AUTORES
- Natalia Luque Gimenez. Enfermera Consultorio de Cuarte de Huerva.
- Ioana Andreea Brezuleanu. Enfermera de Urgencias Hospital Nuestra Señora de Gracia.
- Ana Cristina Lou Moreno. Terapeuta ocupacional IASS y TCAE.
- Laura Basarte Gaspar. Enfermera Familiar y Comunitaria CS Oliver.
- Raquel Pardos Romano. Enfermera Hospital Nuestra Señora de Gracia.
- Raquel Refusta Ainaga. Enfermera ESAD Sector III.
RESUMEN
El post parto se define como periodo de tiempo que va desde el momento en que el útero expulsa la placenta hasta un límite variable, generalmente 6 – 8 semanas, en que vuelve a la normalidad el organismo femenino.
La depresión posparto es un trastorno que conlleva importantes consecuencias de por vida para las mujeres y sus hijos. Es una de las enfermedades maternas más comunes que puede aparecer semanas después del parto o durante los primeros 12 meses posparto.
Está caracterizado por la presencia de un estado mantenido de tristeza, pérdida de interés por las cosas, ganas de llorar, disminución de la energía, alteraciones del apetito y el sueño, sentimientos de culpa por no ser una buena madre.
PALABRAS CLAVE
post parto, depresión, puerperio, mujer, trastornos.
ABSTRACT
Postpartum is defined as a period of time from the moment the uterus expels the placenta to a variable limit, generally 6-8 weeks, when the female body returns to normal.
Postpartum depression is a disorder that carries significant lifelong consequences for women and their children. It is one of the most common maternal diseases that can appear weeks after delivery or during the first 12 months postpartum.
It is characterized by the presence of a sustained state of sadness, loss of interest in things, desire to cry, decreased energy, appetite and sleep disturbances, feelings of guilt for not being a good mother.
KEY WORDS
postpartum, depression, puerperium, woman, disorders.
DESARROLLO DEL TEMA
El posparto es el periodo de tiempo que abarca las primeras seis u ocho semanas después del parto convirtiéndose en un tiempo de adaptación a la nueva situación en que se encuentra la mujer. Se trata de un periodo de gran vulnerabilidad biopsicosocial para la mujer debido a todos los cambios que conlleva. Las emociones que experimenta la mujer se ven potenciadas por la inseguridad en el cuidado del bebé, las molestias posparto, el exceso de visitas y la discrepancia entre la información que la mujer recibe de profesionales y personas cercanas1.
Es una de las enfermedades maternas más comunes que puede aparecer semanas después del parto o durante los primeros 12 meses tras este1.
La depresión posparto (DPP) es un trastorno que conlleva importantes consecuencias de por vida para las mujeres y sus hijos. Se caracteriza por la presencia de un estado mantenido de tristeza, pérdida de interés por las cosas, ganas de llorar, disminución de la energía, alteraciones del apetito y el sueño, sentimientos de culpa por no ser una buena madre. Este estado se acompaña de ansiedad, con afectación de las funciones maternas de autocuidado, lactancia, vinculación y crianza.
Actualmente se estima que la prevalencia de DPP es de aproximadamente del 10 al 20%2.
Su inicio es variable, siendo el periodo de mayor riesgo las primeras semanas, continuando hasta los tres primeros meses después de dar a luz. Un 25% de las mujeres ya inician el episodio depresivo en el tercer trimestre del embarazo, mientras que un 20% desarrolla la sintomatología pasada la sexta semana del parto, además, el desarrollo del bebe puede verse afectado por la enfermedad psíquica de la madre, pudiendo provocar mayor incidencia de llanto o cólicos infantiles excesivos, problemas de sueño y dificultades de temperamento3.
Actualmente, el factor que ha demostrado mayor riesgo de desarrollar DPP es la historia de enfermedad previa: depresión prenatal, depresión en postpartos previos, trastorno depresivo mayor previo al embarazo, historia familiar de enfermedad previa (en especial madre o hermana)4.
Se recomienda realizar grupos pospartos en Atención Primaria que ofrecen apoyo psicológico durante el puerperio y refuercen la adquisición de los conocimientos y habilidades que ya se han trabajado en los grupos de preparación al nacimiento durante el embarazo. Ante una DPP que requiera tratamiento o una evaluación más exhaustiva, la matrona puede derivar el caso al médico ya sea de atención primaria o especialista en ginecología/obstetricia y/o psiquiatría5.
La depresión postparto es un trastorno mental de alta prevalencia y como hemos nombrado anteriormente se presenta unas semanas después del parto. Existen varios tipos de alteraciones afectivas que se pueden presentar posterior al parto: disforia postparto, depresión postparto y psicosis postparto5.
La escala de Edinburgh Postnatal Depression Scale (EPDS): diseñada por Cox, Holden y Sagovsky en 1987, se trata de una medida de autoinforme que busca detectar depresión materna en el puerperio y que presenta una alta eficacia y nos sirve como herramienta para realizar una buena valoración e inicio del tratamiento4,5.
El síndrome más leve y frecuente es la disforia postparto (maternity blues), se define como un estado pasajero que se inicia en los primeros 2-4 días posteriores y que no dura más de 2 semanas, caracterizado por irritabilidad, llanto fácil, rasgos hipocondríacos, insomnio, fatiga, pérdida del apetito, falta de concentración y dolor de cabeza. Este cuadro aparece en un 86% de las mujeres que acaban de dar a luz y es una reacción pasajera esperable6.
Las estrategias de tratamiento que mejor funcionan son multifactoriales. Incluyen educación, psicoterapia, apoyo de grupo, derivación a asociaciones de autoayuda y asesoramiento conjunto si la relación con la pareja es problemática5,6.
Uno de los métodos de alto impacto emocional en la madre es el primer contacto para establecer el vínculo madre-hijo denominado “piel con piel” que consiste en consiste en colocar al niño inmediatamente tras el expulsivo sobre el pecho de la madre en decúbito prono. Se le coloca desnudo y seco cubriendo su espalda con una toalla caliente para mantener el calor, estando el pecho de la madre también desnudo. o. Además, realizar esta práctica tan sencilla va a reportar beneficios para ambos; en la madre reduciendo el nivel de estrés y ansiedad en el puerperio y en el recién nacido tiene efectos beneficiosos en los mecanismos de auto adaptación, mejoran los niveles de oxigenación de la sangre, mantienen mejor las cifras de temperatura corporal para no perder calor, presentan sueños más reparadores y prolongados y comienzan de manera precoz la lactancia materna10.
La psicosis es la forma más severa de los trastornos psiquiátricos puerperales, suele iniciar de 48 a 72 horas tras el parto, y rara vez inicia más allá de las 4 semanas. El cuadro clínico se asemeja a una psicosis afectiva de rápida evolución, con rasgos maníacos, depresivos o mixtos7.
Ésta afecta tanto a la madre como al hijo. En la madre ocasiona un considerable sufrimiento emocional y importante un deterioro en su calidad de vida y en el funcionamiento de las diversas áreas (psíquica, emocional, familiar…); y en el recién nacido el que la madre sufra el cuadro severo depresivo ocasiona que tenga menos disposición a estimular a sus hijos mediante interacciones vocales, físicas y de juego, además tienden más a percibirlo de una manera negativa, dificultando su cuidado, de forma que manifiestan aislamiento materno y hostilidad hacia el neonatoy la pareja8.
Tanto el embarazo, como el puerperio, son periodos muy importantes para el establecer el adecuado vínculo madre-hijo. Son etapas de conflictos entre las necesidades, aspiraciones individuales y obligaciones con una nueva responsabilidad: “el hijo”, por lo que pueden surgir dudas sobre la capacidad para cuidar al recién nacido, provocando estrés, ansiedad y en algunos casos incluso depresión y psicosis9.
CONCLUSIÓN
Ante una depresión posparto se debe realizar una valoración exhaustiva de la puérpera y de su entorno para valorar si requiere un tratamiento. Para ello contamos con los profesionales de primera línea en Atención Primaria , la Matrona, que conoce y ha tratado a la puérpera durante el embarazo, y puede darse cuenta de signos de alarma y cambio en el comportamiento tras el alumbramiento que le hagan sospechar que requiera una valoración por un especialista para la cual debe ser derivada a su MAP en primera instancia.
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