AUTORES
- Inmaculada Redondo Santana. Enfermera Hospital Comarcal de Melilla.
- Carmen Lidia Redondo Santana. Enfermera Hospital Comarcal de Melilla.
- Kamal Bagdad Haddu. Enfermera Hospital Comarcal de Melilla.
- Laila Amar Achor. Enfermera Hospital Comarcal de Melilla.
- Sonia Sánchez Ortueta. Enfermera Hospital Comarcal de Melilla.
- Cristina San Gil López. Hospital Royo Villanova, Zaragoza.
RESUMEN
El desequilibrio hídrico y electrolítico en el anciano genera trastornos en su salud y procesos patológicos. Este desequilibrio puede deberse a numerosos factores, siendo importante tener la capacidad de detección de esta problemática para alertar sobre ello y establecer un correcto plan de acción de forma prematura2.
PALABRAS CLAVE
balance hídrico, cuidados de enfermería, desequilibrio hidroelectrolítico, paciente anciano.
ABSTRACT
The water and electrolyte imbalance in the elderly generates disorders in their health and pathological processes. This imbalance can be due to numerous factors, and it is important to have the ability to detect this problem in order to warn about it and establish a correct action plan prematurely2.
KEY WORDS
fluid balance, nursing care, hydroelectrolyte imbalance, elderly patients.
DESARROLLO DEL TEMA
La regularización del medio interno se produce gracias a un conjunto de mecanismos concretos junto con las funciones desarrolladas por el riñón, los pulmones, el sistema endocrino y los sistemas amortiguadores que regulan el pH2.
El líquido corporal se distribuye en dos localizaciones principales, el espacio intracelular y el espacio extracelular.
A su vez el líquido extracelular se divide en el espacio: intravascular, intersticial, y transcelular.
Estos distribuyen en las células el oxígeno y las sustancias nutritivas y ayudan a eliminar los desechos.
Para mantener la función de los sistemas es necesario un equilibrio que irá controlado por el sistema renal, pulmonar y vascular.
El paciente anciano desarrolla de forma inevitable una pérdida de la reserva funcional y una reducción de la funcionalidad orgánica que se produce al margen de presentar o no una patología concreta. Este deterioro se explica por la desaparición progresiva de células parenquimatosas activas que son reemplazadas por células intersticiales inactivas. Este proceso es fruto de una evolución natural conforme la persona avanza en edad1.
Los adultos jóvenes reaccionarían a una hipotensión mediante una combinación de vasoconstricción y aumento del gasto cardíaco de forma rápida.
En el caso del paciente anciano no tienen la capacidad de aumentar su gasto cardiaco con el incremento de la frecuencia cardíaca, sino que dependerán de sus volúmenes, generalmente aumentando la precarga o elevando la fuerza de contracción, también disminuida en el corazón del anciano.
Una hipotensión moderada podría generar serias complicaciones, provocadas por la reducción de la perfusión a órganos vitales como el cerebro, riñones y corazón.
Con el envejecimiento vamos a diferenciar una clara degeneración del sistema cardiovascular y renal que se produce de forma progresiva. Por tanto, la incidencia de la disfunción sistólica, diastólica y rigidez vascular se incrementa con la edad.
Equilibrio hidroelectrolítico:
Para conservar la salud y mantener la función de todos los sistemas es necesario que exista un equilibrio de líquidos, electrolitos y ácido-base.
Este equilibrio se consigue a través del aporte y la eliminación de los mismos.
El desequilibrio se produce por distintos factores y genera cuadros patológicos.
Entre los cuidados de enfermería se incluye la valoración y detección de estos equilibrios mediante el registro de balances hídricos para su posterior corrección1,2.
Un balance hídrico es el control total de todos los líquidos que entran y salen del paciente a través de diferentes vías de manera que podamos conocer la cuantificación de los mismos durante un periodo de tiempo determinado, pero que no sean más de 24h.
Cambios fisiológicos y funcionales asociados a la edad:
Alteraciones del mecanismo de la sed: Las personas mayores tienen menos sensación de sed y se retrasan más que los adultos, necesitando estímulos más fuertes para sentir sed.
Alteraciones en los mecanismos de la saciedad: los ancianos se sienten saciados antes y con menos cantidades de líquido que los adultos.
Alteraciones gastrointestinales: la alteración en los mecanismos de la deglución ya sea por afectación mecánica o neurológica reduce la ingesta de líquidos. Los efectos adversos de anticolinérgicos, antipsicóticos, antidepresivos, sedantes, antiespasmódicos, antihistamínicos, diuréticos, esteroides, citostáticos, etc. Situaciones de gran estreñimiento también puede ser una causa.
Alteraciones en la función renal: el anciano precisa de un aporte extra de agua respecto a los adultos para conservar la función renal.
Alteraciones gustativas y olfatorias: por atrofia de las papilas gustativas, secundarias a medicamentos o por enfermedades añadidas.
Restricciones en la movilidad: por deterioros propios de la edad, déficits de visión, la discapacidad específica para la alimentación o la inmovilización mediante dispositivos de sujeción mecánica o las barreras arquitectónicas.
Problemas cognitivos y psicoafectivos: destacan, las demencias, los cuadros confusionales, la depresión y la ansiedad4.
CONCLUSIONES
La función renal va empeorando de forma progresiva con la edad, hasta disminuir notablemente en la vejez.
Estos requerimientos hídricos de líquidos se pueden alterar en el paciente anciano hospitalizado y encamados, pudiendo presentar deshidratación debido a factores de escasa respuesta a la sed, el uso de diuréticos y la reducción de su movilidad. Igualmente, el exceso de hidratación también se considerará perjudicial.1
Será importante hacer una estimación diaria de los líquidos que está consumiendo el paciente durante su ingreso para prevenir situaciones de deshidratación con graves consecuencias, que en muchos casos podrían haberse evitado de haber.
El paciente anciano tiene unos requerimientos propios condicionados por las características propias del proceso del envejecimiento que habrá que tener en cuenta a la hora de realizar el seguimiento del paciente.4
Tener constancia de las entradas y salidas de líquido es un papel que desarrolla el equipo de enfermería, que deberá procurar el adecuado cumplimiento de los tratamientos, de sus requerimientos nutricionales y dar aviso en el caso de no ser correcto.
BIBLIOGRAFÍA
- Manejo de líquidos en el paciente geriátrico. Dr. Roberto Herrera-Rodríguez. Anestesia en paciente senil. vol. 35. supl. 1 abril-junio 2012.
- El balance hídrico como cuidado de enfermería. Rosa Montilla Díaz. Escuela de enfermería de Palencia. Dr. Dacio Crespo. 2016.
- Intervención de enfermería en el registro del balance hidroelectrolítico en la unidad geriátrica de agudos del Hospital Militar Geriátrico 2015 – 2017. Máxima Vanessa Lévano Tapia. 2018.
- Hidratación y salud. Guía de buena práctica clínica en geriatría. Ángela Casado Maragón, Elena Garea Herranz, Pedro Gil Gregorio, Norberto Moreno Villajos, Primitivo Ramos Cordero, Jaime Rodríguez Salazar. 2011.