Ictus o accidente cerebrovascular

12 junio 2023

AUTORES

  1. Lara Villar Pamplona. Diplomada en Enfermería. Hospital Universitario Miguel Servet, Zaragoza, España.
  2. Ángela María Guarás Rubio. Diplomada en Enfermería. Hospital Universitario Miguel Servet, Zaragoza, España.
  3. Lucía Piquer Álvarez. Graduada en Enfermería. Hospital Joan XXIII, Tarragona, España.
  4. Cristina Jarén Cubillo. Graduada en Enfermería. Hospital Universitario de Guadalajara, Guadalajara, España.
  5. Eva Salmerón Crespo. Graduada en Enfermería. Hospital Universitario de Guadalajara, Guadalajara, España.
  6. Lourdes Esteban Álvaro. Graduada en Enfermería. Hospital Universitario de Guadalajara, Guadalajara, España.

 

RESUMEN

El ictus o accidente cerebrovascular constituye uno de los problemas de salud más importantes en nuestra sociedad, no sólo por la morbimortalidad en la fase aguda sino por las secuelas crónicas que sufren estos pacientes y la complejidad del rol del cuidador.

Por todo esto, consideramos de gran interés, tanto para la sociedad en general como para los profesionales sanitarios en particular, conocer más acerca de este tema, así como saber actuar ante una sospecha de ictus para un correcto diagnóstico de la patología, evitar complicaciones y obtener mejores resultados.

PALABRAS CLAVE

Accidente cerebrovascular, cateterismo, cerebro, hipertensión, neurología, signos y síntomas.

ABSTRACT

Stroke or cerebrovascular accident is one of the most important health problems in our society, not only because of the morbidity and mortality in the acute phase, but also because of the chronic sequelae suffered by these patients and the complexity of the caregiver’s role.

For all this, we consider it of great interest, both for society in general and for health professionals in particular, to learn more about this subject, as well as knowing how to act in the event of a suspected stroke for a correct diagnosis of the pathology, avoiding complications and getting better results.

KEY WORDS

Stroke, catheterization, brain, hypertension, neurology, signs and symptoms.

DESARROLLO DEL TEMA

El ictus es la primera causa de mortalidad entre las mujeres españolas y la segunda en los varones, según datos del Grupo de Estudio de Enfermedades Cerebrovasculares de la Sociedad Española de Neurología (GEECV-SEN). El ictus es una enfermedad cerebrovascular y se produce por la disminución u obstrucción del flujo sanguíneo.

La sangre no llega al cerebro en la cantidad necesaria y, como consecuencia, las células nerviosas no reciben oxígeno, dejando de funcionar.

Además de la edad, existen otras causas de riesgo como la hipertensión arterial, las arritmias cardiacas u otras enfermedades del corazón, la diabetes mellitus, la dislipemia, la obesidad, el sedentarismo, el tabaquismo y el consumo excesivo de alcohol, entre otros1.

Se denomina CÓDIGO ICTUS al procedimiento de actuación basado en el reconocimiento precoz de los síntomas de un ictus con el objetivo de trasladar lo antes posible a cada paciente al centro idóneo para que pueda beneficiarse de una terapia de reperfusión y de cuidados especializados en una Unidad de Ictus.

Criterios de inclusión:

  • Síntomas iniciados de forma brusca en las últimas 24 horas.
  • Situación basal previa del paciente sin gran dependencia.
  • Déficit neurológico focal que persiste en el momento del diagnóstico.
  • Debilidad o parálisis repentina de la cara, el brazo o la pierna.
  • Confusión repentina.
  • Dificultad para hablar o entender.
  • Pérdida de visión brusca de uno o ambos ojos.
  • Cefalea intensa, brusca y sin causa aparente asociada a náuseas y vómitos (no achacable a otras causas).
  • Dificultad repentina para caminar, pérdida de equilibrio o coordinación.

 

Criterios de exclusión:

  • Síntomas que no se han instaurado de forma brusca.
  • Más de 24 horas de evolución desde el inicio de los síntomas.
  • Paciente con gran dependencia o enfermedad terminal2.

 

Los pacientes que han sufrido un ictus pueden experimentar una gran variedad de limitaciones y complicaciones que pueden dificultar la recuperación óptima. Las secuelas más frecuentes son:

SECUELAS FÍSICAS

Dentro de esta área, se engloban todas aquellas lesiones o complicaciones que afectan al paciente a nivel orgánico. Las más frecuentes están relacionadas con déficits motores, alteraciones sensitivas o del lenguaje e incontinencia urinaria:

  • Los pacientes que han sufrido un ictus tienen que trabajar para fortalecer la musculatura y entrenar el equilibrio, dado que tienen un riesgo de caída superior.
  • El trabajo con el logopeda se realiza cuando existen trastornos con el lenguaje, como:
    • Incomprensión o problemas para emitir el lenguaje adecuado (afasia).
    • Alteraciones en el habla que se manifiestan en dificultades para articular palabras (disartria).
    • Incapacidad para pronunciar palabras (mutismo).
  • Los enfermos de ictus también pueden sufrir alteraciones sensitivas en el lado donde presentan problemas de movilidad, en forma de hormigueo, sensaciones desagradables o falta de tacto. Se debe tener especial cuidado para evitar que se produzcan heridas o quemaduras sin que se dé cuenta.
  • La espasticidad o contracción permanente de ciertos músculos puede ocasionar rigidez, dolor, contracturas y dificultad de algunos movimientos. El especialista recomendará el tratamiento más adecuado.
  • El dolor del hombro del brazo paralizado necesita rehabilitación y es la complicación más frecuente en personas con hemiplejia.

 

A pesar de ser menos habituales, también pueden aparecer otras lesiones, como alteraciones visuales, dolor central o infecciones.

  • Los trastornos visuales están relacionados con la pérdida de visión de la mitad del campo visual (hemianopsia). Sin embargo, el paciente no siempre es consciente de ello y se le tiene que recordar que mire al lado afectado, ya que el entrenamiento es el eje principal de la recuperación.
  • En caso de dificultad para tragar (disfagia) se tendrá que modificar la dieta y utilizar técnicas de alimentación seguras. En los casos más graves puede ser necesario recurrir a una sonda nasogástrica o, si se debe utilizar durante un largo periodo de tiempo, una gastrostomía.
  • El dolor central es quemante o punzante, y empeora con el simple tacto, el agua o los movimientos.
  • La incontinencia urinaria suele ser transitoria, aunque puede perdurar en pacientes con secuelas importantes.

 

ALTERACIONES EN EL ESTADO DE ÁNIMO:

Durante la convalecencia, la rehabilitación, o al finalizar, pueden aparecer alteraciones del estado de ánimo. Habitualmente, se producen en los primeros tres meses después del ictus, aunque hay casos en que se presentan más tarde. Los síntomas son similares a los de otras depresiones: alteraciones del sueño, dificultad de concentración y reducción del hambre.

Los problemas psicológicos más habituales son la depresión y la ansiedad. La depresión se suele presentar en uno de cada tres pacientes, es más frecuente en mujeres y en pacientes con depresión previa, algún trastorno psiquiátrico o aislamiento social o una estructura familiar deficiente.

También pueden producirse labilidad emocional, apatía, irritabilidad y falta de conciencia de las secuelas del ictus.

ALTERACIONES COGNITIVAS:

En este caso, el deterioro cognitivo más frecuente se presenta en forma de demencia, déficits de atención o disminución de la memoria. También hay pacientes que presentan alteraciones relacionadas con la orientación, la dificultad en la planificación y en la organización de las tareas.

DECÁLOGO PARA EL CUIDADOR:

Todos estos factores generan un impacto en la familia del paciente. La persona que asume el rol de cuidador en un 60 % de los casos sufre sobrecarga y ansiedad en el alta. Es importante:

  • Pedir ayuda y utilizar los recursos sociosanitarios y de la comunidad.
  • Planificar actividades y buscar tiempo para el propio cuidador.
  • No abandonar la relación con las amistades.
  • Expresar pensamientos y emociones sin juzgar los propios sentimientos.
  • Poner límites y no automedicarse.
  • Participar en asociaciones de familiares y grupos de ayuda, y en programas de respiro familiar3.

 

PREVENCIÓN:

Los factores de riesgo son elementos que hacen que una persona tenga más posibilidades de sufrir una enfermedad. En el caso del ictus, hay diferentes factores de riesgo que lesionan los vasos sanguíneos y predisponen a la persona a desarrollar una enfermedad vascular, como el ictus.

Entre los factores de riesgo, hay algunos que son modificables y otros que no lo son. Estos factores se pueden presentar aislados o coexistir, lo que multiplica la posibilidad de sufrir un ictus. La mayoría de los ictus se deben a factores de riesgo modificables sobre los que la persona puede incidir.

El ictus es una enfermedad que, en gran medida, se puede evitar. Hasta ahora, el mejor abordaje terapéutico del ictus sigue siendo la prevención. Por ello, identificar los factores de riesgo de cada persona es clave para trazar un plan terapéutico individualizado que se adapte a las particularidades de cada persona.

Decálogo para prevenir el ictus:

  • Reducir la presión arterial.
  • Dejar de fumar.
  • Seguir una dieta equilibrada.
  • Hacer ejercicio físico de forma regular.
  • Moderar el consumo de alcohol.
  • Evitar el estrés.
  • Vigilar el colesterol
  • Controlar el peso.
  • Controlar el consumo de azúcar.
  • Tomarse el pulso.

 

Factores de riesgo modificables:

  • Hipertensión: es el factor de riesgo con más influencia en la aparición de un ictus.
  • Diabetes: las personas con diabetes tienen mayor riesgo de padecer enfermedades del corazón, el cerebro, las arterias y los riñones. Las personas con diabetes tienen un riesgo entre dos y cuatro veces más alto de sufrir un ictus que la población sana.
  • Tabaquismo: es un hábito poco saludable que se asocia a muchas enfermedades, sobre todo a las respiratorias y cardiovasculares. El tabaco es uno de los principales factores de riesgo del ictus y existe una relación clara con el número de cigarrillos diarios que se fuman.
  • Obesidad: incrementa hasta 2,5 veces el riesgo de sufrir un ictus, sobre todo la grasa abdominal. Se trata de un problema de salud pública, porque se relaciona con muchas enfermedades, entre otras, la hipertensión y la diabetes. Además, el número de casos ha aumentado mucho en los últimos años y se ha convertido en una epidemia.
  • Alcohol y drogas: el consumo elevado se asocia con el ictus hemorrágico. En cambio, el consumo moderado de alcohol se asocia con una reducción del riesgo relativo a sufrir un ictus.
  • Sedentarismo: es uno de los factores de riesgo que contribuye a la aparición de un ictus. La actividad física es clave en la prevención de la enfermedad, ya que contribuye a disminuir los niveles altos de colesterol, la hipertensión, la obesidad y la prevención de la diabetes.
  • Colesterol: un nivel alto incrementa el riesgo de sufrir un ictus isquémico, porque se instala en las paredes de las arterias. Las placas de grasa que dañan y taponan las arterias y pueden provocar un accidente vascular.

 

Factores de riesgo no modificables:

  • Edad: es el factor de riesgo más importante en el ictus, aunque la enfermedad no solo afecta a personas de edad avanzada. A mayor edad, mayor es la probabilidad de sufrir un ictus, tanto isquémico como hemorrágico.
  • Factores genéticos: en un tercio de los ictus la causa es desconocida, por lo que se sospecha de la implicación de factores genéticos. Su influencia es compleja y puede actuar desde la aparición de factores de riesgo, como la hipertensión y la diabetes, al desarrollo de enfermedades minoritarias y hereditarias.
  • Etnia: el riesgo de sufrir un ictus es desigual en función de la etnia. Las personas negras -sobre todo jóvenes y de edad media-, y latinoamericanas tienen una mayor incidencia y mortalidad por ictus en comparación con las de origen caucásico4.

 

CONCLUSIONES

La correcta gestión del código ictus (sistema de alerta que se activa ante personas con sintomatología sugestiva de ictus agudo, para actuar con celeridad en las distintas fases y actuaciones que posibiliten prestar una atención eficaz a los pacientes afectos por esta patología, tanto a nivel extrahospitalario como hospitalario) desde el sector sanitario reduce el tiempo de llegada al hospital para administrar el tratamiento fibrinolítico en caso de ser necesario. Se ha comprobado la disminución de la morbimortalidad por ictus ante la llegada del paciente antes de las tres horas.

Dado que hablamos de una enfermedad tiempo-dependiente debemos ser conscientes de la importancia del tiempo puerta-aguja (tiempo transcurrido desde que el paciente llega al hospital hasta que se le administra el tratamiento fibrinolítico, en caso de ser necesario) y del tiempo puerta-ingle (tiempo transcurrido desde que el paciente llega al hospital hasta que se le realiza el cateterismo, en caso de precisar).

BIBLIOGRAFÍA

  1. Código Ictus – Federación Española del Ictus. (s/f). FEI. Recuperado el 3 de abril de 2023, de https://ictusfederacion.es/infoictus/codigo-ictus/
  2. Código Ictus. (2018, septiembre 13). SUMMA 112. https://www.comunidad.madrid/hospital/summa112/profesionales/programas-desarrollo/codigo-ictus
  3. Impacto y secuelas frecuentes después de un ictus. (s/f). Hospital Universitario Vall d’Hebron. Recuperado el 3 de abril de 2023, de https://hospital.vallhebron.com/es/asistencia/consejos-de-salud/impacto-y-secuelas-frecuentes-despues-de-un-ictus
  4. Prevención [Internet]. Fundación Ictus. [citado el 12 de abril de 2023]. Disponible en: https://www.fundacioictus.com/es/todo-sobre-ictus/prevencion

 

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