Nº de DOI:10.34896/RSI.2023.14.44.001
AUTORES
- Mari Cruz Lorén Aguilar. Especialista en Enfermería Pediátrica. Enfermera Unidad de Cuidados Intensivos Neonatales, Hospital Universitario Miguel Servet, Zaragoza, España.
- Alba Rubio Martínez. Enfermera Unidad de Cuidados Intensivos Neonatales, Hospital Universitario Miguel Servet, Zaragoza, España.
- Lara García Romero. Enfermera Unidad de Cuidados Intensivos Neonatales, Hospital Universitario Miguel Servet, Zaragoza, España.
- María Díaz Ara. Especialista en Enfermería Pediátrica. Enfermera Unidad de Cuidados Intensivos Neonatales, Hospital Universitario Miguel Servet, Zaragoza, España.
- Irene María García Fernández. Especialista en Enfermería Pediátrica. Máster en cuidados paliativos pediátricos. Enfermera Unidad de Cuidados Intensivos Neonatales, Hospital Universitario Miguel Servet, Zaragoza, España.
- María del Carmen García Pascual. Enfermera Unidad de Cuidados Intensivos Neonatales, Hospital Universitario Miguel Servet, Zaragoza, España.
RESUMEN
La técnica del lavado nasal es una práctica muy utilizada en pediatría y de la que se dispone de muy poca información en la bibliografía consultada. Numerosos estudios coinciden en el beneficio de esta técnica como tratamiento coadyuvante, así como en su eficacia en el tratamiento de las mismas.
Con este estudio se pretende establecer una guía de actuación para poder estandarizar la técnica del lavado nasal, teniendo en cuenta la posición en la que colocar al paciente, la cantidad de volumen a infundir y la presión necesaria durante el lavado, el tipo de solución a infundir y la frecuencia con la que se debe realizar el mismo.
PALABRAS CLAVE
Lavado nasal, paciente pediátrico, irrigación nasal, obstrucción nasal.
ABSTRACT
The nasal lavage technique is a common technique practice in pediatric patients, however there is very little information about it in the literature. Many studies agree on the benefit and effectiveness of this technique as a coadjuvant treatment. The aim of this study is to establish a guide in order to standardize the nasal lavage technique, taking into account the position in which the patient should be placed, the amount of volume to be infused and the pressure required during lavage, the type of solution to be infused and the frequency with which it should be performed.
KEY WORDS
Nasal lavage, pediatric patient, nasal irrigation, nasal obstruction.
INTRODUCCIÓN
La patología respiratoria que afecta a vías altas y las bronquiolitis son patologías muy frecuentes en pediatría, requiriendo la realización de lavados nasales como coadyuvante al tratamiento de estas.
La mucosa nasal desempeña un papel importante en la protección contra los estímulos externos e infecciones. Son los cilios, los encargados de movilizar el moco hacia la nasofaringe, y realizando un movimiento de batida que se proyecta desde el epitelio hacia el moco nasal.
Durante una infección vírica se produce una inflamación que disminuye el aclaramiento mucociliar, y esto se debe a que disminuye la frecuencia de batido ciliar y por la presencia de secreciones viscosas. Todo ello conduce a una situación de obstrucción de las vías respiratorias, que en el paciente pediátrico puede favorecer la aparición de complicaciones tales como apneas, atelectasias, sobreinfección bacteriana o empeoramiento de su estado respiratorio.
Parece haber consenso en la bibliografía consultada, en que la limpieza de la mucosa nasal con soluciones salinas por arrastre mejora el aclaramiento mucociliar y favorece la eliminación de mediadores de la inflamación (histamina, prostaglandinas D2 e interleucinas). Es por ello, que numerosos estudios coinciden en el beneficio de los lavados nasales con soluciones fisiológicas como tratamiento adyuvante en diferentes procesos patológicos de vías respiratorias, así como su eficacia en el tratamiento de estas. En general, es un tratamiento bien tolerado, y los efectos adversos menores que presenta parecen estar superados por los beneficios para la mayoría de los pacientes, por lo que se considera un tratamiento sintomático seguro adecuado para los niños.
Sin embargo, no hay acuerdo en la comunidad médica sobre las condiciones de salud para su realización, la frecuencia con la que se debe realizar y los efectos adversos asociados al procedimiento. Así mismo, tampoco existe ningún protocolo ni guía de actuación que estandarice la técnica del lavado nasal en pediatría, existiendo diferencias significativas en la manera de llevarlo a cabo por los diferentes profesionales que trabajamos en las diferentes unidades pediátricas.
METODOLOGÍA
Se realizó una revisión bibliográfica de artículos publicados hasta febrero del 2023 localizados en las principales bases de datos: MEDLINE, Cuiden Plus, LILACS y Cochrane. El objetivo del estudio es conocer la evidencia actual sobre el procedimiento del lavado nasal en pediatría.
Y los objetivos específicos serían poder establecer una guía de actuación para poder estandarizar la técnica del lavado nasal, teniendo en cuenta la posición en la que colocar al paciente, la cantidad de volumen a infundir y la presión necesaria durante el lavado, el tipo de solución a infundir y la frecuencia con la que se debe realizar el mismo.
RESULTADOS
Posición: la única recomendación que hemos encontrado en la bibliografía consultada es la de la AEP, que aconseja colocar al paciente en decúbito supino o decúbito prono, como mejor se sujete al paciente, procurando girar la cabeza hacia un lado e intentando que no se eche hacia atrás. Echaremos el líquido a infundir por el orificio que queda arriba, y posteriormente repetiremos la maniobra para echar el suero en el otro orificio nasal, girándose la cabeza hacia el lado contrario.
Tras la infusión del líquido, podremos sentar al paciente para favorecer la expulsión de las secreciones3.
Volumen a infundir: parece haber consenso en el concepto en que es necesario utilizar volúmenes amplios para maximizar el efecto del lavado nasal. De nuevo, sólo hallamos en el artículo de la AEP, qué volumen se debe infundir, recomendando 1.5-2 ml en cada fosa nasal en el niño pequeño y 5 ml en el niño mayor. Sin embargo, no se especifica que rango de edad comprende el niño pequeño y el niño mayor3.
En el resto de los artículos no se define la cantidad que se debe utilizar en el lavado nasal.
Presión: se sabe que la presión positiva hace que la distribución de la solución en la cavidad nasal y los senos sea más exhaustiva2,5,6,7. Y la única recomendación en cuanto a la presión encontrada en los diferentes artículos es que sea una presión baja, sin determinar la presión específica que se debe ejercer. Para realizar la presión positiva baja evitaremos manipular el suero fuerte y rápido a través de la jeringa, y se aplicará de manera lenta y determinada2.
En esta línea encontramos la recomendación de la AEP, que recomienda infundir la solución con determinación3.
Tipo de solución a infundir: las soluciones más utilizadas son el suero isotónico, el suero hipertónico al 3% y los preparados comerciales de agua de mar. No es recomendable la infusión de soluciones con concentración superior al 3%2.
Las soluciones más utilizadas son los sueros isotónicos, ya que el suero salino hipertónico se asocia con quemazón o irritación local2.
Algunos estudios sugieren que los lavados nasales con agua de mar son más efectivos que con suero fisiológico, por la composición de oligoelementos y el Ph del agua marina. En su composición encontramos: magnesio, con capacidad de reducir la inflamación local a través de la reducción de la secreción de citoquinas y la desgranulación de leucocitos; calcio, que favorece la sincronización y regulación de la frecuencia de batimiento ciliar; potasio, que promueve la regeneración celular; y bicarbonato, que reduce la viscosidad del moco y facilita su eliminación. Por otro lado, su Ph alcalino favorece el movimiento ciliar1.
Frecuencia: no existe ninguna recomendación sobre la frecuencia de realización del lavado nasal, salvo la AEP que sugiere que hay que hacer tantos lavados nasales como sean necesarios para que el niño esté más cómodo y respire mejor.
CONCLUSIONES
Sigue habiendo escasa evidencia sobre la técnica del lavado nasal, y sería necesario realizar estudios que aporten datos sobre los beneficios y efectos adversos de esta técnica. Además, sería importante disponer de protocolos estandarizados que detallaran la posición en la que se colocará al paciente durante el lavado nasal, el material a utilizar, el volumen a infundir, la presión que se ejercerá durante el lavado y el tipo de solución a infundir.
BIBLIOGRAFÍA
- V. Martínez-Suárez, et al. Estudio Delphi “lavados nasales con agua de mar”: opinión, actitud y comportamiento médico sobre el uso de soluciones nasales de agua de mar. Pediatría integral 2017; XXI (8): 559.e1-559.e8.
- Ana Martínez-Serrano, Paloma Martínez-Campos, Laura Seijoso-González y Héctor Ruiz-Rojo. Revisión narrativa de la técnica de los lavados nasales en pediatría. Enfermería Clínica 31 (2021) 189-194.
- Asociación Española de Pediatría. Lavados nasales. En familia EAP. Disponible en: https://enfamilia.aeped.es/vida-sana/lavados-nasales.
- Paola Marchisio, et al. Irrigaciones nasales con solución salina: su papel en el tratamiento de las enfermedades del tracto respiratorio superior en niños. IX Manual de otorrinolaringología pediátrica de la IAPO.