La flora vaginal y los probióticos.

11 octubre 2022

AUTORES

  1. Silvia Teller Gómez. Técnico Auxiliar de Farmacia. Hospital Obispo Polanco.
  2. Manuela Biel López. Técnico Auxiliar de Farmacia. Hospital Obispo Polanco.
  3. Sandra Carbonero Sebastián. Técnico Auxiliar de Farmacia. Hospital Obispo Polanco.
  4. Isabel Atienza Lorente. Técnico Auxiliar de Farmacia. Hospital Obispo Polanco.
  5. Mari Mar López Novella. Técnico Auxiliar de Farmacia. Hospital Obispo Polanco.
  6. Cristina Sánchez Domingo. Técnico Auxiliar de Farmacia. Hospital Obispo Polanco.

 

RESUMEN

En este artículo hablaremos de la “flora vaginal”, de sus principales protagonistas, los lactobacilos, los tipos de composición, la evolución de la flora a lo largo de la vida, el modo de vida que puede modificarla, de las alteraciones más comunes, del importante papel que desempeñan los probióticos, y su tratamiento. Sin olvidarnos de la relación entre la flora vaginal y la flora intestinal.

La flora vaginal, o microbiota vaginal hace referencia a la comunidad de microorganismos vivos que se encuentran en el interior de la vagina y son esenciales para su buen funcionamiento.

 

PALABRAS CLAVE

Microbiota, probiótico, bacteria.

 

ABSTRACT

In this article we will talk about the «vaginal flora», its main protagonists, the lactobacilli, the types of composition, the evolution of the flora throughout life, the way of life that can modify it, the most common alterations, the important role played by probiotics, and their treatment. Not forgetting the relationship between vaginal flora and intestinal flora.

Vaginal flora, or vaginal microbiota, refers to the community of living microorganisms found inside the vagina and which are essential for its proper functioning.

 

KEY WORDS

Microbiota, probiotics, bacillus subtilis.

 

DESARROLLO DEL TEMA

La microbiota vaginal se compone de un 90 % de bacterias lácticas (lactobacilos), que colonizan la vagina en la pubertad y constituyen lo que se llama la flora de Döderlein. La microbiota vaginal también está compuesta de otras bacterias, como Gardnerella vaginalis, Atopobium vaginae y Prevotella spp., y hongos, como Candida albicans, que, si proliferan de manera demasiado importante, pueden provocar infecciones.

El papel esencial de los lactobacilos.

Los lactobacilos tienen funciones muy específicas. Estimulan el sistema inmunitario local y forman biopelículas que crean auténticos escudos protectores en la pared de la vagina. Transforman el glucógeno segregado por las células de la mucosa genital en ácido láctico y, de esta manera, crean un medio ácido necesario para mantener el pH vaginal entre 3,5 y 4,5.

El pH vaginal refleja el estado de la microbiota vaginal: un pH superior a 4,5 indica que existe un desequilibrio en la flora vaginal, también llamado disbiosis. Cuando esta disbiosis se acompaña de síntomas, como pérdidas inhabituales, picor o dolor vulvar, es posible que exista una infección y, por lo tanto, debe identificarse y tratarse correctamente1.

Cada mujer alberga varios tipos de lactobacilos, que evolucionan a lo largo de su ciclo y de su vida en función de las variaciones hormonales, del entorno, de la higiene íntima, de la vida sexual, etc.

Por lo tanto, se pueden encontrar los tipos de composición siguientes:

-Dominada por Lactobacillus crispatus.

-Dominada por Lactobacillus gasseri.

-Dominada por Lactobacillus iner. Flora ligeramente desequilibrada.

-Dominada por Gardnerella vaginalis. Flora totalmente desequilibrada.

-Dominada por Lactobacillus jensenii.

En caso de disbiosis, un aporte de bacterias buenas a través de los probióticos podría permitir actuar favorablemente sobre la microbiota vaginal. Lactobacillus crispatus, L. gasseri, L. rhamnosus y L. plantarum tienen propiedades antivíricas y antibacterianas. Permiten inhibir el crecimiento de los patógenos, limitar su expansión e impedir la formación de biopelículas de agentes patógenos.

Por ello, la microbiota vaginal de la mujer evoluciona durante su existencia en función de su estado hormonal:

En la pubertad, se crea la flora vaginal. Los estrógenos engrosan la mucosa de la vagina y permiten la fabricación de glucógeno. Los lactobacilos del recto son atraídos y colonizan este nuevo medio favorable.

Durante la regla, el pH alcalino de la sangre hace aumentar el pH vaginal. Los lactobacilos disminuyen y dejan más lugar a otros agentes patógenos.

Durante el embarazo, la mujer embarazada produce más hormonas (HCG, estrógenos, progesterona, oxitocina, etc.), que dan lugar a un aumento de los lactobacilos. Cuanto más aumenta la producción de estrógenos, más glucógeno liberan las células vaginales, que sirve de fuente de energía a los lactobacilos, pero también a Candida albicans. Por eso, las mujeres embarazadas están sujetas a las micosis.

En la menopausia, se observa una disminución progresiva de los estrógenos y, por lo tanto, de los lactobacilos, muy variable de una mujer a otra. En el 55 a 70 % de las mujeres*, la menopausia se acompaña de sequedad vaginal. A título preventivo, una cura de probióticos podría reequilibrar la flora y reducir la aparición de infecciones.

En función de estas variaciones hormonales, pero también del modo de vida (consumo de tabaco, medicamentos, antibióticos, estrés, etc.), puede instalarse la disbiosis y provocar infecciones vaginales, como una micosis, una vaginosis o una cistitis. Como complemento de una buena higiene de vida, pueden utilizarse los probióticos y algunas plantas, como el ortosifón, la vellosilla o el arándano rojo, para ayudar a mantener el equilibrio de la microbiota vaginal y así evitar las infecciones urinarias y las micosis recidivantes.2.

Una relación estrecha entre microbiota vaginal y microbiota intestinal:

El reservorio natural de los lactobacilos vaginales es el intestino. Gracias a la capa hidrolipídica que recubre la superficie cutánea, las bacterias pasan del ano a la vagina a través del periné y la vulva. Así pues, la microbiota vaginal «hereda» cierto número de bacterias de la microbiota intestinal.

Por ejemplo, Candida albicans, implicada en las candidiasis, también está presente en la microbiota intestinal. Puede formar parte de ella en estado latente durante toda la vida del huésped. La proliferación de Candida se inicia debido a una disminución de las defensas inmunitarias, un desequilibrio de las microbiotas o la influencia de factores favorecedores, como la higiene, el ciclo hormonal o el estrés.

Por eso, es importante no solamente preservar o restablecer el equilibrio de la microbiota vaginal, sino también el de la microbiota intestinal, pues las dos están estrechamente relacionadas3.

Por lo tanto, la microbiota vaginal está compuesta por numerosas bacterias esenciales para una buena salud vaginal. Soluciones adecuadas, como probióticos o algunas plantas, asociadas a una buena higiene de vida, pueden permitir recuperar o preservar el mejor equilibrio para una microbiota vaginal sana4.

 

BIBLIOGRAFÍA

  1. Etudes européennes Nappi RE, et al. «Vulvar and vaginal atrophy in four European Countries: evidence from the European REVIVE Survey» Climacteric, 2016.
  2. E.G. Zoetendal, E.E. Vaughan, W.M. De Vos. A microbial world with us. Mol Microbiol, 59 (2006), pp. 1639-1650.
  3. Beltrán de Heredia MR. Nutrición. Microbiota autóctona. Farmacia Profesional. 2017; 31(2): 17-21.
  4. Barrientos-Durán A, Fuentes-López A, De Salazar A, Plaza-Díaz J, García F. Reviewing the composition of vaginal microbiota: inclusion of nutrition and probiotic factors in the maintenance of eubiosis. Nutrients. 2020; 12(2): 419.

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