Fisioterapia en el traumatismo craneoencefálico e integración de la escala Glasgow.

30 octubre 2023

AUTORES

  1. Mario Muñoz Ranz. Fisioterapeuta en el Servicio Aragonés de Salud.

 

RESUMEN

El trauma craneoencefálico (TCE) es una condición médica causada por lesiones traumáticas en la cabeza, resultando en alteraciones cerebrales. Incluye cambios en la conciencia, amnesia, alteraciones neurológicas y fracturas de cráneo. Estas lesiones pueden ser desde conmociones leves hasta daños cerebrales graves y discapacidades permanentes. Su incidencia mundial es de 200 por cada 100,000 personas, siendo más comunes en hombres jóvenes y dando lugar a diferentes pronósticos de recuperación. En cuanto a su valoración, en primer lugar, será habitual el uso de la Escala de Coma de Glasgow para determinar la gravedad de este. Por otro lado, respecto a su rehabilitación, esta es multidisciplinaria. La fisioterapia será crucial, abordando efectos primarios y secundarios. En las etapas iniciales, se enfoca en prevenir complicaciones como atrofia muscular y empleará la neuroplasticidad para estimular áreas cerebrales y recuperar habilidades motoras. Además, para pacientes con baja respuesta motora, se usan técnicas sensoriales y movilización pasiva entre otras. También será común el uso de protocolos como la facilitación neuromuscular propioceptiva y la terapia de espejo, por lo que, la fisioterapia se adaptará a la lesión y estado neurológico del paciente.

 

PALABRAS CLAVE

Fisioterapia, traumatismo craneoencefálico, escala de coma Glasgow.

 

ABSTRACT

Traumatic brain injury is a medical condition caused by traumatic injuries to the head, resulting in brain alterations. Includes changes in consciousness, amnesia, neurological abnormalities, and skull fractures. These injuries can range from mild concussions to severe brain damage and permanent disabilities. Its worldwide incidence is 200 per 100,000 people, being more common in young men and giving rise to different recovery prognosis. Regarding its assessment, the use of the Glasgow Coma Scale will be common to determine its severity. Regarding his rehabilitation, this is multidisciplinary. Physiotherapy will be crucial, addressing primary and secondary effects. In the initial stages, it focuses on preventing complications such as muscle atrophy and will use neuroplasticity to stimulate brain areas and recover motor skills. In addition, for patients with low motor response, sensory techniques and passive mobilization, among others, are used. The use of protocols such as proprioceptive neuromuscular facilitation and mirror therapy will also be common, so that physiotherapy will be adapted to the lesion and neurological state of the patient.

 

KEY WORDS

Physiotherapy, traumatic brain injury, Glasgow coma scale.

 

DESARROLLO DEL TEMA

El trauma craneoencefálico (TCE) se define como una patología médico-quirúrgica caracterizada por una alteración cerebral secundaria a una lesión traumática en la cabeza con la presencia de al menos uno de los siguientes elementos: alteración de la consciencia y/o amnesia debido al trauma; cambios neurológicos o neurofisiológicos, o diagnóstico de fractura de cráneo o lesiones intracraneanas atribuibles al trauma1 , producto de la liberación de una fuerza externa ya sea en forma de energía mecánica, química, térmica, eléctrica, radiante o una combinación de éstas, resulta en un daño estructural del contenido de ésta, incluyendo el tejido cerebral y los vasos sanguíneos que irrigan este tejido2.

Estos traumatismos, que afectan tanto al cráneo como al contenido intracraneal, representan un amplio espectro de lesiones que van desde leves conmociones cerebrales hasta lesiones traumáticas severas. En los casos más graves, los TCE pueden llevar a daños cerebrales devastadores, resultando en discapacidades cognitivas y motoras de por vida. La patología subyacente de los TCE es inherentemente compleja, involucrando mecanismos primarios y secundarios. Los mecanismos primarios se desencadenan por el impacto inicial y pueden incluir fracturas del cráneo, hematomas subdurales y contusiones cerebrales. Los mecanismos secundarios, en cambio, son eventos que se desarrollan después del trauma y pueden incluir inflamación cerebral, edema, hipoxia y cambios en la presión intracraneal.

Respecto a su epidemiología, su incidencia a nivel mundial es aproximadamente de 200 personas por cada 100.000 habitantes3. Además, estos serán más comunes en hombres en una proporción de 2 a 3 respecto a las mujeres, con una edad de máximo riesgo situada entre los 15 y los 30 años4.

En España, la incidencia no varía y de estos casos, cabe señalar que el 70% tienen una buena recuperación, el 9% fallecen antes de llegar al hospital, el 6% lo hacen durante su estancia hospitalaria y el 15% quedan funcionalmente incapacitados en diferentes grados 43.

En cuanto a su etiología, esta es variada, sin embargo, la más frecuente con un 70%5 serán los accidentes de tráfico, siendo también común los actos de violencia o las caídas desde la propia altura.

Respecto a la valoración, serán múltiples los métodos empleados, sin embargo, el nivel de conciencia será clave, ya que se trata de un excelente indicador de la gravedad de la lesión. En esta línea destacamos la Escala de Coma de Glasgow. Esta escala revolucionó la evaluación y categorización de la gravedad de los traumatismos craneoencefálicos. Fue concebida en 1974 por los neurocirujanos ingleses Graham Teasdale y Bryan Jennett 6 y se compone por tres componentes principales, apertura ocular, respuesta verbal y respuesta motora, recibiendo cada uno de ellos una puntuación que oscila entre 1 y 5, y la suma total ofrece un valor que varía de 3 a 15. Esta puntuación no solo se convierte en una instantánea objetiva del estado neurológico del paciente, sino que también sirve como base para seguir la progresión de la función cerebral en el tiempo; a menor puntuación, mayor profundidad del coma, clasificándose en 3 rangos; coma grave (3-8 puntos), moderado (9-12 puntos) o leve (13-15 puntos)7.

Por otro lado, respecto al tratamiento, la rehabilitación de pacientes con TCE grave a menudo exige un enfoque multidisciplinario. La fisioterapia trabaja en colaboración con terapeutas ocupacionales, logopedas, neuropsicólogos y otros profesionales de la salud para asegurar una atención integral. La rehabilitación se personaliza según las necesidades individuales del paciente, teniendo en cuenta la localización y la extensión de las lesiones cerebrales, así como los objetivos funcionales a largo plazo.

La fisioterapia desempeña un papel crítico en la rehabilitación de pacientes con TCE, ya que aborda tanto los efectos primarios como secundarios de la lesión. En las etapas iniciales de la recuperación, los objetivos fisioterapéuticos pueden centrarse en la prevención de complicaciones secundarias, como la atrofia muscular y la pérdida de la movilidad articular. Para lograr esto, se aplican protocolos de movilización pasiva y activa, destinados a mantener la funcionalidad de las articulaciones y prevenir la rigidez muscular. Además, los fisioterapeutas trabajan en conjunto con otros profesionales de la salud para asegurar un manejo del dolor integral y evitar la formación de úlceras por presión. Destacaremos además la neuroplasticidad, un concepto central en la recuperación después de un TCE se refiere a la capacidad del sistema nervioso central para reorganizarse y adaptarse. La fisioterapia, al proporcionar estímulos específicos y repetitivos, puede inducir la reorganización de las vías neuronales y la formación de nuevas conexiones sinápticas. Los ejercicios de rehabilitación se diseñan con precisión para estimular áreas cerebrales específicas y fomentar la recuperación de las habilidades motoras perdidas.

En el contexto de la Escala de Coma de Glasgow, la fisioterapia puede ser adaptada para abordar los resultados de baja respuesta motora. En pacientes con respuesta motora limitada o ausente, se pueden emplear técnicas de estimulación sensorial y movilización pasiva para activar las vías nerviosas y mantener la integridad neuromuscular. Además, la fisioterapia puede ser especialmente beneficiosa en la rehabilitación de pacientes con puntuaciones bajas en respuesta verbal, utilizando estrategias de comunicación y ejercicios específicos para mejorar las habilidades de habla y lenguaje.

Protocolos específicos de fisioterapia pueden incluir técnicas avanzadas como la facilitación neuromuscular propioceptiva (FNP) y la terapia de espejo. La FNP implica la aplicación de patrones específicos de movimiento y resistencia para mejorar la función muscular y la coordinación. La terapia de espejo, por otro lado, se basa en la estimulación visual para mejorar la percepción y la ejecución de movimientos. Estas intervenciones se personalizan según la presentación clínica y la gravedad del TCE de cada paciente.

Será crucial destacar que diferentes tipos de traumatismos craneoencefálicos pueden presentar desafíos únicos en la rehabilitación. Las lesiones cerradas, donde no hay fracturas expuestas, pueden resultar en hematomas intracraneales y edema cerebral, lo que requiere un enfoque cuidadoso para prevenir la exacerbación de la presión intracraneal. Por otro lado, las lesiones abiertas, como las fracturas del cráneo, pueden implicar un riesgo elevado de infecciones y complicaciones posquirúrgicas. La fisioterapia, en ambos casos, debe ser adaptada para abordar las características específicas de la lesión y el estado neurológico del paciente.

 

BIBLIOGRAFÍA

  1. Gamal Hamdan Suleiman MD. Trauma Craneoencefálico Severo: Parte I.
  2. Rubiano AM, Yepes R. Neurotrauma y Neurointensivismo. 1ª Ed. Editorial Distribuna. 2009.
  3. Charry, J. D., Cáceres, J. F., Salazar, A. C., López, L. P., & Solano, J. P. Trauma craneoencefálico. Revisión de la literatura. Revista Chilena De Neurocirugía. 2019; 43(2), 177–182.
  4. Abner L. Trauma craneoencefálico aspectos epidemiológicos y fisiopatológicos. Revista facultad de salud. 2009; 1 (1).
  5. Santacruz L, Herrera A. Trauma – Abordaje inicial de los servicios de Urgencias. Universidad de Salamandra. Trauma Craneoencefálico. 2014; 12, 231-255.
  6. Jennett B. The Glasgow Coma Scale: History and current practice. Trauma 2002;4:91-103.
  7. Edwards SL. Using the Glasgow Coma Scale: analysis and limitations. Br J Nurs 2001;10(2):92-101.

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