AUTORES
- Carlos Mario Olarte Martínez. TCAE, Hospital Universitario Miguel Servet, Zaragoza.
- Mario Fernández Álvarez. TCAE, Hospital Clínico Universitario Lozano Blesa, Zaragoza.
- Blanca Gómez Vicente. Enfermera asistencial Fremap Figueruelas.
RESUMEN
Los cambios posturales son las múltiples actividades que se han de realizar para movilizar al paciente encamado que no se puede mover por sí mismo. El cambio de posturas periódico es esencial para evitar úlceras y dolores.
Cuando el paciente pasa mucho tiempo encamado, el peso del propio cuerpo ejerce presión sobre determinadas zonas de este. Éstas quedan dañadas y pueden aparecer las llamadas llagas, también conocidas como úlceras por presión.
PALABRAS CLAVE
Cambio postural, úlceras, movilización del paciente.
ABSTRACT
Postural changes are the multiple activities that have to be carried out to mobilize the bedridden patient who cannot move by himself. The periodic change of posture is essential to avoid ulcers and pain.
When the patient spends a long time in bed, the weight of the body exerts pressure on certain areas of the body. These are damaged and sores can appear, also known as pressure ulcers.
KEY WORDS
Postural changes, ulcers, patient mobilization.
DESARROLLO DEL TEMA
Se realiza una revisión bibliográfica en las principales bases de datos con filtros de palabras clave, usando aquellos artículos con mayor relevancia. La búsqueda ha sido realizada en Scielo, Cuiden Plus, Dialnet entre otras, además de consultar páginas webs especializadas como el Instituto Nacional de Gestión Sanitaria.
La movilidad es un componente esencial en la vida del hombre. La capacidad de movilización es un indicador del nivel de salud del paciente y de su calidad de vida, ya que determina su independencia. Cuando estamos a cargo de una persona dependiente que está encamada, el cambio de postura es uno de los principales factores a vigilar. Las personas que se hallan inmóviles por diversas razones deben tener un seguimiento continuo para evitar determinados problemas de salud, como las úlceras por presión (UPP).
Definimos UPP como una necrosis de la piel y el tejido subcutáneo de una zona sometida a presión entre dos planos duros, los huesos del paciente y el soporte (cama o silla), que provoca una disminución del aporte de oxígeno y nutrientes a esa zona, por el aplastamiento de los vasos sanguíneos que se produce.
Este tipo de lesiones aparecen principalmente en pacientes inmovilizados y con una tendencia baja a la cicatrización espontánea. Constituyen un grave problema de salud pública, dadas las repercusiones que ocasionan en la calidad de vida de los pacientes, la prolongación de la estancia hospitalaria y el aumento por tanto del gasto sanitario1,2.
Aprender a realizar un buen cambio postural y asegurarse que es clínicamente seguro. De esta manera, se conseguirá mejorar la circulación de las zonas de contacto, lo que ayudará a evitar la aparición de úlceras por presión. Por tanto, se aumenta la comodidad del paciente y se evita que se afecte las articulaciones. De cara al trabajador, el objetivo es que el trabajo sea menos dañino para su aparato locomotor.
Proporcionar una orientación sobre las pautas a seguir en la valoración e identificación de problemas en aquellos pacientes susceptibles a desarrollar úlceras por presión, con el fin de prevenirlas o, en caso de que ya existan, aplicar los cuidados más adecuados y eficaces para su solución.
El paciente que presenta un riesgo de úlceras por presión constituye un área de cuidados de enfermería, tanto para prevenir su aparición como para conseguir su curación.
Además de los cambios posturales, otra acción fundamental para la previsión de las UPP es el aseo. Éste deberá ser cuidadoso y esmerado, teniendo en cuenta que la fase de secado es una de las más importantes. No deben quedarse zonas húmedas en la piel, pues la humedad favorece la posible aparición de úlceras. Para la realización del aseo, se utilizarán jabones o sustancias limpiadoras que no agredan la piel, evitando la fricción cuando se realice su secado. No es aconsejable usar sobre la piel alcoholes, ya que su utilización la perjudica resecándola debido a sus propiedades astringentes; además produce vasoconstricción en la zona aplicada, lo que hace disminuir la microcirculación y, por tanto, ayuda a la aparición de la lesión.
Los objetivos de los cambios posturales son los siguientes:
- Evitar la aparición de úlceras por presión.
- Mejorar la circulación de las zonas de contacto.
- Proporcionar comodidad al paciente.
- Beneficiar con el movimiento la expulsión de mucosidades acumuladas.
- Fortalecer los músculos, evitando la pérdida de masa muscular.
Para eliminar la compresión de los puntos de apoyo es imprescindible planificar y realizar cambios posturales cada 2-3 horas, de manera cíclica y las 24 horas del día. En pacientes en sedestación los puntos de apoyo deberán modificarse con la misma frecuencia que los encamados. Dichos cambios posturales son los siguientes:
- Decúbito prono: se trata de la colocación del paciente boca abajo. Para ello, las almohadas se colocarán una debajo de la cabeza, una debajo del abdomen, una debajo de los muslos, una debajo de las piernas, dos debajo de los brazos (éstas son opcionales). Deberán quedar libres de presión la cresta ilíaca, las rodillas y los primeros dedos de ambos pies. Es importante que el tórax quede libre para respirar con mayor comodidad. Esta postura se utilizará preferentemente en la prevención y tratamiento de úlceras sacro-coxígeas, siendo contraindicada en pacientes con lesiones torácicas, cardíacas y con respiración asistida.
- Decúbito supino: se trata de la colocación del paciente boca arriba. Para ello, situaremos un cojín debajo de la cabeza. Se recomienda poner otro delgado debajo de las rodillas. Para que los pies no queden muy extendidos, se puede poner otro al final de estos. Deberán quedar libres de presión: talones, glúteos, zona sacro-coxígea, escápulas y codos. Como precauciones a tener en cuenta es que las piernas deben quedar ligeramente separadas, los pies y las manos deberán conservar una posición funcional y evitaremos la rotación del trocánter.
- Posición de Fowler: se trata de una posición dorsal en un plano inclinado de tal modo que la cabecera de la cama debe estar a una posición con un ángulo de entre 45°- 60°, de manera que la persona quede medio sentada. Debajo de las piernas podemos colocar una almohada para que las rodillas hagan un poco de flexión. Colocaremos una o dos almohadas desde las rodillas hasta los tobillos y comprobaremos que las rodillas están flexionadas y no se ejerce presión sobre el hueco poplíteo. Esta posición proporciona mayor comodidad a personas que presentan problemas cardiacos o respiratorios. Favorece el drenaje después de las operaciones abdominales. Debemos prestar atención a las zonas que reciben mayor presión en esta posición: occipital, omoplato, codos, sacro y talones. La posición de Fowler se puede variar para ajustarse a diferentes propósitos, y dependiendo del grado de inclinación existen diferentes versiones de esta postura:
– Fowler baja o semi fowler, cuando la elevación de la cabeza es de 20-40cm y la inclinación es de 30°-45°.
– Fowler alta o elevada, cuando la inclinación es de 80°-90°.
- Decúbito lateral: Se trata de situar a la persona de costado (izquierdo o derecho e ir alternando). Colocar una almohada debajo de la cabeza y otra detrás de la espalda para que el cuerpo quede apoyado y con una leve inclinación. Podemos situar un cojín entre las piernas para evitar el roce y flexionar levemente la pierna superior. Debemos colocar los pies en un ángulo recto para impedir la flexión plantar. En la posición lateral la espalda quedará apoyada en la almohada formando un ángulo de 45°-60°. Las piernas quedarán en ligera flexión, los pies formarán un ángulo recto con la pierna, si la cabeza de la cama tiene que estar elevada no excederá de 30°.
En las personas que puedan estar sentados o levantarse al sillón, se les ayudará y animará a que realicen movimientos activos, aproximadamente cada hora. Con el fin de facilitarles los movimientos se deberán colocar asideros y los soportes necesarios. Para mover al usuario, debemos saber cuál es su estado para determinar si puede o no colaborar en la realización del cambio postural. Es importante que estén sentados adecuadamente, los pies y las manos deberán conservar una posición funcional.
Siempre debe observarse la respuesta de la persona a la postura en que es colocada, modificándose lo que sea preciso para asegurarnos que:
- No obstaculice la respiración. No debe comprimir ni el cuello ni el tórax.
- No obstaculice la circulación. Y si se realiza una contención mecánica, los elementos de sujeción no deben de estar ceñidos.
- Que no se ejerza ninguna presión ni tracción sobre nervio alguno. La presión sostenida sobre nervios periféricos o su estiramiento pueden causar pérdida sensitiva o motora.
- Que se reduzca al máximo la presión sobre la piel, con un mínimo de contacto de los rebordes óseos sobre la superficie de apoyo (de esta forma prevenimos las úlceras por presión).
- Si se va a efectuar un procedimiento de asistencia, que tenga la máxima accesibilidad al sitio de actuación.
En la medida de lo posible y teniendo en cuenta el estado del paciente, pueden realizarse ejercicios suaves como estiramientos o intentar caminar, siempre y cuando tenga suficiente movilidad.
En definitiva, cualquiera que sea la posición de la persona, tiene que vigilarse la alineación del cuerpo, asegurando que las distintas partes de este mantengan una correcta relación 2,3,4.
CONCLUSIONES
Es muy importante estimular la movilidad de las personas dependientes para mantener tanto su salud física como mental. Los cambios posturales mejoran de manera clara el estado de salud del paciente con movilidad reducida y juegan un papel muy importante para conservar la integridad de la piel y evitar así su deterioro y la aparición de posibles complicaciones derivadas de una inmovilidad prolongada.
Los cambios posturales son necesarios y fundamentales. Deben ser realizados de manera adecuada y teniendo en cuenta las necesidades y circunstancias de cada paciente.
BIBLIOGRAFÍA
- Jiménez Martín N., Blanco Quesada R., Quesada de la Fuente M. Administración de los diferentes tipos de enemas por parte del Técnico Auxiliar en Cuidados de Enfermería en el ámbito hospitalario. Ocronos [revista en internet] 2019 [acceso 8 de marzo de 2022]; 2(5). Disponible en: https://revistamedica.com/administracion-tipos-de-enemas-tecnico-auxiliar-en-cuidados-de-enfermeria/
- Bosch A. Úlceras por presión. Prevención, tratamiento y consejos desde la farmacia. Offarm. 2004; 23 (3): 130-134.
- Navarro Patrón A. Cambios posturales en pacientes encamados [acceso el 8 de marzo de 2022]. Disponible en: https://docenciaenfermeria.webnode.es/_files/200000026-72f6173f01/Cambios%20Posturales%20en%20Pacientes%20Encamados.pdf
- Ministerio de Sanidad y Consumo. Guía de cuidados enfermeros. Úlceras por presión. Madrid: Instituto Nacional de la Salud; 1996.