AUTORES
- Laura Andrés Ginés. Diplomada en Enfermería. UCI Traumatología. Hospital Universitario Miguel Servet de Zaragoza. Servicio Aragonés de Salud.
- Sonia Soldado Olmo. Diplomada en Enfermería. Bloque Quirúrgico. Hospital Royo Villanova de Zaragoza. Servicio Aragonés de Salud.
- Luis Arellano Aznar. Diplomado en Enfermería. Centro de Salud Amparo Poch de Zaragoza. Servicio Aragonés de Salud.
- Arantxa Sabando Gimeno. Diplomada en Enfermería. Hospital Royo Villanova de Zaragoza. Servicio Aragonés de Salud.
- Sofía Grasa Caldevilla. Diplomada en Enfermería. Centro de Salud Arrabal de Zaragoza. Servicio Aragonés de Salud.
- Blanca Luño Valero. Diplomada en Enfermería. Angiología y Cirugía Vascular. Hospital Clínico Universitario Lozano Blesa de Zaragoza. Servicio Aragonés de Salud.
RESUMEN
Todos los eventos adversos (EA), y no sólo los que tienen consecuencias graves, afectan principalmente a los pacientes, a sus familiares y a sus amigos, pero no son ellos los únicos que sufren y se ven afectados, también son víctimas los profesionales que se ven involucrados directa o indirectamente en el EA. Son denominados segundas víctimas y sufren emocional, familiar y profesionalmente las consecuencias de estos EA llegándoles a causar trastorno por estrés postraumático.
La confusión y dudas sobre sí mismo que experimenta el profesional tras un error clínico incrementa notablemente la probabilidad de otro error si no se afronta a tiempo esta situación y se esconde u oculta la realidad del evento acaecido.
Sabiendo esto, se deben de diseñar modelos de trabajo que los equipos directivos y el personal sanitario puedan llevar a la práctica para actuar lo antes posible y reducir las consecuencias que el trastorno por estrés postraumático pueda tener en los profesionales implicados en un EA.
Por otra parte, las instituciones deben de desarrollar estrategias e intervenciones para gestionar los EA y analizarlos en profundidad para el estudio de los mismos y obtener de ello una respuesta o solución para que no se vuelvan a repetir.
PALABRAS CLAVE
Seguridad del paciente, segundas víctimas, eventos adversos.
ABSTRACT
All adverse events (AEs), and not only those with serious consequences, mainly affect patients, their families, and friends, but they are not the only ones who suffer and are affected, professionals who are affected are also victims. are directly or indirectly involved in the EA. They are called second victims and suffer emotionally, family and professionally from the consequences of these AEs, leading to post-traumatic stress disorder.
The confusion and self-doubt experienced by the professional after a clinical error significantly increases the probability of another error if this situation is not dealt with in time and the reality of the event that occurred is hidden or hidden.
Knowing this, work models must be designed that management teams and health personnel can put into practice to act as soon as possible and reduce the consequences that post-traumatic stress disorder may have on the professionals involved in an AE.
On the other hand, institutions must develop strategies and interventions to manage AEs and analyze them in depth to study them and obtain an answer or solution from it so that they do not happen again.
KEY WORDS
Patient safety, second victims, adverse events.
INTRODUCCIÓN
La atención sanitaria es una actividad compleja, que con los años ha ido mejorando en avances técnicos y cuidados más completos y es por esto mismo que entraña cada vez más riesgos.
Las decisiones clínicas, el proceso asistencial y los cuidados suponen la existencia de múltiples factores que pueden causar daño, lesiones graves e incluso, en casos extremos, la muerte del paciente.
Con la extensión de la cultura de la seguridad, se han desarrollado multitud de términos que se utilizan a menudo indistintamente y de forma confusa. De la bibliografía analizada hemos querido destacar:
Evento adverso (EA)1: un daño o una complicación no intencionada que resulta de la asistencia sanitaria, y no responde a la enfermedad o al estado subyacente del paciente, y que provoca en éste una prolongación de la estancia hospitalaria, discapacidad en el momento del alta o la muerte.
EA por la OMS (2009)2,3 es un daño no intencional causado al paciente como resultado clínico no esperado de la asistencia sanitaria y que puede o no estar asociado a un error clínico.
Evento adverso (EA)4,5. Se define para este estudio como todo accidente o incidente recogido en la historia clínica del paciente que ha causado daño al paciente o lo ha podido causar, ligado sobre todo a las condiciones de la asistencia. El accidente puede producir un alargamiento del tiempo de hospitalización, una secuela en el momento del alta, la muerte o cualquier combinación de estos. El incidente no causa lesión ni daño, pero puede facilitarse. Para reunir esta condición, tendrá que darse una lesión o complicación, prolongación de la estancia, tratamiento subsecuente, invalidez al alta o exitus, consecuencia de la asistencia sanitaria y desde moderada probabilidad de que el manejo fuera la causa a total evidencia.
Evento centinela1: suceso imprevisto que causa la muerte o graves daños físicos o psicológicos al paciente. Todo evento centinela es un EA pero por sus consecuencias reúne unas características que obligan a una completa revisión de qué ha sucedido para evitar que vuelva a producirse y a la provisión de apoyo y asesoramiento a los profesionales implicados.
Casi error2: cualquier suceso susceptible de provocar daño o complicación o que pudiera favorecer la aparición de un evento adverso.
Hecho que estuvo a punto de ocurrir. Suceso que en otras circunstancias podría haber tenido graves consecuencias.
Casi-error4. Categoría mal definida que incluye sucesos como los siguientes: caso en el que el accidente ha sido evitado por poco; cualquier situación en la que una sucesión continuada de efectos fue detenida evitando la aparición de potenciales consecuencias; suceso que en otras circunstancias podría haber tenido graves consecuencias; suceso peligroso que no ha producido daños personales pero sí materiales y que sirve de aviso de posibles accidentes efecto adverso propiamente dicho.
Incidente sin daño4: evento o circunstancia que alcanza al paciente pero no causa ningún daño apreciable.
Acontecimiento o situación imprevista o inesperada que puede producir daño o no al paciente. Cuando produce daño es un evento adverso.
Error clínico4: cualquier acción u omisión (equivocación) con consecuencias potencialmente negativas para el paciente, juzgada como equivocada por un experto. Desviación de la práctica aceptada como correcta, independientemente del efecto que produzca sobre el paciente.
Negligencias4: daño difícilmente justificable, ocasionado por desidia, abandono, apatía, estudio insuficiente, falta de diligencia, omisión de precauciones debidas o falta de cuidado en la aplicación del conocimiento que debería tener y utilizar un profesional cualificado.
Durante los últimos años están siendo estudiadas de forma sistemática la frecuencia, las causas y las consecuencias de los eventos adversos (EA) para los pacientes. Las instituciones sanitarias han puesto en marcha numerosos planes en materia de seguridad de los pacientes. Aún con todo esto, parece inevitable que, en determinadas situaciones, se sigan produciendo errores clínicos con repercusión relevante para los pacientes.
En España, según datos del Estudio Nacional de Efectos. Adversos ligados a la Hospitalización (ENEAS)4,5:
- La incidencia de los eventos adversos relacionados con la asistencia hospitalaria es del 8,4% y esta es similar a las encontradas en otros estudios realizados en los países americanos, europeos y australianos con una metodología similar a la de este estudio.
- La prevalencia de incidentes (sucesos adversos sin daño) en el contexto hospitalario asciende al 3,4%.
- Un 9,2% de los pacientes sufren anualmente un EA. En estudios realizados en sistemas sanitarios similares al nuestro, la tasa de EA en hospitales oscila entre el 2,9% y el 16,6%.
- Casi la mitad, el 42,5% de media de estos eventos adversos relacionados con la asistencia sanitaria podrían ser evitables. (EA leves eran evitables en un 43,8%, los moderados lo eran en un 42,0% y los graves en un 41,9%).
- Uno de cada cinco EA se origina en la prehospitalización.
- Las reacciones a los medicamentos son el EA más frecuente (37,4%), seguido de las infecciones nosocomiales de herida quirúrgica (25,3%), problemas técnicos durante un procedimiento (25%), problemas relacionados con los cuidados (7,63%) y problemas relacionados con el diagnóstico (2,75%).
- La mayoría de los EA tienen consecuencias leves (45%) y perfectamente reversibles. Sin embargo, el 16% son graves, los cuales tienen consecuencias permanentes o fatales.
- Alrededor del 15% de los profesionales del hospital se pueden ver implicados en un evento adverso al año aunque en la mayoría de los casos se trata de eventos adversos sin consecuencias graves.
Es evidente que los EA con consecuencias más graves tienen su peor cara en el sufrimiento de los pacientes, familiares y amigos pero no son ellos los únicos que sufren y se ven afectados. También son víctimas los profesionales que se involucrados directamente o indirectamente en el EA y la institución que tenía al cargo a ese paciente.
Cuando se produce un evento adverso, y más aún cuando este ha producido un daño grave al paciente, aparecen tres grupos de víctimas como resultado del mismo:
PRIMERAS VÍCTIMAS7,8: paciente que sufre un EA. También se considera primera víctima a los familiares y amigos cercanos del paciente afectado.
Son quienes viven en primera persona las consecuencias de la intervención sanitaria ya sean positivas o negativas.
Cómo acción inmediata deben de recibir atención médica y de enfermería para reparar el daño sufrido.
Deben de saber qué ha pasado y recibir una disculpa.
Deben de ser apoyados por la organización y recibir la información adecuada de las circunstancias acaecidas, así como de las consecuencias y de las acciones a desarrollar para responder a sus necesidades.
Serán informados en caso de poder recibir asistencia financiera y, en su caso, compensación económica por lo que ha sucedido.
Se les hará conocedores de las medidas que se adoptan para que no vuelva a suceder.
SEGUNDAS VÍCTIMAS9: todo profesional sanitario que participa en un EA, un error médico o una lesión relacionada con el paciente no esperada y que se convierte en víctima en el sentido que queda traumatizado por el evento.
La situación de segunda víctima es posible que se produzca a raíz de cualquier incidente relacionado con la seguridad del paciente que incluye EA con consecuencias graves o muy graves a uno o varios pacientes pero también cuando ocurran incidentes sin daño.
Actualmente, el término de segundas víctimas se ha extendido también para referirse a los profesionales sanitarios que no se ven a sí mismos capaces de afrontar emocionalmente las consecuencias de verse involucrado en un EA con consecuencias más graves para un paciente o un conjunto de pacientes.
Muchos profesionales a lo largo de vida en algún momento se sienten mal, incómodos, inquietos y, en ocasiones, culpables, por alguna decisión clínica que no ha tenido un resultado que esperaban o, llevado el caso, que ha sido errónea.
Además, en la bibliografía consultada, no solo se ha considerado como segundas víctimas a los profesionales que se ven afectados directamente en el EA que sufre un paciente, sino que también se les considera al conjunto del equipo asistencial en el que se integran este profesional ya que habitualmente los EA tienen una causa sistémica pudiendo involucrar a otros profesionales del equipo asistencial.
TERCERA VÍCTIMA10: organización sanitaria que puede sufrir una pérdida de reputación como consecuencia de un incidente para la seguridad del paciente.
OBJETIVOS
Analizar el impacto emocional, profesional y personal de los profesionales sanitarios implicados directa o indirectamente en un evento adverso (EA) como segundas víctimas en atención hospitalaria.
Analizar los distintos sistemas de gestión e intervención ante un EA utilizados por parte de las instituciones.
MATERIAL Y MÉTODO
Se realizó una revisión bibliográfica. Para ello se consultaron las siguientes bases de datos: Medline, Cochrane Plus en español y SciELO España y artículos localizados en Google y Google Academic.
RESULTADOS
Como hemos visto anteriormente cuando se produce un evento adverso (EA) grave el paciente es la víctima principal, pero los profesionales involucrados constituyen las segundas víctimas.
Según la literatura existente, el 50% de profesionales sanitarios sufrirá durante su vida profesional al menos una vez el impacto como segunda víctima tras la ocurrencia de un EA1,2,11.
El “síndrome de estrés postraumático” abarca toda la sintomatología más frecuentemente experimentada por las segundas víctimas. Cuando un profesional se encuentra en esta situación, incrementa la probabilidad de generar nuevos incidentes, pasando a considerarse fuente de peligro.
Los autores que consideran a las segundas víctimas como personas traumatizadas debido a EA que han vivido son1:
Albert Wu (2000): “los profesionales sanitarios implicados en un evento adverso que quedan traumatizados por esa experiencia o que no son capaces de afrontar emocionalmente la situación”.
Seys et al (2012), Dra. Susan Scott: “todo profesional, proveedor de servicios sanitarios, que participa en un evento adverso, un error médico y/o una lesión relacionada con el paciente no esperada y que se convierte en víctima en el sentido de que queda traumatizado por el suceso”.
Ante la ocurrencia de un EA no intencionado, uno o varios de sus profesionales (quienes se han visto involucrados en el suceso) pueden verse afectados a nivel psicológico y a nivel emocional. Las repercusiones de los EA en las segundas víctimas pueden llegar a incapacitarles afectándoles en el desempeño de su actividad pudiendo provocar además, y sin intención alguna, otros incidentes o errores si no se afronta a tiempo esta situación y se esconde u oculta la realidad del evento acaecido y más aún cuando existe una presión social externa.
Las reacciones no necesariamente son las mismas en todas las personas.
Estas sensaciones pueden durar solo unos días o unas semanas, pero en ocasiones también pueden durar meses o toda la vida.
La afectación es distinta entre hombres y mujeres, siendo consideradas estas últimas el colectivo más vulnerable.
En el estudio de segundas víctimas existen dos referentes internacionales: Albert Wu (Hospital Johns Hopkins de Maryland) y Susan Scott (Hospital de Missouri).
Por los estudios realizados en Missouri, con la mayor muestra de casos de segundas víctimas publicada, sabemos que las consecuencias personales de los EA en las segundas víctimas se caracterizan por una respuesta de ansiedad, síntomas afectivos y preocupación por su rendimiento y capacidad profesional que llega a afectar a su toma de decisiones clínicas.
Además de esto se añade1,2,12:
Consecuencias emocionales.
- Labilidad emocional, obnubilación, confusión (primeros momentos tras el evento).
- Depresión, tristeza, aflicción.
- Dificultades de concentración en la tarea, despersonalización.
- Indefensión, frustración, ira.
- Revivir lo ocurrido de manera repetida (flashbacks).
- Sentimientos de culpa y soledad.
- Ansiedad, remordimientos.
- Rumiación (pensamientos obsesivos e intrusivos sobre el evento), vergüenza.
- Pérdida de autoestima.
- Trastorno por estrés postraumático, síntomas depresivos.
- Ideación suicida, e incluso en casos extremos: suicidio.
Consecuencias familiares:
- Insomnio o dificultades para conseguir sueño reparador.
- Disminución del apetito.
- Reducción/Abandono de las actividades de ocio y sociales.
- Aislamiento, cambios de humor.
- Consumo de drogas o alcohol.
- Cambios negativos en la calidad de vida.
Consecuencias laborales:
- Miedo a perder el trabajo (despido, suspensión temporal o permanente de la licencia para el ejercicio profesional).
- Percepción de estar siendo cuestionado como profesional por parte de los compañeros de trabajo, miedo a ser juzgado por los compañeros de trabajo.
- Decepción en relación con compañeros que dan la espalda y participan en la creación/difusión de rumores.
- Miedo a las consecuencias legales.
- Miedo a la pérdida de reputación.
- Burnout (agotamiento emocional, despersonalización de los pacientes, falta de realización personal).
- Sensación de fracaso y de haber traicionado al paciente.
- Fuerte sentido de responsabilidad por lo ocurrido.
- Dudas constantes sobre la propia competencia o adecuación profesional, miedo a cometer nuevos errores.
- Dificultades para la toma de decisiones adecuada.
- Reducción del rendimiento laboral y por tanto de la calidad de la asistencia prestada. Cambios en la práctica clínica (aprendizaje y mejora vs. práctica defensiva, extremadamente cautelosa).
- Evitar prestar asistencia a pacientes que recuerdan en algún aspecto a la primera víctima.
- Falta de concentración.
- Dudas constantes sobre su capacidad profesional y decisiones clínicas.
- Reducción de la satisfacción laboral.
- Abandono de la profesión.
Estas segundas víctimas cambian su forma de interactuar con los pacientes a partir de la ocurrencia de un EA con consecuencias graves, su modo de práctica cabe esperar que se vuelva insegura, su situación afectiva se ve alterada y muestran dudas sobre su criterio profesional que afecta a la calidad de la atención que brindan a otros pacientes.
Los factores que afectan a las segundas víctimas relacionados con el EA sucedido son2:
– Las consecuencias que para el paciente tiene el EA (leve, moderado, grave).
– La relación del profesional con el paciente y sus familiares.
– El número de profesionales involucrados en el mismo suceso.
– El apoyo profesional y del entorno familiar que reciba el profesional.
– La experiencia previa con este tipo de sucesos.
– Las consecuencias judiciales que pudieran derivarse.
– El tratamiento mediático del EA (origen, consecuencias, etc.).
El trastorno por estrés postraumático se ha tomado como referente para afrontar la situación clínica de las segundas víctimas, aun así, en España no contamos con guías ni herramientas para prevenir el impacto de los EA que ocurren en los profesionales. Aunque la mayoría se trata de EA con consecuencias leves, en muchos casos afectan a la capacidad de juicio clínico del profesional, al menos, en los días siguientes, por lo que al efecto emocional se le suma que se incrementa el riesgo de producirse un nuevo EA.
Sin embargo en EEUU encontramos1:
- Hospital General de Massachusetts: guías de intervención a nivel institucional y checklist.
- Hospital de Missouri: programa ForYou para entrenar a profesionales para el apoyo a sus colegas segundas víctimas.
- Hospitales de la Universidad de Washington: App (pocket tools) para ayudar a los profesionales a una comunicación franca con el paciente víctima de un EA.
- Grupo de Boston del Dr S.Weingart: está desarrollando paquetes de información y actividades para sensibilizar a los profesionales de los hospitales de Harvard que pueden convertirse en segundas víctimas.
Dentro de la estrategia de seguridad clínica de los hospitales, debe tenerse en cuenta la atención a las segundas víctimas como objetivo de mejora.
Sería deseable que los centros sanitarios contarán con estrategias específicas que incluyeran como mínimo2:
– qué es lo que hay que hacer y no hacer cuando ocurre un evento adverso grave.
– acciones para la comunicación franca con los pacientes y cuidadores.
– procedimientos para apoyar a los profesionales implicados en los eventos adversos.
– el abordaje sobre cómo gestionar la comunicación con los medios de comunicación una vez se producen.
De esta manera quedan cubiertas parte de las necesidades de las tres víctimas de un EA.
Los profesionales sanitarios implicados en el evento adverso deben contar con el soporte institucional para poder informar abiertamente de lo sucedido y recibir apoyo para su integración en la labor asistencial sin secuelas.
Susan Scott estableció un modelo de 3 niveles de apoyo a la segunda víctima que pretende facilitar la transición de la segunda víctima a lo largo de las seis etapas de recuperación descritas por Scott y su equipo.
Dependiendo del momento y de las necesidades del profesional afectado, el tipo y la especificidad del apoyo pueden llegar a cambiar1:
PRIMER NIVEL: primeros auxilios emocionales proporcionados a nivel “local” o departamental. Escucha activa y asesoramiento profesional.
Objetivo: la persona implicada no llegue a convertirse en segunda víctima interviniendo desde un enfoque preventivo.
Modo de intervención: fuentes naturales de apoyo (compañeros de unidad, la supervisora o el jefe de servicio). Estos portadores de apoyo no han recibido formación específica sobre cómo ayudar a una segunda víctima pero sí tienen unas nociones básicas sobre el fenómeno.
Segundas víctimas que recibirán apoyo suficiente en este primer nivel: 60%
SEGUNDO NIVEL: apoyo proporcionado por un equipo de profesionales del centro de distintos perfiles (enfermeros, médicos, auxiliares, etc.), denominado “forYOU team”, que de manera voluntaria han recibido formación específica para tal efecto.
Objetivo: la segunda víctima puede recibir apoyo de una persona con la que se identifica. Modos de intervención: individual (de tú a tú) o en grupos mediante (debriefings).
Se presta especial atención a la segunda víctima durante los procesos de investigación y litigio ya que se ha visto que éstos actúan como desencadenantes de la sintomatología inicial.
Segundas víctimas que recibirán apoyo suficiente en este segundo nivel: 30%.
TERCER NIVEL: es la red de apoyo especializada. Es fundamental asegurar su disponibilidad y el acceso inmediato. Forman parte de esta red profesionales del Programa de Asistencia al Empleado: capellanes, trabajadores sociales y psicólogos clínicos.
Se estima que solo un 10% de las segundas víctimas necesitará ayuda especializada.
El Programa “For You” gestionado por la Universidad de Missouri destaca como uno de los programas que cuenta con mayor trayectoria en el abordaje de las consecuencias de los EA en los profesionales. Las principales aportaciones de este programa de atención a segundas víctimas son las siguientes1:
Modelo teórico que representa la evolución natural que seguirá la segunda víctima para su recuperación tras verse involucrada directa o indirectamente en un EA.
Caos y respuesta al accidente:
- Detección del error/evento.
- Contar lo ocurrido a alguien, buscar ayuda.
- Estabilizar/asistir al paciente. La segunda víctima, ¿puede continuar con la asistencia?
- Estado: confusión, oleada de emociones.
Pensamientos intrusivos:
- Reevaluación del escenario.
- Reconstrucción obsesiva de lo ocurrido.
- Estado: aislamiento, sentimientos de incompetencia.
Restauración de integridad personal:
- Aceptación entre la estructura laboral y social.
- Manejo de rumores.
- Estado: miedo.
Soportando la inquisición:
- Conciencia del nivel de gravedad.
- Reiterar el escenario del caso.
- Responder a los múltiples porqués sobre lo ocurrido.
- Interactuar con los diferentes actores relacionados con el evento.
- Comprender la comunicación del evento al paciente/familia.
- Estado: preocupación por las consecuencias legales.
Consiguiendo apoyo emocional:
- Búsqueda de apoyo personal/profesional.
- Consecución/recepción ayuda/apoyo.
Siguiendo hacia adelante:
ABANDONO
- Traslado a una unidad o a un centro diferente.
- Considerar la posibilidad de abandonar la profesión.
- Estado: sentimientos de incompetencia.
SUPERVIVENCIA
- Afrontamiento directo de lo ocurrido.
- Persistencia de pensamientos intrusivos, tristeza e intentos por aprender del evento.
SUPERACIÓN
- Equilibrio entre vida personal y profesional.
- Aprender de la experiencia.
- Ganar perspectiva del error/evento.
- No centrar la práctica laboral en el evento.
- Proponer y abogar por iniciativas en seguridad del paciente.
- Ha creado un protocolo de actuación.
- Ha emitido una serie de recomendaciones para atender a las segundas y terceras víctimas y ofrecer una adecuada respuesta al paciente tras la ocurrencia del EA.
En España destaca el Proyecto de Investigación sobre Segundas y Terceras Víctimas que evalúa el impacto de los EA en los profesionales y en las instituciones sanitarias. Se inició en el 2014 y participaron profesionales sanitarios y académicos de ocho comunidades autónomas. Se han elaborado dos guías de intervención para directivos y responsables de Seguridad del Paciente en Atención Primaria y Hospitalaria, con recomendaciones para13:
- Reducir el impacto de los EA en los profesionales sanitarios.
- Reforzar la cultura de seguridad en las organizaciones.
- Fomentar un comportamiento ético con los pacientes informándoles de lo sucedido.
Otro efecto en los profesionales es que en muchos casos optan por ocultar información al paciente por temor o por no saber cómo hacerlo. Se vinculan a los programas de intervención para superar esta barrera y contribuir a un comportamiento ético, los enfoques que se han denominado Open Disclosure (agencia de calidad australiana) consistentes en facultar a los profesionales para asegurar una comunicación franca con el paciente, con información veraz, con reconocimiento de lo sucedido, aprendiendo a manifestar una disculpa convincente y atender las expectativas de atención del paciente junto a información sobre las medidas para evitar que vuelve a suceder. Existe consenso sobre la efectividad de este enfoque para reducir demandas patrimoniales y ofrecer una atención ética y correcta.
En definitiva, los profesionales segundas víctimas requieren1,2,12:
- Apoyo emocional, empatía.
- No sentirse rechazado.
- Pautas sobre cómo actuar en relación al paciente y sus allegados.
- Poder hablar con otros de los sucedido en un entorno de confianza. Analizar lo sucedido para comprender qué ha pasado.
- Orientación sobre los pasos a dar para paliar las consecuencias profesionales y legales.
- Participar en la definición de medidas a implantar para evitar que vuelva a pasarle a ningún otro colega.
Es recomendable2,13:
1.Establecer un plan de formación que incluya las necesidades y características de los diferentes perfiles de profesionales que deben aplicar el protocolo de actuación:
- Formar a los profesionales que ocupan puestos de mayor responsabilidad (mandos intermedios, responsables de los servicios de personal, directivos de las organizaciones) en el abordaje a 2ª y 3ª víctimas.
- Formar a los profesionales de los servicios de Salud Laboral, así como a otros profesionales (referentes de seguridad, psicólogos, profesionales que se ofrezcan voluntarios, etc.) que conformarán los equipos de atención a las segundas víctimas (segundo nivel de apoyo). Considerar la ayuda de profesionales que conocen, por propia experiencia, la situación en la que se encuentra la segunda víctima.
- Formar al conjunto de los profesionales en aspectos básicos de abordaje a las 1ª, 2ª y 3ª víctimas. Tener en cuenta que cualquier profesional puede ser requerido como primer nivel de apoyo por parte de la segunda víctima de un EA.
El conocimiento y la sensibilización entre los profesionales facilitará:
- Prevenir lo fácilmente evitable.
– No hacer aquello que es inadecuado o innecesario y además comporta riesgo.
– Hacer más improbable lo difícilmente evitable.
– Es necesario seguir investigando acerca de la eficacia y efectividad y sostenibilidad de las medidas de prevención de los EA.
2. Establecer estrategias para la adecuada gestión de los eventos adversos graves que asegure:
– Ofrecer información a tiempo, clara, sincera y oportuna sobre lo que ha sucedido a los pacientes y cuidadores que han sufrido un EA grave, así como un plan de apoyo a sus necesidades.
– Ofrecer apoyo a los profesionales sanitarios implicados en un EA grave.
– Gestionar adecuadamente la transferencia de información a la organización y a los medios de comunicación con el fin de restablecer la confianza en la institución.
– Desarrollar acciones formativas para los profesionales y los gestores de los centros sanitarios sobre aspectos de atención a los pacientes y profesionales implicados en EA graves.
La atención a las segundas víctimas debe de responder a los siguientes objetivos2,12:
- Asegurar la seguridad de los pacientes, dado que es sabido que cuando sucede un EA, especialmente aquellos con consecuencias más graves, suelen afectar al juicio clínico y a la capacidad de acción de los profesionales como efecto inmediato lo que conduce a la ocurrencia de nuevos EA en las horas o días siguientes, hasta recuperarse del impacto.
- Minimizar el impacto negativo emocional que sufren las segundas víctimas como consecuencias de incidentes inesperados como son los EA ofreciéndoles el apoyo necesario.
- Asegurar la calidad de la atención sanitaria puesto que una premisa para la calidad es que los profesionales se sientan con capacidad suficiente para realizar su labor en un ambiente apropiado. Contar con un entorno propicio, una organización que apoya a sus profesionales y un equipo integrado de profesionales son premisas básicas para ofrecer una atención sanitaria de calidad.
- Evitar costes de no calidad ya que el esfuerzo individual y social que representa formar y especializar a un profesional sanitario se trunca cuando el profesional duda de su juicio clínico, de su capacidad para continuar con su profesión y decide abandonar o cambiar de posición. Más grave aun cuando sabemos que en algunos casos la segunda víctima no ve otra alternativa más que el suicidio.
Estrategia del Ministerio de Sanidad en Seguridad del Paciente13.
En el año 2005 el Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad (MSSSI) comenzó a desarrollar, en colaboración con las administraciones autonómicas, la estrategia de Seguridad del Paciente del Sistema Nacional de Salud (SNS) basada en recomendaciones internacionales y de expertos españoles. Esta iniciativa se llevó a cabo con la intención de servir de herramienta y marco de referencia para el despliegue de programas y acciones en materia de seguridad del paciente.
En este momento, y tras diez años de desarrollo de la estrategia, se ha elaborado una actualización para el quinquenio 2015-2020 en la que se mantienen las líneas estratégicas ya en desarrollo y se incorporan objetivos y recomendaciones nuevas a partir de la valoración del desarrollo de la propia estrategia, las recomendaciones internacionales y la opinión de expertos, profesionales y pacientes.
Las seis líneas que integran la estrategia son las siguientes13:
-
- Cultura de seguridad, factores humanos y organizativos.
- Prácticas clínicas seguras.
- Gestión del riesgo y sistemas de notificación y aprendizaje de los incidentes.
- Participación de los pacientes y ciudadanos por su seguridad.
- Investigación en seguridad del paciente.
- Participación internacional.
Las segundas víctimas abordan la necesidad de proporcionar soporte institucional a los profesionales sanitarios implicados en un EA con el fin de promover la expresión y comunicación abierta de lo sucedido y recibir apoyo para su integración en la labor asistencial sin secuelas.
¿Qué no debe hacerse?13.
Estas acciones no deberían realizarse en relación con la segunda víctima debido a que podrían dificultar su proceso de recuperación:
- Obligar a la segunda víctima a continuar con la prestación de la asistencia inmediatamente después de que se haya producido el EA.
- Adoptar una actitud culpabilizadora hacia la segunda víctima.
- Contribuir a la formación y transmisión de rumores.
- Aconsejar a la segunda víctima no hablar de lo ocurrido ni notificar el EA en el sistema oportuno.
- Evitar el contacto con la segunda víctima por miedo a tener que escuchar sus sentimientos y a verse en una situación incómoda de manejar.
- No facilitar apoyo desde la Dirección de la institución.
- Ignorar las necesidades emocionales de la segunda víctima.
- Someter a la segunda víctima a interrogatorios repetidos.
- Aislar a la segunda víctima.
Debemos de saber también que los sistemas de calidad nacieron con la voluntad de prevenir los errores que se hubieran producido en el curso de la aplicación de los procedimientos para lograr, cada vez, un servicio de mayor calidad. Estos sistemas existen porque el error y los fallos dentro del sistema también existen.
Los sistemas de calidad se pensaron para identificar esos fallos frecuentes, minimizarlos y controlarlos para evitar que vuelvan a producirse.
La cultura mayoritaria en nuestras instituciones y en nuestra sociedad es que si algo falla debe buscarse a un culpable, existe la tendencia a pensar en error humano cuando se produce un EA pero la realidad es que la mayoría de las ocasiones se trata de fallos de sistema y, como tal, tienen una causa sistémica fruto de la combinación de13:
- Organización y administración.
- Contexto institucional.
- Factores del paciente.
- Factores de la tarea a realizar.
- Factores individuales del personal.
- Factores del equipo de personal.
- Ambiente de trabajo.
Ante un EA se recomienda transparencia informativa, pedir disculpas y reparar el daño.
Se presentan recomendaciones consensuadas sobre la comunicación al paciente que ha sufrido un error clínico, afrontar el error por parte de los profesionales y proteger la reputación profesional y social de profesionales e instituciones.
Las víctimas de un EA esperan, una vez informados y habiéndose dado solución a su problema, que erradiquemos las causas del EA que han sufrido y que seamos capaces de minimizar los riesgos para que no se vuelva a repetir y que no afecte a más personas, pero para esto se requiere un análisis completo de todas sus causas.
CONCLUSIONES
Los EA son la causa de lesiones, daño o sufrimiento en los pacientes, pero no podemos dejar de lado que también son responsables de alteraciones en la esfera laboral, familiar o personal de los profesionales (segundas víctimas) involucrados en ellos.
Se debe de establecer una cultura positiva de seguridad y política institucional que aborde la atención al paciente, a las segundas y a las terceras víctimas tras la ocurrencia de un EA. Sería muy necesario promover el desarrollo de estrategias para gestionar EA graves y el apoyo a las víctimas de los mismos incluyendo la formación de los profesionales para poder desarrollar adecuadamente dichas estrategias.
En la atención a las primeras víctimas se deben de mitigar las consecuencias del EA y atender las necesidades clínicas, informativas y emocionales del paciente y de sus familiares.
Se debe de ofrecer apoyo al profesional y al equipo asistencial (segundas víctimas) para mitigar las consecuencias emocionales del EA en los mismos.
Se deben de activar los recursos institucionales para dar una respuesta adecuada, proporcional y a tiempo ante la ocurrencia de un EA.
Se debe de mantener una actitud proactiva por parte de las instituciones para evitar que pueda volver a producirse el EA aprendiendo de la propia experiencia y realizando un análisis detallado del incidente para ofrecer un entorno cada vez más seguro,
Se debe de cuidar la reputación de profesionales y de la institución aún en el caso de la ocurrencia de un EA con consecuencias graves o muy graves.
El impacto sanitario, social y económico de los EA, convierte su estudio en una prioridad de Salud Pública.
Entre todos hemos de cambiar la cultura de la culpa por la cultura del conocimiento.
BIBLIOGRAFÍA
- Segundas y terceras víctimas. Proyecto de investigación. Fondo de Investigaciones Sanitarias, Fondos FEDER, la Conselleria d’Educació, Investigació, Cultura i Esport (Generalitat Valenciana) y la Fundación para el Fomento de la Investigación Sanitaria y Biomédica de la Comunitat Valenciana (FISABIO). Disponible en: https://www.segundasvictimas.es/profesionales
- Guía de Recomendaciones para ofrecer una adecuada respuesta al paciente tras la ocurrencia de un evento adverso y atender a las segundas y terceras víctimas. Grupo de Investigación en Segundas y Terceras Víctimas. Consellería de Educación, Investigación, Cultura y Deporte, Generalitat Valenciana. ISBN: 978-84-608-2768-9. 2015. Disponible en: https://www.fadq.org/wp-content/uploads/2016/02/Guia-de-recomendaciones_sv-pdf.pdf
- OMS. Más que palabras. Marco Conceptual de la Clasificación Internacional para la Seguridad del Paciente. Versión 1.1. Ginebra: Organización Mundial de la Salud; 2009.
- Estudio Nacional sobre los Efectos Adversos ligados a la Hospitalización. ENEAS 2005 Informe. Febrero 2006. Disponible en: https://www.sanidad.gob.es/organizacion/sns/planCalidadSNS/pdf/excelencia/opsc_sp2.pdf
- Aranaz JM, Aibar C, Vitaller J, Ruiz P. Estudio Nacional de Efectos Adversos ligados a la Hospitalización (ENEAS). 2006. Disponible en: https://www.sanidad.gob.es/organizacion/sns/planCalidadSNS/pdf/excelencia/1_Jesus_Aranaz_ppt.pdf
- Norma UNE 179003:2013. Servicios sanitarios. Gestión de riesgos para la seguridad del paciente.
- Mira Solves JJ, Lorenzo Martínez S, Carrillo Murcia I, Ferrús Estopà L, Silvestre Busto C, Pérez Pérez P, et al. Guía de Recomendaciones para ofrecer una adecuada respuesta al paciente tras la ocurrencia de un evento adverso y atender a las segundas y terceras víctimas. Grupo de Investigación en Segundas y Terceras Víctimas 2015. Gobierno de España. Instituto de Salud Carlos III. Ministerio de economía y competitividad. Disponible en: https://seguridaddelpaciente.es/resources/documentos/2015/Guia-de-recomendaciones_sv-pdf.pdf
- Mira JJ, Lorenzo S, Carrillo I, Ferrús L, Pérez P, Iglesias F et al. Interventions in health organizations to reduce the impact of adverse events in second and third victims. BMC Health Services Research. 2015; 15:341.
- Scott SD. The second victim experience: Mitigating the harm. American Nurse Today. 2015; 10:8-11.
- Denham C. Trust: the 5 rights of the second victim. J Patient Saf. 2007; 3:107-109.
- Aranaz JM, Mira JJ, Guilabert M, Herrero JF, Vitaller J y Grupo de Trabajo Segundas Víctimas. Repercusión de los eventos adversos en los profesionales sanitarios. Estudio sobre las segundas víctimas. Trauma Fund MAPFRE (2013) Vol 24 nº 1:54-60.
- Carvajal Ruz M. Impacto de eventos adversos en el profesional sanitario «segundas víctimas». Universidad Pública de Navarra Facultad de Ciencias de la Salud Grado en Enfermería. 2017. Disponible en: https://academica-e.unavarra.es/bitstream/handle/2454/26840/TFG%20M%C3%93NICA%20CARVAJAL.pdf?sequence=1&isAllowed =y
- Estrategia de Seguridad del Paciente del Sistema Nacional de Salud Período 2015-2020. Sanidad 2015 Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad. Disponible en: https://www.sanidad.gob.es/organizacion/sns/planCalidadSNS/docs/Estrategia_Seguridad_del_Paciente_2015-2020.pdf