La fisioterapia, un tratamiento conservador que ha demostrado su eficacia en el síndrome del túnel carpiano.

27 septiembre 2022

AUTORES

  1. Eva Leticia Trujillo Maldonado. Fisioterapeuta, Servicio Público de Salud de Andalucía. Hospital infanta Elena–Huelva.
  2. Rubén Velasco Redondo. Fisioterapeuta, Servicio Público de Salud de Castilla la Mancha. Hospital Universitario de Guadalajara.
  3. Juan José Vallejo Maldonado. Fisioterapeuta, Servicio Público de Salud de Andalucía. Distrito Sanitario de Poniente–Almería.

 

RESUMEN

Concepto: El síndrome del túnel carpiano (STC) se define como los signos y síntomas que aparecen debido a la compresión del nervio mediano dentro del túnel carpiano.

Introducción: El STC se produce por un deterioro del nervio mediano, al comprimirse a nivel del túnel carpiano, que afecta al 1%-7% de la población, fundamentalmente a hombres con una edad de 45-55 años, siendo los síntomas, más frecuentes, con los que debuta las parestesias, el dolor y las disestesias; su diagnóstico se efectúa a través determinadas pruebas físicas exploratorias, así como la electromiografía, y determinadas pruebas radiológicas; abordándose su tratamiento de forma farmacológica, fisioterapéutica y quirúrgica.

Objetivos: Describir los diferentes tipos de tratamiento, fundamentalmente los de índole conservador fisioterápico, existentes en la actualidad para el abordaje del STC, evaluando la eficacia y beneficios que los mismos aportan a los pacientes afectos.

Material y método: Realización de una búsqueda sistemática, utilización de plataformas de bases de datos basadas en la evidencia, herramientas de traducción de idiomas, operadores lógicos, fórmulas de búsqueda y criterios de inclusión y exclusión.

Resultados/Discusión: Se dispone de un volumen muy diverso de propuestas terapéuticas y programas de rehabilitación para el tratamiento del STC que incluyen terapias farmacológicas, fisioterapéuticas y quirúrgicas, que, utilizadas precozmente, de forma individualizada, o sobre todo combinada, consiguen evitar o mejorar la atrofia y las contracturas musculares, que dicha patología suelen producir.

Conclusiones: Los numerosos tratamientos conservadores existentes han demostrado su utilidad para reducir los síntomas y mejorar la función en el STC, siendo dentro de la fisioterapia, las terapias más utilizadas y que mayores beneficios producen los ultrasonidos, las férulas, la neurodinamia, las microondas, los masajes, los estiramientos, masoterapia, y la aplicación de pulso electromagnético y de microondas.

 

PALABRAS CLAVE

Síndrome, túnel, carpiano, neuropatía mediana, fisioterapia, rehabilitación, dolor, regional, mediano, carpo.

 

ABSTRACT

Concept: Carpal tunnel syndrome (CTS) is defined as the signs and symptoms that appear due to compression of the median nerve within the carpal tunnel.

Introduction: CTS is caused by a deterioration of the median nerve, when it is compressed at the level of the carpal tunnel, which affects 1%-7% of the population, mainly men aged 45-55 years, the symptoms being more frequent, with which paresthesias, pain and dysesthesias debut; its diagnosis is made through certain exploratory physical tests, as well as electromyography, and certain radiological tests; approaching its treatment in a pharmacological, physiotherapy and surgical way.

Objectives: To describe the different types of treatment, fundamentally those of a physiotherapeutic conservative nature, currently existing for the approach of CTS, evaluating the efficacy and benefits that they provide to affected patients.

Material and method: Conducting a systematic search, use of evidence-based database platforms, language translation tools, logical operators, search formulas, and inclusion and exclusion criteria.

Results/Discussion: There is a very diverse volume of therapeutic proposals and rehabilitation programs for the treatment of CTS that include pharmacological, physiotherapeutic and surgical therapies, which, used early, individually, or especially combined, manage to avoid or improve atrophy and muscle contractures, which this pathology usually produces.

Conclusions: The many existing conservative treatments have shown their usefulness to reduce symptoms and improve function in CTS, being within physiotherapy, the most used therapies and those that produce the greatest benefits are ultrasound, splints, neurodynamics, microwaves.

 

KEY WORDS

Syndrome, tunnel, carpal, median neuropathy, physical therapy, rehabilitation, pain, regional, median, carpus.

 

INTRODUCCIÓN

El síndrome del túnel carpiano (STC) se define como los signos y síntomas que aparecen debido a la compresión del nervio mediano dentro del túnel carpiano.

En cuanto a su etiología la mayoría de los casos son idiopáticos, pero los movimientos repetitivos de la muñeca y las tendinitis recurrentes son causas etiológicas conocidas. Los resultados de los estudios efectuados confirman el papel de factores de riesgo intervinientes en su producción, tales como la actividad manual repetitiva, la carga mecánica de las muñecas, la artritis reumatoide, la osteoartritis, la obesidad, la menopausia, las enfermedades autoinmunes, la diabetes, el embarazo, el hipotiroidismo y la insuficiencia renal. Algunos autores postulan la existencia de una predisposición genérica en su etiología motivada por el simple hecho de que el túnel carpiano es simplemente más pequeño en algunas personas que en otras; en contraposición otros autores lo relacionan con factores exógenos o ambientales tales como el uso excesivo de las manos, la edad, el índice de masa ósea, las actividades físicas y la influencia hormonal1,3.

Epidemiológicamente el síndrome del túnel del carpo es la neuropatía compresiva más frecuente de la extremidad superior, afectando en el 50% de forma bilateral. La prevalencia del STC se estima entre 1% y 7% de la población general, con predominio del 5% de prevalencia en la mayoría de ellos, con una incidencia aproximadamente, de 1 caso cada 1000 personas, siendo mayor el sexo femenino, con razón hombre/mujer de 1:3, la edad donde se produce con más frecuencia es la edad madura (45-55 años). En cuanto al ámbito laboral el STC puede incluirse entre las alteraciones musculoesqueléticas relacionadas con trabajos de naturaleza multifactorial: Posturas forzadas y movimientos específicos, repetitividad y ritmo, fuerza de los movimientos, vibración y temperatura2.

En cuanto al recuerdo anatómico el nervio mediano es un nervio mixto que se forma en el plexo braquial, por la unión de una raíz lateral del fascículo lateral, que recibe ramas de C6 y C7; y una raíz medial del fascículo medial, que recibe ramas de C8 y T1, cerca de la muñeca el nervio aflora a la superficie entre los tendones de los músculos flexor común superficial de los dedos y flexor radial del carpo, situándose entre los tendones de los músculos palmar mayor y menor, posteriormente, llega a la muñeca en donde transcurre por el túnel del carpo, el cual está formado por el ligamento anular anterior del carpo, por los huesos piramidal y ganchoso, por el escafoides y trapecio y por el semilunar y hueso grande; en su trayecto por el túnel del carpo, el nervio mediano transcurre junto a los cuatro tendones flexores superficiales de los dedos, los cuatro tendones flexores profundos de los dedos y el tendón del flexor largo del pulgar2,4,5.

La fisiopatología de esta alteración implica una combinación de trauma mecánico y lesión isquémica del nervio mediano dentro del canal carpiano. Las tres etapas de la neuropatía isquémica que provocan STC incluyen, por orden de aparición: El aumento de la presión sanguínea en la zona del nervio mediano, el daño capilar con fugas y edema y la obstrucción del flujo arterial e hipoxia local que provoca dolor.

 

Los principales síntomas del síndrome derivados de los trastornos motores, alteraciones anatómicas, cambios tróficos cutáneos y trastornos de la percepción corporal, son los siguientes: Parestesias (sensación de acorchamiento y adormecimiento doloroso de los dedos de las manos, junto con cosquilleo en los dedos generalmente nocturna, que impide el sueño), dolor (localizado a nivel del dedo gordo y de la cara palmar de la muñeca, aunque también puede irradiarse por el territorio del nervio mediano), disestesias (difíciles de diferenciar de las parestesias, presentándose en situaciones más avanzadas de compresión nerviosa, cuando haya una mayor isquemia axonal), ardor desde la muñeca hasta los dedos, cambios en el tacto o sensibilidad a la temperatura, entorpecimiento del mano, debilidad para agarrar y otras acciones con los dedos, inflamación de la mano y el antebrazo, cambios en el patrón de sudor de las manos por alteraciones en al vasodilatación y vasoconstricción, debilidad muscular, temblores, contracciones musculares involuntarias (mioclonías), atrofia muscular/ósea, incremento de la rigidez articular, cambios en la temperatura corporal y en la coloración de la piel, alteración del crecimiento normal de las faneras (uñas y vello), atrofia de la piel con aspecto fina y brillante, edema y tumefacción, heminegligencia, alteración de la propiocepción y percepción alterada de la extremidad afectada4,6,7,8.

En lo que se refiere al diagnóstico de esta patología éste se basa fundamentalmente en la realización de una exploración física a través de 5 pruebas básicas: Signo de Tinel (percusión directa sobre el nervio mediano a nivel del túnel carpiano por debajo del retináculo flexor del carpo con la muñeca en hiperflexión dorsal), Prueba de hiperflexión de Phalen (maniobra de provocación de los síntomas de compresión del nervio mediano tras una hiperflexión máxima de ambas muñecas a 90 grados durante 60 segundos), Signo de Durkan. (compresión directa sobre el nervio mediano a nivel del túnel del carpo por medio de la presión con los dedos pulgares del explorador durante al menos 30 segundos). Test de elevación de las manos (elevación de ambas manos por encima de la cabeza durante 2 minutos, reproduciéndose los síntomas al cabo de unos segundos) y Prueba de abducción del pulgar (se considera positiva cuando encontramos debilidad en el movimiento de abducción contrarresistencia del dedo pulgar). La exploración física se complementa con la electromiografía, la cual está indicado en casos dudosos, si hay sospecha de otra etiología o bien, en rapamientos múltiples, se considera este estudio positivo si se detecta un retraso en el tiempo de latencia sensitivo con latencia motora distal aumentada desde la muñeca; así mismo, como pruebas complementarias, se utilizan distintas técnicas por imagen entre las que caben destacar: Radiografía simple (Útil para la evaluación de fracturas de los huesos del carpo, especialmente en el gancho del hueso ganchoso y el tubérculo del trapecio.) la Ecografía (Prueba de fácil acceso, económica y cómoda para el paciente) y la Resonancia Nuclear Magnética (la cual ha demostrado tener la mayor sensibilidad y especificidad en el diagnóstico del síndrome, permitiendo la evaluación de las estructuras intrínsecas de la muñeca, incluyendo los huesos del carpo). El diagnóstico diferencial se efectúa con otras patologías que pueden debutar o evidenciar síntomas similares como son la tendinitis bicepital, las tenosinovitis de origen artrítico, los traumatismos previos y otros síndromes compresivos situados en zona alejadas del carpo5,6,8.

El tratamiento del STC tiene un doble objetivo: Recuperar la función normal previa para la vida cotidiana y profesional y prevenir la lesión nerviosa y la atrofia muscular con la consiguiente pérdida de fuerza. Las opciones terapéuticas para los pacientes con STC dependen de la severidad y la duración de los síntomas, de la etiología del síndrome y de las expectativas del paciente. El tratamiento puede ser medicamentoso, fisioterapéutico y/o quirúrgicos, reservándose esta última terapia para los casos en que las pautas conservadoras y preventivas se han agotado y persiste una clínica de compresión neurógena con mantenimiento del electromiograma positivo4.

En cuanto al pronóstico del STC idiopático, los síntomas pueden remitir de manera espontánea (sin tratamiento) dentro de los 6 primeros meses después de su diagnóstico, en aproximadamente un tercio de las personas; particularmente, en las personas más jóvenes. La corta duración de los síntomas y la edad temprana son indicadores de un pronóstico positivo, mientras que los síntomas bilaterales y la prueba de Phalen positiva, indican un peor pronóstico2,5.

 

OBJETIVOS

Describir los diferentes tipos de tratamiento, fundamentalmente los de índole conservador fisioterápico, existentes en la actualidad para el abordaje del síndrome del túnel carpiano, así como los distintos programas de rehabilitación existentes al efecto.

Evaluar la efectividad y eficacia de las técnicas y procedimientos fisioterápicos actualmente utilizados bien de forma individualizada, o en combinación con otras técnicas fisioterápicas u otros tipos de tratamientos conservados (Ej.: farmacológicos) y/o no invasivos (Quirúrgicos) para el tratamiento del STC.

Descripción de aquellos beneficios sintomáticos (alivios del dolor, disminución de la inflamación, etc.) y funcionales (aumento de la movilidad, mejora de la ergonomía, etc.), que las terapias fisioterápicas aportan en el tratamiento de este síndrome.

 

MATERIAL Y MÉTODO

Se llevó a cabo una búsqueda en las bases de datos Pubmed (Publisher Medline), Medline, Scopus, Elsevier, Scielo, Database la biblioteca (PEDro) Cochrane Plus, Cinahl Physiotherapy Evidence y Web Of Science, utilizando las palabras clave expuestas al inicio del presente artículo, así como en revistas científicas especializadas y bibliografía específica.

Hemos utilizado, además, varias herramientas del idioma como un diccionario de español-inglés e inglés-español, así como la herramienta del idioma que incorpora Google.

Fórmulas de búsquedas: Durante la búsqueda se usó operadores lógicos, también conocidos como booleanos, tales como: “AND”, “OR”, “NOT”, combinando distintas palabras claves descritas anteriormente.

Criterios de inclusión: Artículos que hablen de síndrome del túnel carpiano, artículos que se encuentren en idioma español e inglés, y artículos publicados en los últimos diez años.

Criterios de exclusión: Artículos incompletos, revisiones sistemáticas, que no incluyesen los apartados de interés (material y método y resultados) o que asocian el STC a otras patologías, artículos publicados en idiomas distintos al inglés y al español, y estudios en los que se emplearon una metodología incorrecta o muestra no extrapolable a la población general.

 

RESULTADOS-DISCUSIÓN

Existen básicamente dos tipos de terapias, las conservadoras y las invasivas, las primeras fundamentalmente basadas en los tratamientos farmacológicos y fisioterapéuticos, y las segundas en tratamiento quirúrgico.

En cuanto al tratamiento farmacológico éste se basa fundamentalmente a través de la utilización de AINES, y suele ser un tratamiento bastante recomendado en pacientes con síntomas leves o moderado3,5.

En cuanto a la aplicación de tratamientos quirúrgicos éstos pueden diferenciar entre cirugía abierta o endoscópica. Ambas alternativas son efectivas en la disminución de los síntomas y la detención del daño; pero pueden tener efectos adversos asociados. En los casos de STC severo, el tratamiento quirúrgico es más recomendable que el conservador, a pesar de que este implica más complicaciones y efectos secundarios.

En lo que respecta al tratamiento fisioterápico, decir que el mismo engloba distintas técnicas que pueden aliviar los síntomas y mejorar la funcionalidad de los pacientes con STC, entre las cuales destacamos las siguientes:

TENS: La estimulación eléctrica transcutánea (TENS), es una técnica analgésica no invasiva utilizada para el alivio del dolor, a través de la administración de estímulos eléctricos que activan aferentes somatosensoriales periféricos, mediante electrodos adheridos a la piel. La modalidad de TENS más utilizada es el TENS «convencional”, que consiste en la aplicación de este con una alta frecuencia (entre 50 y 100 Hz) y baja intensidad, provocando sensaciones de hormigueo cómodas y no dolorosas2,6,7.

Movilizaciones: La movilización de los huesos del carpo es una técnica usada como un mecanismo de apertura, consistente en aplicar una fuerza manual de manera transversal y ventral sobre los huesos del carpo, rodeando la muñeca del paciente por dorsal, colocando el dedo pulgar sobre escafoides y trapecio, a la vez que el índice sobre piramidal y ganchoso. La movilización de los huesos del carpo durante un período de tres semanas proporciona beneficios positivos a corto plazo sobre los síntomas.

Vendajes: El vendaje TAPE nocturno, basado en la evidencia de las férulas, siendo los efectos producidos parecidos a la utilización de las citadas férulas1,5,7.

Drenaje linfático: De aplicación diaria con el objetivo de reducir el edema neuronal. El drenaje linfático manual se realiza a través de técnicas “de llamada” y “de reabsorción”, con una presión mínima sobre la piel y con el objetivo de evacuar el exceso de líquido en una extremidad.

Masajes: A través de masaje sueco o clásico, o de masaje funcional (MF) consistente en una combinación de movimiento articular con masaje de compresión tisular, con la finalidad de tratar la disfunción músculo-tendinosa y el dolor.

Terapias manuales: Diversos estudios confirman que las técnicas de neurodinamia y masoterapia, empleadas solas, o combinadas entre ellas o con diferentes intervenciones convencionales, como ultrasonido, ortesis, láser o parafina, produce efectos favorables en comparación con el tratamiento convencional, obteniendo siempre mejores resultados tras la aplicación combinada entre las diferentes técnicas analizadas.

 

Fibrolisis diacutánea: Técnica de fisioterapia que ha demostrado en ocasiones eficacia para liberar adherencias entre tejidos, mejorando su movilidad y obteniendo así una menor compresión del nervio mediano.

Estiramientos: El estiramiento pasivo produce un aumento del rango de movimiento y una disminución de la rigidez músculo-tendinosa, el estiramiento del ligamento transverso del carpo (LTC) es eficaz para conseguir su alargamiento, y los ejercicios de estiramiento del nervio y los tendones, realizados durante cuatro semanas en combinación con una férula de muñeca, mejoraron la discriminación a los tres meses.

La cinesiterapia: Al objeto de estimular el metabolismo de la zona, estabilizar los músculos y eliminar los malos hábitos posturales y con ello obtener una ampliación del movimiento de la articulación y mantener la generación de osteoblastos.

Ultrasonidos: El tratamiento con ultrasonidos consigue un efecto antiinflamatorio que aumenta el flujo sanguíneo, el metabolismo local y la regeneración de tejido, además de reducir el edema y el dolor, consiguiendo a través de ello mejorar los síntomas de mediana y moderada intensidad. Se puede aplicar en forma de impulsos (pulsátil) o de manera continua. El ultrasonido terapéutico durante siete semanas proporciona un efecto positivo a corto y a largo plazo sobre la severidad de los síntomas, mejorando los resultados del tratamiento cuando el mismo se utiliza en combinación con el uso de corticoesteroides. A través e la aplicación de la fonoforesis e iontoforesis se han obtenido mejoras significativas sobre todo si se utiliza la combinación de la fonoforesis junto con las férulas, así como cuando se combinan la fonoforesis, las férulas, los estiramientos basados en técnicas de neurodinámica y el tratamiento con pulso magnético.

Luminoterapia: Toda vez que reduce el dolor y las parestesias en la neuropatía del mediano.

Microondas: La utilización de microondas consiguen generar una serie de mecanismos mediante los cuales se produce un aumento en la elasticidad del colágeno y una mejora del flujo sanguíneo local, lo que deriva en una mayor entrada de oxígeno y una disminución de la inflamación.

Férulas: La utilización de férulas, predominantemente nocturnas, han demostrado un efecto positivo a corto plazo sobre los síntomas, después del uso de una férula de mano durante dos o cuatro semanas. Existen estudios que concluyen que los pacientes que utilizan la férula de mano informan mejoras, casi cuatro veces más, que los pacientes que no reciben tratamiento alguno.

Yoga: Un tratamiento de yoga de ocho semanas proporciona, según algunos de los estudios consultados, mejoras a corto plazo en cuanto al dolor, así como una mejoría en el signo de Phalen cinco veces mayor que los pacientes que no reciben tratamiento.

Laser: Está demostrado que la utilización de láser de baja potencia tiene efectos antiinflamatorios y analgésicos, produciendo una inhibición de la actividad neuronal que podría ser responsable del efecto terapéutico tanto respecto a la sintomatología como a la funcionalidad del miembro, toda vez que este tipo de tratamiento inhibe selectivamente señales nociceptivas en los nervios periféricos, induciendo efectos biofísicos dentro del tejido nervioso, habiendo demostrado el soft láser ser una modalidad de tratamiento no invasivo eficaz para el abordaje terapéutico de personas con el mencionado síndrome, sobre todo en etapas tempranas, cuando el dolor es el síntoma principal3,6,7,8,10.

Se disponen de distintos programas de rehabilitación para el abordaje fisioterapéutico del STC, que según diversos autores deben estar está encaminados a la obtención de analgesia y a la disminución la inflamación local, apostando otros por una intervención orientada a mejorar la función de la articulación a través de la inducción miofascial y la elastificación del canal del carpo.

Algunas propuestas terapéuticas plantean el inicio de tratamiento mediante la aplicación de una/s determinada/s técnica/s, bien de forma individualizada o combinada, entre las que caben destacar: Terapia manual osteopática de la muñeca, movilización general de las líneas articulares radio-carpiana y carpo-metacarpiana, movilización analítica de los huesos del carpo, terapia cráneo-sacra (técnicas descompresivas), terapia miofascial de fascia palmar y muñeca mediante inducción, antebrazo mediante técnicas de manos cruzadas, y miembro superior afecto mediante técnica telescópica, estimulación linfática manual del miembro superior afecto, movilización neurodinamica del nervio mediano a nivel proximal, medio y distal, mediante deslizamientos longitudinales y transversales, y de los nervios radial y cubital a nivel distal , mediante estiramientos5,11,12.

Otros programas contemplan protocolos de ejercicios de propiciación con gomas elásticas y pelotas de plástico o esponja, basándose otras propuestas de tratamiento del STC en la aplicación de electroterapia, ultrasonidos, onda corta y masoterapia.

Así mismo se disponen de programas de rehabilitación que contempla distintas fases en su desarrollo tales como: 1ª fase masoterapia (con el objetivo de activar la circulación y relajar la musculatura), 2ª fase tracciones articulares (con el objetivo de aliviar el dolor y disminuir la rigidez), 3ª fase cinesiterapia pasiva (con movilizaciones pasivas en todas las direcciones del movimiento de la articulación radiocarpiana, metacarpofalángicas e interfalángicas proximales y distales), 4ª fase tratamiento de la cicatriz (realizando movilizaciones manuales de la cicatriz hipertrófica, deslizando la piel adyacente en todas las direcciones), 5ª fase electroterapia (realización de diez sesiones de Iontoforesis doble con fortecortin con el objetivo de disminuir la inflamación y el dolor), 6ª fase estimulación somato-sensorial (mediante Imaginería motora graduada), y 7ª fase tratamiento neuronal (con el objetivo de mejorar la sintomatología, aumentar la mecanosensibilidad y movilizar el nervio mediano)2,5,8.

 

En los casos con sintomatología moderada, sin atrofia en eminencia tenar, es aconsejable las propuestas de tratamiento que incluya: La aplicación de una férula en posición neutra, la infiltración de corticoides y el tratamiento de la enfermedad de base si existiera.

Igualmente se disponen de protocolos de actuación para efectuar intervenciones ergonómicas en los lugares de trabajo destinadas a la prevención del STC, a través de un programa típico de educación que incluye ejercicios que los empleados pueden efectuar en sus casas, igualmente se pueden recomendar, una gran batería de protocolos y actuaciones que pretenden dotar de ergonomía a los movimientos más frecuentes y repetitivos que una persona realiza en su centro de trabajo, con el fin de evitar que aquellos padezcan esta patología4.

Los ejercicios de rehabilitación están indicados como prevención, en fases iniciales de la enfermedad y en el postoperatorio del STC. Los ejercicios pueden ayudar a prevenir y aliviar el dolor del síndrome del túnel carpiano, aunque éstos por sí solos no son suficientes para el tratamiento del STC.

Otro tratamiento de índole conservador es el de tipo farmacológico, el cual se puede utilizar bien de forma individualizada o en combinación con tratamiento fisioterápico y/o quirúrgico. Las medidas farmacológicas como pueden ser la utilización de antiinflamatorios no esteroideos, junto con las medidas posturales (férulas y posiciones ergonómicas), se encuentran en el primer escalón terapéutico, pudiéndose utilizar también otro tipo de fármacos para el abordaje terapéutico de este síndrome tales como; Diuréticos, corticosteroides vía oral (en los pacientes con STC en estadio precoz y sintomatología leve, los corticoides son una alternativa a los AINE cuando éstos no son efectivos o están contraindicados), progesterona ( ha demostrado en diferentes estudios ser un fármaco con efectos neuroprotectores y útil en la recuperación de lesiones nerviosas), anticonvulsionantes (muy usados en el tratamiento del dolor de origen neuropático), piridoxina, capsicina, etc…2,5,8.

En los casos leves, una pauta limitada de antiinflamatorios y férula inmovilizadora en posición neutra nocturna y, en lo posible diurna, suelen ser terapias resolutivas, si fracasan, la infiltración corticoidea debe ser igualmente considerada ya que ofrece un beneficio diagnóstico espléndido además de terapéutico, aunque en ocasiones solo se obtiene una mejora temporal, estando limitada a pocos intentos y espaciados unas 3 semanas; si después de las infiltraciones persisten los síntomas de dolor neuropático irradiado de forma proximal que despierta al paciente por las noches e interfieren la actividad normal, estaría indicado iniciar un tratamiento con pregabalina en dosis progresivas hasta conseguir la remisión de los síntomas.

Respecto al abordaje quirúrgico existe un amplio consenso en que la cirugía es muy eficaz en los casos del STC severo, la cirugía de esta patología consiste en cortar el ligamento carpiano transverso y, de esta manera, aumentar el volumen del canal y reducir la presión sobre el nervio. Se disponen de diversas técnicas quirúrgicas, siendo su objetivo agrandar el túnel y disminuir la presión sobre el nervio3,4.

Toda vez que el tratamiento quirúrgico conlleva muchas más complicaciones y efectos secundarios que el conservador se reserva para aquellos pacientes respecto a los cuales una vez agotadas la pautas conservadoras y preventivas comentadas persiste una clínica de compresión neurógena y el electromiograma se mantiene positivo.

En cuanto a las recomendaciones para el paciente con STC, además de la aplicación de determinadas técnicas y procedimientos de fisioterapia, es preciso seguir una serie de recomendaciones al objeto de obtener un resultado más eficaz de los mismos: Mantener en reposo la zona afectada (cuando disminuya el dolor se realizarán ejercicios de fortalecimiento de toda la musculatura del brazo), realizar baños de contraste en casa, al menos dos veces al día agua fría-agua caliente (2 minutos-1 minutos respectivamente) durante unos 15 minutos en total, y la crioterapia mediante la aplicación de hielo varias veces al día, durante diez minutos, con descansos de cinco minutos lo cual favorecerá el proceso de desinflamación de los tejidos.

La severidad de la patología es un elemento igualmente de gran importancia a la hora de elegir el tratamiento a aplicar, según la mayoría de los estudios consultados en los casos de STC de leve o moderada intensidad se optará por un tratamiento conservador mientras que para los casos de STC de grave intensidad el tratamiento elegido será el quirúrgico6,8,10.

Distintos autores han descrito diversos factores que influyen negativamente en el éxito del tratamiento conservador entre los que caben reseñar: Paciente mayor de 50 años, con clínica durante más de 10 meses, existencia de parestesias constantes (no sólo nocturnas) Y/o de tenosinovitis estenosante de los flexores de los dedos y prueba de Phalen positiva en menos de 30 segundos. El tratamiento médico se considera curativo en dos de cada tres pacientes sin ninguno de estos factores, pero resulta ineficaz en todos los pacientes con cuatro o cinco de ellos4,6,9.

 

CONCLUSIONES

Existen numerosos tratamientos que han demostrado su utilidad para reducir los síntomas y mejorar la función en el STC a corto plazo, a pesar de no existir aún un amplio consenso sobre los mejores programa, protocolos, procedimientos y técnicas a utilizar, la fisioterapia es en la actualidad un abordaje terapéutico capaz de modificar evolutivamente parámetros clínicos y funcionales en quienes presentan esta afección.

La combinación de distintos métodos de intervención de tipo conservador (farmacológico y fisioterapéuticos), entre o mediante la combinación con otros de índole invasivo (quirúrgico), dirigidos a la mejora de la función del miembro superior, ha dado resultados muy positivos.

Un plan de fisioterapia aplicado en la paciente con STC es eficaz, mejorando los resultados de la evaluación final con respecto a la inicial en muchas de las variables, obteniéndose entre otros los siguientes beneficios: Disminución de las parestesias y el entumecimiento., incremento de la fuerza de prensión y agarre, mejora de la mecanosensibilidad del nervio, reducción del dolor, aumento de longitud de la musculatura del recorrido del nervio, optimización de la función general de la mano y mejora de la calidad de vida.

Esta revisión sistemática encontró evidencia de que la fisioterapia es un medio de intervención que mejora los resultados clínicos y funcionales del STC, siendo dentro de la fisioterapia, las terapias más utilizadas y con mayores beneficios para los pacientes con STC: Utilización de férulas combinadas con otro tipo de terapias como la aplicación de medicamentos, utilización de ultrasonidos, aplicación de técnicas específicas de masaje, realización de estiramientos, masoterapia y técnicas de neurodinamia y la aplicación de pulso electromagnético y de microondas, precisando un mayor número y profundidad de estudios para valorar la efectividad de otras técnicas tales como es uso de láser, yoga, la crioterapia y la luminoterapia.

 

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