Crisis epiléptica en fase tónico–clónica pediatría.

21 enero 2022

AUTORES

  1. Marta Cortés Bruna. Graduada en enfermería. Enfermera en Urgencias Pediátricas del Hospital Universitario Miguel Servet. Zaragoza.
  2. Marta Serrano Sánchez. Graduada en enfermería. Enfermera en Urgencias Pediátricas del Hospital Universitario Miguel Servet. Zaragoza.
  3. Alicia Garzón Montero. Graduada en enfermería. Enfermera en Urgencias Pediátricas del Hospital Universitario Miguel Servet. Zaragoza
  4. Susana López Ortiz. Graduada en enfermería. Enfermera en Neurología del Hospital Universitario Miguel Servet. Zaragoza
  5. Lucia López Muguerza. Graduada en enfermería. Enfermera en Urgencias Pediátricas del Hospital Universitario Miguel Servet. Zaragoza
  6. Dolores Calderón Gómez. Graduada en enfermería. Enfermera en Urgencias Pediátricas del Hospital Universitario Miguel Servet. Zaragoza.

 

RESUMEN

Una crisis convulsiva se define como una descarga paroxística de un grupo de neuronas que provoca alteración de la función cerebral o la conducta. Puede desencadenarse por diferentes factores, entre ellos: tumores, hipoglucemia, traumatismos craneoencefálicos, infecciones o intoxicaciones.

 

PALABRAS CLAVE

Epilepsia, crisis, convulsión, síncope, pediatría.

 

ABSTRACT

A seizure is defined as a paroxysmal discharge of a group of neurons that causes alteration of brain function or behavior. It can be triggered by a number of factors, including: tumors, hypoglycemia, head trauma, infection, or poisoning.

 

KEY WORDS

Epilepsy, seizure, syncope, pediatrics.

 

DESARROLLO DEL TEMA

Las crisis epilépticas son manifestaciones clínicas de una descarga anormal y sobre-aumentada de un grupo de neuronas cerebrales, siendo el trastorno neurológico más frecuente en la infancia, con una incidencia entre el 4-10% de los niños. La primera crisis epiléptica es una causa frecuente de consulta en los servicios de urgencias; supone aproximadamente el 1% de las urgencias pediátricas1,2. Se reporta que en la admisión hospitalaria por crisis epilépticas, las crisis febriles representan hasta el 25% de los casos y tienden a recurrir en uno a tres años3.

Las crisis epilépticas pueden ser convulsivas y no convulsivas. Las primeras son aquellas en las cuales hay movimiento (crisis parciales motoras, tónico-clónicas generalizadas). En las no convulsivas, no hay movimiento, pero se presentan igualmente descargas anormales, responsables del fenómeno observado4.

Las crisis epilépticas tienen múltiples causas, y su evolución puede ser autolimitada en el tiempo o derivar en un estatus convulsivo, que es una verdadera emergencia médica que requiere tratamiento inmediato. Tradicionalmente se consideraba que cuando una crisis dura más de 30 minutos o cuando se producen dos o más crisis seguidas sin recuperación entre ellas es un status epiléptico. Recientemente se ha propuesto que se considere status tras 5 minutos de crisis continua o si se producen dos crisis seguidas sin recuperación entre ellas2.

 

Sintomatología:

Las crisis tónico-clónicas generalizadas, previamente conocidas como convulsiones de gran mal (epilepsia mayor) son el tipo de crisis epiléptica más intenso y pueden causar una pérdida abrupta del conocimiento, rigidez y sacudidas del cuerpo y, en ocasiones, pérdida del control de la vejiga o mordedura de la lengua. Puede durar varios minutos5. Implica a todo el cuerpo, incluyendo aura y pérdida del estado de alerta.

Los signos y síntomas pueden ser de leves a graves y varias según el tipo de convulsión. Algunos son:

  • Confusión temporal.
  • Episodios de ausencias.
  • Movimientos espasmódicos incontrolables de brazos y piernas.
  • Dientes o mandíbulas apretadas.
  • Pérdida de control de esfínteres (incontinencia).
  • Coloración azulada de la piel.
  • Morderse la mejilla o lengua.
  • Pérdida del conocimiento o conciencia.
  • Síntomas cognitivos o emocionales, como miedo, ansiedad o deja vú.

Las convulsiones se clasifican en función de cómo y dónde comienza la actividad cerebral anormal5.

Después de la convulsión, la persona puede presentar:

  • Confusión.
  • Somnolencia o adormecimiento que dura una hora o más (llamado estado postictal).
  • Pérdida de la memoria (amnesia) respecto al episodio de la convulsión.
  • Dolor de cabeza.
  • Debilidad de un lado del cuerpo durante unos minutos hasta unas cuantas horas después de la convulsión (parálisis de Todd)6.

La mayoría de las veces, la convulsión es similar a la anterior. En ocasiones, hay niños que tienen una extraña sensación antes de la convulsión (hormigueo, sentir un olor que no está presente, miedo o ansiedad sin razón, o tener una sensación de deja vú); es lo que se denomina aura7.

 

Diagnóstico:

El diagnóstico clínico del status convulsivo suele ser generalmente sencillo. Se reconoce por la presencia de actividad motora tónica y/o clónica continua o paroxística asociada a marcada alteración de nivel de conciencia.

Se debe tener en cuenta la historia de los antecedentes del niño y de su desarrollo psicomotor:

  • Edad de inicio.
  • Circunstancias (hora, existencia o no de fiebre).
  • Tipo de manifestaciones paroxísticas (por ejemplo, si se limita a un lado del cuerpo).
  • Duración.
  • Frecuencia de repetición.
  • Exploración física completa del paciente con especial atención sobre la piel.
  • Examen neurológico.

 

Pruebas diagnósticas:

Tras una crisis generalizada/prolongada, el paciente puede llegar confuso o estuporoso. El primer paso es la comprobación de que el paciente mantiene las constantes vitales dentro de la normalidad y de que la oxigenación es adecuada2.

La prueba diagnóstica más útil es el electroencefalograma; consiste en el registro de la actividad eléctrica cerebral.

Es importante tener en cuenta el registro durante las fases de vigilia y sueño, ya que hay alteraciones en el electroencefalograma que solo aparecen durante las distintas fases del sueño. Lo mismo puede ocurrir con las crisis epilépticas.

En otros casos también puede completarse el diagnóstico con distintas pruebas como: resonancia magnética nuclear cerebral, estudios genéticos y evaluación psicopedagógica.

 

Tratamiento:

Como norma general se acepta que ante la presencia de una única crisis aislada el paciente no debe recibir tratamiento inmediatamente2.

El manejo inicial del status convulsivo en el servicio de urgencias se centra en la estabilización del paciente seguido de la rápida instauración del tratamiento. Ante la sospecha de status convulsivo, el tratamiento debe iniciarse de forma inmediata sin esperar a los resultados de pruebas complementarias que confirmen o excluyen el diagnóstico2.

Se debe monitorizar la temperatura corporal, presión sanguínea, electrocardiograma y frecuencia respiratoria. Debe controlarse la oxigenación mediante pulsioximetría y gasometría arterial.

El tratamiento para la epilepsia incluye:

  • Medicamentos: los fármacos principales que se usan para el tratamiento de la epilepsia reciben el nombre de fármacos antiepilépticos (MAE) o fármacos anticonvulsivantes. Sin embargo, a veces, resulta difícil encontrar el tratamiento más adecuado para cada niño, ya que no todos responden igual ante un mismo tratamiento.
  • Cambios de hábitos: en algunos casos, cuando no hay una buena respuesta a los fármacos, o tienen muchos efectos secundarios, se utiliza una dieta cetogénica. Se trata de una dieta con un alto porcentaje de grasas, baja en hidratos de carbono y normoproteica.
  • Cirugía: Cuando la epilepsia es causada por un tumor, anomalías vasculares o hemorragias cerebrales, se puede necesitar intervención quirúrgica.

 

CONCLUSIONES

Las convulsiones son de frecuente presentación en la edad pediátrica. Es de gran importancia saber reconocer una crisis epiléptica, así como la actuación inmediata que debe llevarse a cabo para evitar posibles complicaciones que puedan desencadenar cuadros prolongados que aumenten la morbimortalidad.

Aunque normalmente no es necesario pautar un tratamiento crónico, es aconsejable hacer un estudio inicial para determinar la causa que ha provocado el episodio.

 

BIBLIOGRAFÍA

  1. Solari F. Crisis epilépticas en la población infantil. Rev Med Clínica Las Condes. 2011; 22 (5): 545-69.
  2. Urrestarazu E, Murie M, Viteri C. Manejo de la primera crisis epiléptica y del status en urgencias. Anales Sis San Navarra. Navarra. 2008; 31 (1).
  3. Palacios Sánchez L. Epilepsia. Rev. colomb. Psiquiatr. Bogotá. 28 (2).
  4. Razo Blanco-Hernández DM, Lima-Gómez V, Hernández-Juárez GH, Quezada-García AR. Frecuencia e crisis epilépticas en pacientes pediátricos de la consulta externa de un hospital general. Bol. Med. Hosp. Infant. Mex. México. 2008; 65 (3).
  5. Convulsiones. Mayo Clinic Family Health Book. 5ª edición. [Internet]. Disponible en: https://www.mayoclinic.org/es-es/diseases-conditions/seizure/symptoms-causes/syc-20365711
  6. Convulsión tonicoclónica generalizada. Medline Plus. [Internet]. Disponible en: https://medlineplus.gov/spanish/ency/article/000695.htm
  7. Adamolekun B. Trastornos convulsivos. MSD Manuals. USA. 2020.

 

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