Cómo tratar a una persona que manifiesta síntomas de consumo de heroína.

9 abril 2022

AUTORES

  1. Bernardo Emerson Buil Tisner. Hospital Universitario Miguel Servet de Zaragoza.
  2. Pilar Ballesteros Magaña. Hospital Universitario Miguel Servet de Zaragoza.
  3. Ricardo Rojo Sainz. Hospital Clínico Universitario Lozano Blesa de Zaragoza.
  4. Marta María Benito Orte. Hospital Universitario Miguel Servet de Zaragoza.
  5. Verónica Pueyo Andrea. Hospital Universitario Miguel Servet de Zaragoza.
  6. Sara Gómez Pérez. Hospital Universitario Miguel Servet de Zaragoza.

 

RESUMEN

Hay una gran variedad de opciones para tratar la adicción a la heroína. El uso más destacado y frecuente es el de los fármacos agonistas opioides como la metadona, que junto a la terapia conductual resulta ser la combinación más eficaz.

 

PALABRAS CLAVE

Heroína, dependencia de heroína, terapia combinada.

 

ABSTRACT

There is a wide range of options for treating heroin addiction. The most prominent and frequent use is of opioid agonist drugs such as methadone, which together with behavioral therapy proves to be the most effective combination.

 

KEY WORDS

Heroin, heroin dependence, combination therapy.

 

INTRODUCCIÓN

La diacetilmorfina o diamorfina, más conocida como heroína, es una modificación semisintética extraída de la morfina, considerándose por tanto un opiáceo.

La heroína es un polvo cristalino blanco, inodoro, muy fino y su aspecto puede variar según los procesos de purificación a los que haya sido sometido.

Es aproximadamente dos veces más potente que la morfina a igual dosis por su gran liposolubilidad que hace que atraviese fácilmente la barrera hematoencefálica, por lo que llega antes al cerebro y alcanza allí mayores concentraciones: por eso ejerce una intensa acción euforizante. La heroína una vez llega al cerebro se transforma en monoacetilmorfina, morfina y M-6-G (Morfina -6- glucurónido), que son los auténticos compuestos activos.

Se comercializó por sus efectos analgésicos y antitusivos. La demostración de su capacidad de adicción llevó a su retirada y prohibición1,2.

 

OBJETIVO

Conocer cómo tratar a una persona que manifiesta síntomas de consumo de heroína.

 

METODOLOGÍA

Para poder lograr la meta del estudio se realizó una revisión bibliográfica mediante la exploración en Best Practice Information Sheets del Instituto Joanna Briggs, BPG de la RNAO. Y diferentes documentos y libros especializados obteniendo aquellos artículos que arrojaran el conocimiento necesario para alcanzar el objetivo planteado.

 

RESULTADOS

OBTENCIÓN DE LA HEROÍNA:

El opio se extrae de la bellota de ciertas variedades de amapolas o adormideras. (papaver somniferum), así mismo del opio se obtiene morfina, codeína y papaverina.

De estos se extraen derivados semisintéticos como la heroína y sintéticos como metadona, petidina, fentanilo, naloxona, buprenorfina…

¿CÓMO SE CONSUME? Vías de administración.

La heroína se puede fumar, inyectarse o inhalarse.

Fumar e inyectarse son las de acceso más rápido al cerebro y, por tanto, las que producen efectos de forma más rápida.

La inyección IV proporciona la mayor intensidad ya que la totalidad de la sustancia entra en el torrente sanguíneo inmediatamente.

Se comienza a tomar esta droga inhalándola por la nariz o fumándola, pero a medida que el organismo se acostumbra a la droga y los efectos que produce se hacen menos evidentes, recurren a la inyección para obtener resultados más intensos.

TIPOS DE HEROÍNA:

Según el grado de pureza y el origen, la heroína se puede clasificar en varios tipos:

– Heroína base o Tsao ta. Su presentación es más o menos granulada y se usa para inyección o fumada.

– Brown sugar. Empleada para fumar y su aspecto es terroso y su color marrón. Su contenido en heroína oscila entre un 25 y un 50%.

– Polvo fino de color blanco, amarillento o crema. Tiene el porcentaje más elevado de principio activo. Su uso es principalmente mediante vía intravenosa.

– Heroína negra: “Goma” o “alquitrán negro”. Es una sustancia negra pegajosa con una riqueza del 20%. Se administra de manera inyectada.

 

EFECTOS:

– Efectos inmediatos. (A corto plazo):

Poco después de inyectársela o inhalarla, la heroína cruza la barrera hematoencefálica (BHE). En el cerebro, la heroína se convierte en morfina y rápidamente se adhiere a los receptores de opioides.

Las personas que abusan de la heroína típicamente informan que sienten una oleada de sensaciones agradables, conocida comúnmente como «rush». La intensidad del «rush» depende de la cantidad de la droga que se ha tomado y la rapidez con que la droga entra al cerebro y se adhiere a los receptores naturales de opioides.

La heroína es particularmente adictiva porque entra al cerebro rápidamente.

Con la heroína, el «rush» generalmente va acompañado por un acaloramiento de la piel, sequedad de la boca y una sensación de pesadez en las extremidades a veces seguido por náusea, vómito y una picazón severa.

La función mental, cardiaca y respiratoria se ven disminuidas por la acción depresora de la heroína.

Los heroinómanos buscan obtener un estímulo placentero e inmediato (somnolencia, paz y calma), que elimina los temores y preocupaciones habituales. Este estado de bienestar es lo que los lleva a consumir de nuevo.

La sobredosis de heroína puede ser particularmente peligrosa en la calle, donde no se puede determinar con certeza la cantidad y la pureza de la droga.

– Efectos a largo plazo:

La adicción es uno de los efectos más perjudiciales de esta droga que se caracteriza por ser una enfermedad crónica con recaídas, debido a la búsqueda y el uso compulsivo de drogas y por los cambios neuroquímicos y moleculares en el cerebro.

Además de la adicción, el consumo de heroína conlleva importantes consecuencias negativas en la vida diaria del individuo:

  • Tendencia a aislarse socialmente ya que dejan de mostrar interés por su entorno, su familia y sus amigos. Todo su pensamiento gira alrededor del consumo de la droga.
  • Dificultad para lograr metas a largo plazo, incapacidad para cumplir con sus responsabilidades (escolar o laboral) y falta de motivación.
  • Alteración de la personalidad.
  • Cambios en los hábitos de higiene y en la alteración de la apariencia personal.

Asimismo, hay que resaltar el peligro de adquirir o transmitir enfermedades tales como VIH, hepatitis B o C, infecciones bacterianas, endocarditis, infecciones de los tejidos blandos, tromboflebitis, tuberculosis y ETS, al compartir y reusar jeringas y otros equipos de inyección que hayan sido utilizados por personas infectadas.

Los factores importantes que motivan el consumo compulsivo son: la tolerancia, dependencia física y dependencia psíquica.

  • La dependencia física: se desarrolla con dosis más altas de la droga. El cuerpo se adapta a la presencia de la droga y los síntomas del síndrome de abstinencia comienzan si su uso se reduce de forma brusca.
  • Dependencia psíquica: es una condición en la que la droga produce una sensación de satisfacción e impulsa al sujeto a repetir su consumo para obtener esa satisfacción o placer y evitar el malestar.
  • Tolerancia: es un fenómeno caracterizado por la disminución de los efectos producidos por la droga, a medida que se utiliza de forma continuada, y por lo tanto obliga a aumentar progresivamente la dosis para obtener el efecto inicial2,3.

 

DISCUSIÓN

TRATAMIENTO DE LA INTOXICACIÓN AGUDA:

La intoxicación aguda por opiáceos presenta los siguientes signos:

– Vías respiratorias y pulmones.

  • Paro respiratorio.
  • Respiración superficial, lenta y forzada.

– Ojos, oídos, nariz y garganta.

  • Boca seca.
  • Pupilas puntiformes.
  • Decoloración de la lengua.

– Corazón y sangre.

  • Presión arterial baja.
  • Pulso débil.
  • Piel.
    • Labios y uñas azuladas.

– Estómago e intestinos.

  • Estreñimiento.
  • Espasmos estomacales y del tubo digestivo.

– Sistema nervioso.

  • Coma.
  • Delirio.
  • Desorientación.
  • Somnolencia.
  • Espasticidad muscular.

La Naloxona: Es el tratamiento de primera elección para la intoxicación.

  • Vía de administración: intravenosa o subcutánea.
  • Su duración de acción es corta.
  • Es un antagonista puro que bloquea el efecto opiáceo, mediante el desplazamiento de la heroína fuera del receptor y trasladándose al torrente circulatorio. Esto se debe a la ocupación de los sitios de los receptores.
  • En casos de intoxicaciones graves o por opioides de larga duración, es necesario administrar dosis repetidas con intervalos frecuentes, (infusión continua).

Generalmente a los pacientes que se les administra la naloxona recobran rápidamente la conciencia. Pero en el caso de haberse necesitado administrar dosis altas aparece un síndrome de abstinencia agudo y el enfermo puede presentar conductas inadecuadas y/o violentas3.

 

TRATAMIENTO DE LA ADICCIÓN A LA HEROÍNA: DESINTOXICACIÓN Y DESHABITUACIÓN:

El síndrome de abstinencia se presenta con la interrupción o disminución del consumo. Este se caracteriza por síntomas como ansiedad, inquietud, irritabilidad, sensación de dolor, gran necesidad de conseguir más opiáceo, midriasis, humor disfórico, sudoración, diarrea, hipertensión, taquicardia… En el caso de que aparezcan episodios febriles, se trataría de una abstinencia grave.

Una vez pasada la primera fase de desintoxicación se mantiene durante meses un síndrome de abstinencia diferido en el que todavía aparecen desviaciones de las constantes orgánicas normales (temperatura, respiración, sueño, etc.) Pero por encima de todo prevalece la dependencia psicológica, muy difícil de eliminar y que es la causa del alto número de fracasos en el tratamiento de recuperación de heroinómanos a largo plazo: habría que realizar psicoterapia grupal e individual, así como instruir y enseñar los hábitos y normas de convivencia.

Hay una gran variedad de opciones para tratar la adicción a la heroína, que incluyen los medicamentos y la terapia conductual, siendo más eficaz la combinación de ambas. Además, pueden contar con servicios de apoyo, para facilitar y ayudar a su desintoxicación

La desintoxicación controlada farmacológicamente permite interrumpir, de forma paulatina, el consumo de heroína vigilando la sintomatología de abstinencia. Estos fármacos pueden ser sustitutivos de la heroína o no sustitutivos.

– Sustitutivos: inicialmente se administran dosis equipotentes a la heroína y siempre vía oral.

  • Metadona:

Empleada hace más de 30 años para el tratamiento de la adicción, es un medicamento opiáceo sintético que se une a los mismos receptores que la heroína. Cuando se toma oralmente, tiene un comienzo de acción gradual con efectos controlados, que reduce el deseo de otras drogas opioides y evita al mismo tiempo los síntomas del síndrome de abstinencia. Cuando se administra adecuadamente, la metadona no es embriagadora ni sedante y sus efectos no interfieren con las actividades diarias. El tratamiento de mantenimiento con metadona generalmente se realiza en programas especializados. Los programas más eficaces incluyen el apoyo individual o de grupo, así como también la derivación a otros servicios médicos, psicológicos y sociales necesitados.

Tras las dosis iniciales de metadona (equipolentes a la heroína), éstas se irán reduciendo gradualmente, de manera que cuando se estabiliza el paciente con una bajada de metadona habrá que programar la siguiente, y así sucesivamente hasta llegar a la mínima dosis de metadona posible o incluso a su eliminación.

En cada bajada de dosis aparecerá un ligero síndrome de abstinencia fácilmente controlable y llevadero.

  • La buprenorfina:

Es un tratamiento más novedoso. En comparación con la metadona, produce menos riesgo de sobredosis y de sufrir los efectos de abstinencia, provocando un menor grado de dependencia física, de manera que los pacientes que interrumpen el medicamento tienen, por lo general, menos síntomas del síndrome de abstinencia que los que dejan de tomar la metadona. El desarrollo de la buprenorfina y su uso autorizado en los consultorios médicos da a los pacientes más opciones médicas y amplía el alcance de los medicamentos contra la adicción. Su fácil acceso incluso podría incitar la búsqueda de tratamiento más temprano. Sin embargo, no todos los pacientes responden a la buprenorfina necesitando por tanto el uso de la metadona.

– No sustitutivo.

  • Clonidina: Es un fármaco de tipo α-adrenérgico:

Se usa principalmente para combatir la respuesta del sistema nervioso central a la abstinencia de opiáceos, taquicardia e hipertensión, en los primeros días de abstinencia y hacer más tolerable la sintomatología que aparecerá durante el síndrome de abstinencia.

  • Naltrexona:

Es un medicamento antagonista de opiáceos que se usa como disuasorio. Evita el consumo de drogas ilegales, bloquea sus efectos y ayuda a disminuir la ansiedad, pero no previene ni alivia los síntomas de abstinencia que pueden presentarse cuando se suspende el consumo de esas sustancias. La naltrexona solo es eficaz mientras se está tomando.

Se administra por vía oral.

En el caso de mujeres embarazadas no está contraindicado que toman metadona o buprenorfina, a pesar de que al nacer el bebé prematuro podría requerir tratamiento para el síndrome de abstinencia, pero evitaremos el consumo fraudulento de heroína con los riesgos de salud que implica para la madre y el feto4,5.

 

CONCLUSIÓN

El tratamiento se basa en una serie de pasos sucesivos, desde la desintoxicación a la reinserción social. El personal de enfermería tiene un papel fundamental desde la detección del consumo hasta su desintoxicación, abordando de forma integral al paciente junto a un equipo multidisciplinar.

 

BIBLIOGRAFÍA

  1. Gambín R. Análisis sociodemográfico y caracterización del receptor GABRB3 en pacientes heroinómanos en tratamiento de deshabituación 2019.
  2. Khokhar S, Garcia D, Thirumaran R. A rare case of renal infarction due to heroin and amphetamine abuse: case report 2022;23. https://doi.org/10.1186/s12882-021-02642-1.
  3. Yildirim E, Selcuk M, Saylik F, Mutluer FO, Deniz O. Effect of Heroin on Electrocardiographic Parameters 2020;115:1135–41. https://doi.org/10.36660/abc.20190296.
  4. Mesa AP, Pérez TC. Las adicciones de ayer y hoy. Hacia un enfoque humanista en el tratamiento de las adicciones. Madrid: Dykinson; 2020. https://doi.org/10.2307/j.ctv1dp0whq.
  5. Neyra del Rosario A. Episodio maniaco con síntomas psicóticos tras desintoxicación de heroína: estudio de un caso = Manic episode with psychotic symptoms after heroin detoxification: a case study 2018;25:26–8. https://doi.org/10.1016/j.psiq.2018.01.002.

 

Publique con nosotros

Indexación de la revista

ID:3540

Últimos artículos