AUTORES
- Bernardo Emerson Buil Tisner. Enfermero. Hospital Universitario Miguel Servet. Zaragoza.
- Roberto García Pérez. Médico, Hospital Universitario Miguel Servet de Zaragoza.
- Monika Antonova Taushanska. Celador. Hospital Universitario Miguel Servet. Zaragoza.
- Pablo Navarro López. Médico, Hospital Universitario Miguel Servet de Zaragoza.
- Jorge Hernando Sacristán. Médico, Hospital Universitario Miguel Servet de Zaragoza.
- Lucía Valdovinos Escabosa. Médico, Hospital Universitari i Politècnic La Fe de Valencia.
RESUMEN
Las prótesis de rodilla se caracterizan principalmente por ser más trombogénicas y menos embolígenas que las de cadera. Afortunadamente, la gran mayoría de los trombos de estas intervenciones son distales y poco embolígenos, pero no por ello se consideran menos peligrosos y, por tanto, el uso de una profilaxis efectiva, justifica su utilización.
PALABRAS CLAVE
Prótesis de rodilla, artroscopia.
ABSTRACT
Knee replacements are mainly characterised by the fact that they are more thrombogenic and less embologenic than hip replacements. Fortunately, the vast majority of thrombi in these operations are distal and less emboligenic, but they are not considered less dangerous and therefore the use of effective prophylaxis justifies their use.
KEY WORDS
Knee prosthesis, arthroscopy.
DESARROLLO DEL TEMA
En primer lugar, se puede valorar el uso de la artroscopia de lavado y desbridamiento quirúrgico. Este método se utiliza en grados intermedios de gonartrosis, donde la enfermedad no está tan avanzada y se pueden conseguir efectos terapéuticos. No obstante, no existe un consenso sobre su empleo ni sobre su utilidad1.
En el metaanálisis de Thourlund et al., se concluye la inexistencia de eficacia en el tratamiento de esta enfermedad y mejoría sintomática limitada, exceptuando los casos de bloqueo mecánico de la articulación o cuerpos libres intraarticulares, donde sí que existe evidencia que justifique su uso2.
Otro procedimiento válido para esta entidad son las osteotomías. La clave del éxito es la adecuada selección del paciente y la realización de una buena técnica quirúrgica. Existen autores como Leone JM, et al y Taboada JC que son partidarios de realizar esta técnica en aquellos pacientes con edad inferior a 60 años, sin sobrepeso, con dolor localizado en el compartimento femorotibial interno, con mal alineamiento del eje, con rodilla estable en extensión completa y con buen estado del sistema vascular periférico3.
Es frecuente que esta técnica se aplique junto a otros procedimientos quirúrgicos como la artroscopia, para ofrecer así más ventajas respecto a otras intervenciones tal y como reflejan Álvarez López y González Pineda en sus estudios. Corregir deformidades angulares, reparar el cartílago y favorecer un buen funcionamiento de la articulación junto con un alivio importante del dolor, son algunos de los resultados de esta modalidad simultánea, que se aplica con el objetivo de alargar el tiempo de espera hasta la implantación posterior de una prótesis definitiva. No obstante, la técnica de osteotomía tiene un período de caducidad. Según la revisión sistemática de Soheil Sabzevari, MD et al, después de 10 años, el 25% de las osteotomías tibiales fracasan necesitando de ulterior cirugía, es por ello que ha de realizarse en pacientes muy bien seleccionados4.
Por otro lado, la artroplastia de rodilla es considerada actualmente el gold standard del tratamiento de la gonartrosis. Consiste en el recambio de la articulación natural humana por un dispositivo de polietileno unido a los extremos 43 óseos a través de tornillos o cementos. Los resultados eficaces del procedimiento se basan en conseguir una buena alineación de los componentes, para permitir así una mejor adaptación de la prótesis y una mayor supervivencia de la misma5.
En el caso de que la enfermedad artrósica afecte a un solo compartimento, se realizará la artroplastia unicompartimental. Esta cirugía es reservada inicialmente para pacientes ancianos sedentarios, pero al igual que la osteotomía, sus indicaciones se están ampliando. Los cambios en el diseño de los implantes y en la técnica quirúrgica han mejorado los resultados de manera notable, no obstante, es difícil predecir si el compartimento que no ha sido reemplazado degenerará con el tiempo y será necesario también su sustitución. En caso de que existiese deformidad angular, se debe de corregir, ya que puede condicionar el fracaso de la artroplastia. En la cirugía tricompartimental de rodilla, la sustitución o no de la superficie articular de la patela es actualmente un tema muy controvertido. Xiao-Bo Tang, MM et al. y Findlay, I., et al., refieren en sus metaanálisis que la realización de la misma no demuestra superioridad a largo plazo respecto a no llevarla a cabo, además del riesgo de complicaciones derivadas y su menor supervivencia respecto a otros implantes. Se ha visto que la mortalidad intrahospitalaria es superior en los pacientes con prótesis bilateral que en las unicompartimentales y semejante esta última a las prótesis de revisión6-8.
En el momento de planear la cirugía, debemos valorar qué abordaje es el más adecuado en cada caso. El pararrotuliano interno, aunque es el más popular, según Francescoli, L et al., es posible que aparezcan problemas de necrosis al verse involucrado el cuádriceps y la circulación medial intraósea y extraósea de la rótula, además de presentar un período de recuperación extenso que quizá puede no estar a favor de las demandas del paciente. Sin embargo, en el subvastus, se preserva el mecanismo extensor y en el midvastus, la disección muscular se halla distal a la irrigación neuromuscular, acciones que dañen lo menos posible la estructura articular y consiguen una mejor rehabilitación9,10.
CONCLUSIÓN
La artroplastia de rodilla es un procedimiento que mejora los resultados funcionales y de calidad de vida de aquellos pacientes afectos de gonartrosis. Actualmente es considerado el tratamiento de elección
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