AUTORES
- Nuttanich Chompoonuch Yodsawad. Enfermera Hospitalización en Hospital Universitario Miguel Servet, Zaragoza, España.
- Andrea Paúl Nadal. Enfermera Hospitalización en Hospital Universitario Miguel Servet, Zaragoza, España.
- Carlos Soria Lahuerta. Enfermero Hospitalización en Hospital Universitario Miguel Servet, Zaragoza, España.
- Carolina Herrero Lobato. Enfermera Hospitalización en Hospital Universitario Miguel Servet, Zaragoza, España.
- Macarena García Varona. Enfermera Hospitalización en Hospital Miguel Servet, Zaragoza.
- Iris García Solanas. Enfermera Hospitalización en Hospital Universitario Miguel Servet, Zaragoza, España.
RESUMEN
La leptospirosis humana es una enfermedad zoonótica de distribución mundial, causada por bacterias del género Leptospira. La transmisión al ser humano se produce por contacto con agua, suelo o alimentos contaminados con la orina de animales infectados. Las manifestaciones clínicas son muy variadas, van desde asintomáticas hasta infecciones severas como la enfermedad de Weil, siendo potencialmente mortales. Se trata de un problema de salud pública a nivel mundial.
PALABRAS CLAVE
Leptospirosis, zoonótica, leptospira, enfermedad de Weil.
ABSTRACT
Human leptospirosis is a worldwide zoonotic disease caused by bacteria of the Leptospira genus. Transmission to humans occurs through contact with water, soil, or food contaminated with the urine of infected animals. The clinical manifestations are very varied, ranging from asymptomatic to severe infections such as Weil’s disease, being potentially fatal. It is a public health problem worldwide.
KEY WORDS
Leptospirosis, zoonotic, leptospira, Weil disease.
DESARROLLO DEL TEMA
La leptospirosis es una zoonosis bacteriana de distribución mundial que afecta diversas especies de animales salvajes y domésticos. En España, es considerada como una Enfermedad de Declaración Obligatoria (EDO). Además, debido a los recientes cambios demográficos y el turismo a zonas endémicas han hecho que sea considerada como una enfermedad emergente1.
La leptospirosis, también es conocida como enfermedad de Weil, enfermedad de los cañaverales, fiebre de los arrozales, fiebre de los nadadores, fiebre de los porqueros y fiebre otoñal japonesa2.
La infección del ser humano se produce por espiroquetas del género Leptospira, especie interrogans, presentes en agua, alimentos o terreno húmedo, contaminados por orina de animales infectados. El hombre se infecta ocasionalmente y sufre de una enfermedad sistémica, febril y aguda3.
Según los datos recogidos por la Organización Mundial de la Salud (OMS), la incidencia varía dependiendo del clima. En ambientes templados, la incidencia oscila entre 0,1-1 casos por 100.000 habitantes frente al 10-100 casos por 100.000 habitantes en climas tropicales. En casos de brotes y población de alto riesgo, las cifras son del 100 por 100.000 habitantes4,5.
Los brotes ocurren normalmente en regiones tropicales, subtropicales y templadas, y están relacionados con los cambios climáticos, principalmente inundaciones, condiciones de higiene inadecuadas, la ocupación y actividades recreativas6. En España, es poco frecuente este tipo de zoonosis, existiendo casos en zonas húmedas o con presencia de ríos, lagos o estanques, como son Cataluña, Andalucía o la Comunidad Valenciana. Además, estas zonas destacan por el cultivo de arroz.
AGENTE ETIOLÓGICO:
Las leptospiras pertenecen al orden Spirochaetales, familia Leptospiraceae y género Leptospira, que comprende 2 especies: L. interrogans, patógena para los animales y el hombre y L. biflexa, no patógena, de vida libre6,7. Se trata de una bacteria muy fina, de 6 a 20 μm de largo y 0,1 a 0,2 μm de ancho con forma de espiral, de ahí que se conozcan como espiroquetas, con gran flexibilidad y capacidad móvil.
La Leptospira es una aerobia estricta, que se cultiva con facilidad en medios artificiales. Este microorganismo es capaz de sobrevivir en el agua o ambiente tanto húmedo como templado y con pH neutro o ligeramente alcalino durante un largo tiempo6.
Puede presentar variantes que morfológica y fisiológicamente son muy uniformes, pero que serológica y epidemiológicamente son muy diversas. El agente causal más importante es la Leptospira interrogans, que puede producir algunas sustancias como hemolisinas, hemaglutininas y enzimas que le confieren mayor patogenicidad.
Los tres reservorios más comunes de la infección son: los que se encuentran en las ratas (Leptospira icterohaemorrhagiae), en los perros (Leptospira canícola) y en el ganado y cerdos (Leptospira pomona). La enfermedad también puede producirse por otras variantes, pero la más grave es la causada por la Leptospira icterohaemorrhagiae.
MODO DE TRANSMISIÓN:
La infección del ser humano se debe al contacto directo con orina de animales infectados o por contacto con agua o suelo contaminado. La transmisión, se produce a través de las membranas mucosas, la conjuntiva o las lesiones en la piel.
Existen profesiones que están expuestas a un mayor riesgo debido al contacto estrecho con animales y medioambiente. Algunas de estas profesiones son: plantadores de arroz y caña de azúcar, agricultores, trabajadores en alcantarillas, veterinarios, trabajadores de lechería, personal militar, etc. También puede ser un riesgo para aquellos que hacen recreación en aguas contaminadas.
La transmisión entre seres humanos es muy rara, siendo documentada a través de las relaciones sexuales y por vía transplacentaria de la madre al feto y por la leche materna6.
CUADRO CLÍNICO:
El período de incubación es normalmente de 5-14 días, aunque puede variar en un rango de entre 2 y 30 dias4. En cuanto a la sintomatología de la enfermedad, puede ser muy variada, desde casos asintomáticos hasta manifestaciones clínicas leves, graves e incluso letales. En 90% de los pacientes se muestran anictéricos y sólo de 5 al 15 % presentan sintomatología grave con ictericia, conocida como enfermedad de Weil.
La leptospirosis humana puede manifestarse clásicamente en tres formas. La primera, es la forma monofásica y dura una semana. Se caracteriza por un episodio de fiebre aguda autolimitado, durante el periodo septicémico. La segunda es la forma febril bifásica, que por un lado comprende los síntomas manifestados durante el periodo septicémico, seguida de un periodo de 24 a 72 horas asintomático y una segunda fase conocida como inmune caracterizada por uveítis, meningitis aséptica, mialgias y puede reaparecer la fiebre, persistiendo hasta 30 días. Por último, la tercera es la forma grave de la enfermedad y en ella se manifiestan la sintomatología típica de la enfermedad. Dichos síntomas son: fiebre, cefalea, escalofríos, mialgias, astenia, trastornos digestivos, molestias al orinar, coluria, ictericia… El desenlace de esta fase es la disfunción del riñón e hígado, ocasionando una insuficiencia hepatorrenal que puede ir asociada o no a insuficiencia respiratoria. Pueden aparecer complicaciones como hemorragia pulmonar o coagulación intravascular diseminada (CID)8.
Los síntomas de la enfermedad no son patognomónicos por lo que pueden dar lugar a confusión con otras enfermedades febriles tales como dengue, fiebres hemorrágicas, hantavirus y hepatitis. De ahí, la importancia de una confirmación mediante parámetros de laboratorio de un diagnóstico fiable y precoz, que permita comenzar inmediatamente una antibioticoterapia efectiva para prevenir la evolución hacia formas graves de la enfermedad6.
DIAGNÓSTICO:
La leptospirosis humana, no presenta rasgos distintivos o característicos de una enfermedad o afectación. Es por eso, que el diagnóstico clínico se confirma mediante pruebas de laboratorio.
Uno de los métodos, es la realización de la serología mediante técnicas de MAT o ELISA, microscopía de campo oscuro (DFM). Otra técnica que proporciona un rápido diagnóstico, es la reacción en cadena de la polimerasa (PCR), capaz de detectar el DNA de las leptospiras en sangre y orina desde el inicio de la enfermedad e incluso en casos en que se esté administrando antibiótico.
Esta última, es considerada el mejor método diagnostico debido a su alta sensibilidad y especificidad, mayor del 95%. Sin embargo, la serología suele ser de más utilidad que la PCR en la fase inmune. En la actualidad, están apareciendo nuevas técnicas diagnósticas moleculares basadas en técnicas de análisis HRM o MLVA1,9.
TRATAMIENTO:
Según las directrices de la OMS y la experiencia clínica, el tratamiento de los pacientes con leptospirosis se basa en el tratamiento precoz con antibióticos. En los casos leves, los fármacos recomendados son: doxiciclina, ampicilina, amoxicilina, eritromicina y azitromicina. Sin embargo, para los casos más graves, se emplean la penicilina G sódica, ampicilina, cefotaxima y ceftrixona. Se obtienen resultados similares con el uso de la ceftriaxona y la penicilina G mientras que la ceftriaxona presenta una posología más sencilla10.
Además del tratamiento con antibióticos, se ha demostrado la utilidad del uso asociado de glucocorticoides en las formas severas como hemorragia pulmonar, trombocitopenia y fallo renal. En los pacientes de mayor de 60 años, los factores pronósticos de mayor mortalidad son el fallo renal y la ictericia, frente a la anictericia que tiene una baja mortalidad1.
PREVENCIÓN:
En la prevención de esta enfermedad, es primordial la vacunación del ganado y los animales domésticos. Se emplean vacunas inactivas con el fin de reducir la infección humana, al limitar los reservorios10.
La educación de la población sobre los modos de transmisión y las recomendaciones para evitar el contagio, es otro pilar fundamental. Se debe evitar nadar y vadear en posibles aguas contaminadas y los trabajadores expuestos a posibles riesgos, deben emplear medios de protección adecuados como botas, guantes y delantales3. Otras medidas incluyen el control de los roedores y el drenaje de aguas contaminadas.
El reservorio que presentan los roedores domésticos y silvestres dificulta la tarea de erradicar la enfermedad. Sin embargo, la quimioprofilaxis con doxiciclina 200 mg una vez a la semana o azitromicina antes y después de exposiciones cortas, ayudan a disminuir la incidencia. El uso de este tratamiento en embarazadas y niños está en discursión10.
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