población adolescente y adulta, con una prevalencia de aproximadamente el 80% en jóvenes entre 13 y 18 años. Se trata de una enfermedad crónica e inflamatoria que afecta la unidad pilosebácea, produciendo lesiones como pápulas, comedones y quistes en la cara, pecho y espalda1.

El acné es una de las patologías más frecuentes que llevan a los pacientes a consultar con un dermatólogo y se considera que es más intenso en los varones y dura más tiempo en las mujeres. La evolución natural del acné suele ser regresiva, desapareciendo alrededor de los 20 años en los hombres y entre los 22 y 25 años en las mujeres1,2.

Se considera acné pediátrico cuando aparece en niños menores de 12 años, el cual se clasifica en acné neonatal, infantil, preescolar y prepuberal, según la edad de aparición. Esta categorización es importante ya que cada tipo tiene procesos etiopatogénicos, curso, complicaciones y pronóstico diferentes1,2:

  • Acné neonatal: Ocurre en las primeras 8 semanas de vida. Este tipo de acné afecta temporalmente aproximadamente al 20% de los recién nacidos. Se cree que está causado por la acción de andrógenos maternos, y suele afectar la cara y la parte superior de la espalda, pero suele desaparecer en uno o tres meses. Tiene un pronóstico excelente, y no requiere tratamiento.
  • Acné infantil: Se presenta entre las 6 semanas y 12 meses de edad, y la mayoría de los casos evolucionan sin complicaciones, aunque puede haber una mayor probabilidad de desarrollar acné severo en la adolescencia. Muestra un predominio masculino.
  • Acné preescolar: Este tipo de acné aparece entre 1 y 7 años y, debido a la ausencia de hormonas adrenales y gonadales, puede estar asociado con signos clínicos de hiperandrogenismo, como la crecida de vello y el desarrollo temprano de los órganos genitales, la obesidad y una mayor estatura. En estos casos, es importante descartar afectaciones suprarrenales u ováricas.
  • Acné prepuberal: Aquellos pacientes que presentan esta forma de acné entre los 7 y 12 años de edad o tienen niveles de dihidrotestosterona (DHT) en el límite superior de la normalidad, tienen una tendencia a sufrir un acné grave posteriormente, además, si existen síntomas y signos de hiperandrogenismo, se deben investigar posibles trastornos endocrinos.

 

El acné infantil es una afección infrecuente y poco conocida, existen escasos estudios sobre el mejor manejo y tratamiento para esta afección. Actualmente en los hospitales y centros de atención existe limitado conocimiento y herramientas para un abordaje efectivo de esta patología. El propósito de este estudio es ampliar el entendimiento sobre el diagnóstico, evolución clínica y tratamiento del acné en niños.

ETIOPATOGENIA:

El origen exacto del acné infantil todavía no ha sido establecido. Existen varios factores según las teorías actuales3–5:

  • Aumento en la producción de sebo debido a niveles normales de andrógenos (andrógenos suprarrenales en las niñas y andrógenos tanto suprarrenales como testiculares en los niños varones).
  • Predisposición genética.

 

En casos excepcionales, el acné infantil puede ser un indicador de un tumor suprarrenal y existen informes de casos en los que la causa ha sido la presencia de Malassezia4,6.

MANIFESTACIONES CLÍNICAS Y DIAGNÓSTICO DIFERENCIAL:

Para hacer un diagnóstico preciso de acné infantil, se debe confirmar la presencia de comedones cerrados o abiertos en un paciente de entre 6 semanas y 12 meses de edad, que se encuentran principalmente en la piel facial (pero también pueden afectar al tórax y espalda). Luego, se debe evaluar la gravedad del caso, registrando en una hoja de registro inicial (Anexo 1), la patología y la presencia de otras lesiones inflamatorias como pústulas, nódulos y quistes, y determinar la extensión de la distribución de la lesión 3,7,8.

Además de la tipología y la ubicación de las lesiones, una forma sencilla es una clasificación cualitativa basada en el tipo de lesión predominante (Tabla 1), que puede ser complementada con una calificación de gravedad (leve, moderada, grave) (Tabla 2)9.

El 80% de los casos de acné son de leve a moderada gravedad, pero su evolución es variable. Muchos de ellos desaparecen entre 1 y 2 años, mientras que otros persisten hasta los 4 o 5 años. En algunos casos, el acné sigue siendo activo incluso después de la pubertad10.

Cuando se evalúa al paciente con lesiones cutáneas similares al acné, algunas afecciones que pueden confundirse con él y que deben ser consideradas son11:

  • Dermatitis periorificial.
  • Queratosis pilar.
  • Agentes externos como el acné esteroideo, cremas para el acné o cloracné.
  • Infecciones, como el molusco contagioso.

 

Por último, se debe realizar un examen físico completo donde se debe incluir una revisión de los patrones de crecimiento y desarrollo, ya que cualquier signo físico que evidencie trastornos endocrinos, puede ser un indicador de un trastorno subyacente en la secreción de andrógenos. Estos trastornos endocrinos pueden ser: la hipertrofia mamaria o testicular, la presencia anormal de vello púbico, agrandamiento testicular o clitoromegalia3,7,8.

COMPLICACIONES:

Las complicaciones del acné infantil pueden incluir cambios residuales en la piel que pueden ser temporales o permanentes. Algunos de estos cambios, como el enrojecimiento residual o la hiperpigmentación postinflamatoria, generalmente desaparecen con el tratamiento y el tiempo. Sin embargo, es importante tener en cuenta que estas complicaciones pueden tardar varios meses en desaparecer8,12,13.

En casos más graves de acné infantil inflamatorio, existe un mayor riesgo de cicatrices permanentes y problemas psicosociales. Este riesgo puede reducirse con un diagnóstico temprano y un tratamiento adecuado, pero en algunos casos puede ser difícil de controlar3.

Algunos pacientes pueden tener un curso prolongado y difícil de curar, y es posible que experimenten lesiones activas durante varios años después de la infancia y hasta la pubertad, lo que podría progresar hacia una forma más grave de acné en la adolescencia13.

EXÁMENES COMPLEMENTARIOS

Además de la evaluación física, también es importante considerar la realización de exámenes complementarios para confirmar el diagnóstico de acné infantil.

El examen con luz de Wood es útil para detectar la existencia de Cutibacterium acnes en los comedones, ya que emite una fluorescencia de color rojo-anaranjado debido a la producción de porfirinas9.

La evaluación de la edad ósea puede ayudar a determinar si el trastorno endocrino subyacente está presente. También se pueden realizar mediciones serológicas de niveles de hormonas específicas para evaluar la función endocrina como3,4,7,8:

  • sulfato de dehidroepiandrosterona (DHEAS).
  • hormona luteinizante (LH).
  • hormona estimulante del folículo (FSH).
  • testosterona libre.

 

TRATAMIENTO:

En general, la mayoría de los niños con acné infantil tienen un caso moderado que, en el mejor de los casos, se resuelve sin necesidad de tratamiento en 6 a 12 meses. Sin embargo, algunos casos pueden ser más graves y requerir medicación. Debido a la falta de ensayos clínicos de alta calidad, especialmente ensayos controlados aleatorios, no existen medicamentos aprobados para tratar el acné infantil en niños menores de 9 años. Por lo tanto, las recomendaciones sobre el tratamiento para el acné infantil se basan en observaciones empíricas en adolescentes y adultos3,14,15.

Para el acné infantil leve, se puede comenzar con un agente tópico como un retinoide tópico o peróxido de benzoilo, que se puede usar solo o en combinación. Para el acné inflamatorio leve, sería adecuado agregar un antibiótico tópico, como eritromicina o clindamicina, al régimen anterior (El uso simultáneo de peróxido de benzoilo y un antibiótico tópico ha demostrado ser eficaz para prevenir la aparición de cepas bacterianas resistentes)8,16.

Para lesiones inflamatorias moderadas a graves (especialmente si hay preocupaciones por la cicatrización), se recomienda la administración de antibióticos orales que no sean tetraciclinas. La eritromicina es la primera opción, pero si el paciente tiene una cepa resistente de Propionibacterium acnes, se puede considerar sulfametoxazol-trimetoprima5,7,17.

Es importante evitar el uso sistémico de tetraciclinas en niños menores de 8 años debido al riesgo de decoloración de los dientes permanentes11.

Además de estos tratamientos, también se pueden considerar inyecciones intramusculares de triamcinolona para nódulos y quistes aislados. Para casos de acné infantil severos e intratables, es razonable considerar la administración de isotretinoína oral, siempre y cuando se realice una estrecha vigilancia clínica y de laboratorio, incluyendo un perfil de lípidos en ayunas y una prueba de función hepática antes y durante su administración. En estos casos, también puede ser recomendable consultar a un dermatólogo antes de iniciar el tratamiento8,13,17.

CUIDADOS DE ENFERMERÍA Y EDUCACIÓN AL PACIENTE:

La participación activa de los padres o cuidadores y una educación adecuada son imprescindibles a la hora de tratar el acné infantil. Es importante que el médico evalúe los posibles efectos secundarios relacionados con el tratamiento elegido y tome medidas para minimizarlos. Además, es fundamental dedicar tiempo a hablar sobre la importancia de gestionar las expectativas por parte del cuidador.

Se informará al cuidador acerca de las medidas de prevención:

  • Higiene: Se recomienda limpiar la piel por la mañana y por la noche con productos específicos que sean suaves, sin detergentes ni abrasivos, y que tengan acción sebo-reguladora. Después de la limpieza, es aconsejable aplicar un tónico astringente para ayudar a cerrar los poros y mejorar la apariencia de la piel. Para secar la piel, es importante no frotarla, sino secarla suavemente con toques suaves para evitar arrastrar con la toalla. Se recomienda aplicar una hidratante oil-free dependiendo del grado de hidratación de la piel18,19.
  • Hidratación: geles o emulsiones oil-free y no comedogénicos. Podremos recomendar productos que regulen el exceso de sebo y que tengan capacidad para minimizar las imperfecciones, brillos y rojeces cutáneas. Debemos evitar sustancias aceitosas y sustancias comedogénicas18,19.
  • Protección solar: recomendaremos un protector físico (por ejemplo, monóxido de zinc, dióxido de titanio) mejor que químico, ya que este último retiene el calor en la zona aplicada y lo empeora. El protector solar debe ser oil-free específico para pieles infantiles y acneicas, con una protección alta, al menos SPF 30, para evitar las cicatrices residuales18,19.
  • Otros consejos higiénico-dietéticos18,19:
    • Evitar el contacto del pelo con la piel de la cara.
    • Evitar que el paciente manipule las lesiones.
    • Mantener los tratamientos.
    • Dieta sana y equilibrada.
    • Lavar las manos después de la aplicación de los tratamientos.

 

BIBLIOGRAFÍA

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ANEXOS

ANEXO 1: Hoja de registro de pacientes con acné20.

Tabla

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TABLA 220:

Tabla

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TABLA 121:

Interfaz de usuario gráfica, Texto, Aplicación

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